Creciendo entre demonios

Capítulo 27.

A la tarde siguiente se encontraba Injae en su cuarto recostada en su cama, esperaba a Melissa que iría a estudiar con ella después de clases, cuando en la ventana tocó Liam.

— ¿Cuándo dejarás de entrar por ahí? —se rio ella al abrirle.

—Cuando ya no quieras abrirme —bromeó él— ¿estudiando? —miró los libros en la cama.

—Ah si —frunció el ceño—, espero a que llegue Melissa… ¿no quieres estudiar con nosotras?

—No estamos en la misma clase —respondió señalando la portada de uno de los libros.

—Siempre es bueno aprender nuevas cosas —lo miró sonriendo.

Por otro lado, en la fortaleza de Arkain, se encontraban recibiendo a los nuevos dementors.

—Sigo sin entender porque quieres un ejército de perros rabiosos —se quejó Greta sin alzar la mirada—, solo son novatos.

—Por lo mismo mi querida Greta, son novatos…son más salvajes —sonrió perversamente al ver entrar la fila de lobos.

Mientras eso pasaba, Liam e Injae pasaban un buen rato en lo que llegaba Melissa.

Bajo las sábanas se encontraban los dos besándose, ella acariciaba el cuello del chico y bajaba suavemente hacia la espalda desnuda de Liam, mientras que él pasaba lentamente su mano por las piernas suaves y blancas de la castaña, sin pasar por debajo de su short.

Un sonido lejano hizo parar abruptamente a Liam.

— ¿Qué ocurre? —preguntó ella al ver la expresión preocupada de él.

— ¿El auto de tu papá tiene alguna falla?

—Ah…si —respondió dudosa—, le suenan las balatas ¿Por qué?

—Creo que ya llegó —instantáneamente se escuchó el auto estacionarse— ¡Mierda! —susurró haciéndose hacia atrás jalando consigo a Injae— ¿Qué hago? —expresó alarmado.

—Escóndete —rápido se pararon ambos— ¡Ahi! —le señaló el closet.

Liam tomó su camisa y pantalón del suelo, y se metió rápido al closet, pero antes de cerrar, tomó del brazo a la chica y le robó un beso.

— ¡Liam! —protestó con una sonrisa.

—Luces linda asi —bromeó.

Liam se escondió mientras que Injae arreglaba un poco la cama y se acomodaba un poco la ropa al igual que el cabello, luego bajó rápido.

—Hey —saludó agitada—, es temprano.

—Si, lo sé —respondió poniendo unas bolsas en la mesa—, pero trabajaré hasta tarde asi que traje comida para que cenes…puedes invitar a Melissa o Liam…también a ese chico rubio que anda con ustedes…

—Jace.

—Si, él —la vio extrañado— ¿estás bien? Te ves agitada ¿saliste a correr? Hace tiempo que no lo haces.

—Ah…no, estaba haciendo ejercicio —titubeó—, en lo que llega Melissa.

—Me alegra, eso te mantendrá distraída —sonrió—, aunque deberías salir, para tomar aire fresco…siempre estás aquí o en casa de Melissa…—expresó un tanto serio.

—Me agrada estar aquí —replicó no muy convencida.

—De acuerdo —alzó sus manos expresando respeto a su opinión—, debo irme…es un caso grande, un maníaco anda por ahí secuestrando gente —comentó molesto.

— ¿Aún no encuentran a los desaparecidos?

—No, y solo empeora…cada vez desaparecen más —la miró preocupado—, asi que no salgas de noche, es peligroso allá fuera —se despidió dándole un beso en la cabeza.

Injae subió al cuarto y Liam ya se había vestido.

—Jace llamó, debo irme —avisó inseguro— ¿estarás bien sola? —dijo preocupado.

—Si —respondió débilmente.

Liam se despide con un beso y sale por la ventana mientras que Injae lo veía frunciendo los labios.

Unos meses después de que muriera Rebecca, en una noche que incluso pasaba de las doce, Liam entró por la ventana de Injae, quien seguía despierta y al verlo se sorprendió.

—Hey ¿Qué haces aquí? Es tarde —expresó confundida al encender la lámpara.

—Lo sé, usualmente ya estás dormida a estas horas… —apretó su labios arrepentido de contarle.

— ¿Cómo…? ¿Me has visto dormir? —Él asintió apenado— No tienes por qué preocuparte…

—Pero aún asi estás despierta ahora —se sentó en la esquina de la cama— ¿Tienes pesadillas?

Ella asintió cabizbaja sin moverse de su lugar.

—Yo también las tengo —confesó Liam—, de niño soñaba que me perseguían, irónicamente ahora lo hacen —expresó burlesco.

— ¿Te quedarías? —Pidió timida— Al menos hasta que logre dormirme.

—Por supuesto —le sonrió y se acercó a ella.

Liam se acostó junto a Injae, pero ella recostó su cabeza sobre el pecho de él, este la rodeó con sus brazos y le dio un beso en la frente.

Más tarde, el padre de la chica llegó, y como ella ya estaba dormida, Liam se levantó delicadamente para no despertarla e irse.

En los calabozos de Arkain, alguien estaba visitando a Alistair.

—Vaya forma de acabar con cientos de años de vida —comentó un hombre parecido a Alistair— ¿Por qué pediste verme? Para este momento creí que ya te habrías sacado el corazón tú mismo.

— ¿Acaso no te alegra verme…hermano? —preguntó burlesco.

—Creo que ese título ya está algo gastado ¿no crees? —se acercó más a la celda.

—Oh vamos Elijah —expresó cansado—, creí que no te gustaba guardar resentimientos en especial con tu hermanito.

—Y no lo hago Alistair…pero aprendí muy bien mi lección contigo —añadió serio— ¿era necesario una víbora venosa? ¿No había otra forma? Claro que no…tenías que asesinarme —suspiró cruzando sus brazos.

—Era la única forma de convertirte en vampiro… ¿en serio crees que te hubiese hecho algo tan vil sino supiese que resucitarías? —dijo orgulloso— Gracias a eso eres inmortal y estás en este clan.

— ¿Nunca te preguntaste si yo quería esto en primer lugar? —lo vio decepcionado— No, a ti no te interesa nadie que no seas tú…

—Supongo que no me ayudarás a salir de esto ¿o sí? —cuestionó molesto.

— ¿Para qué? Para que tu señor me corte la cabeza —reviró sus ojos y negó con la cabeza—, no Alistair, confiar en ti solo trae problemas —caminó para irse.




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