Creciendo entre demonios

Capítulo 29.

El sol empezaba a ocultarse, pronto Liam e Injae se irían a casa.

— ¡John! —una chica le entregó un sobre— Dejaron esto en la cafetería donde trabajo.

— ¿Qué es eso? —comentó Jace desconfiado— ¿Quién te lo dio Monik?

—Era un vampiro —afirmó con certeza—, no me dijo nada…solo se acercó a dármelo y se fue.

— ¿Qué dice John? —intervino Liam— Debe ser del clan de Arkain…

—Lo es —respondió serio—, es un aviso…sobre la ubicación de Alistair —miró dudoso por la reacción que tendría Injae—, al parecer nos lo está entregando en charola de plata.

— ¿Por qué Arkain haría eso? —cuestionó Injae controlando su molestia— Está entregando a uno de los suyos, no entiendo.

—Es probable que sea una trampa —aseguró Jace.

—O un castigo para él —sugirió Liam—, quizás lo hace porque descubrimos su ubicación hace meses…

—Sea lo que sea hay que mantenerse con cautela, saben dónde trabaja Monik…nosotros no sabemos casi nada de ellos —expresó inquieto su alfa.

Mientras la manada meditaba la situación, Injae se apartó para tomar sus cosas y guardarlas sin que nadie la viera, pero pronto alguien notaría su ausencia en la plática e iría a buscarla.

— ¿Qué haces? —sorprendió Jace a Injae— ¿Vas a algún lado?

—Guardo mis cosas…mi padre llega temprano hoy —mintió tratando de controlarse para no agitar sus latidos—, no le gusta que salga de noche —sonrió.

Jace parecía no creerle, pero aún asi la chica tomó su mochila rápido y caminó hacia la puerta del cuarto para irse pronto, pero al cargar la mochila, un ligero ajetreo que solo un oído sobrenatural como el de Jace podría escuchar ocurrió.

El rubio no evitó que se fuera, solo sonrió ligeramente porque sabía a donde iría realmente Injae.

— ¿Por qué nos dejarían aquí botados? —protestó uno de los vampiros que expulsó Arkain.

Alistair y otros vampiros desterrados fueron abandonados cerca de una iglesia cerrada por reparaciones, algunos estaban tirados en el suelo, pero amarrados de los tobillos y manos por sogas impregnadas de aquella sustancia nociva para su especie, Alistair era el único que estaba atado a un poster.

— ¡Al fin! —celebró uno— Pude soltarme de esta estúpida soga.

Pronto este liberaría de uno en uno al resto de vampiros abandonados, pero asi mismo pronto serían atacados por una chica castaña.

— ¡Agh! —se quejó uno— ¡¿De dónde salió esa flecha?!

La chica traía puesto ropa oscura y una bandana atada al cuello para cubrir su rostro.

— ¡Libérenme idiotas! —ordenó Alistair cuando pudo bajarse la soga de la boca.

Uno de ellos intentó ir hacia él, pero pronto un flecha a su pecho lo derrumbó.

— ¡Hey! —alertó un vampiro al resto— ¡Ahí! —señaló a su atacante.

Rápido todos se abalanzaron contra esta, pero la chica era ágil y con buena puntería, sin embargo, sus flechas se acabaron y uno logró sujetar su arma para quitársela, dejándola indefensa, pero la castaña hizo un movimiento sumamente rápido e inesperado para el vampiro, pues de una patada en la cara lo hizo a un lado, logrando que perdiese el equilibrio, dándole oportunidad a ella de sacar una pistola y disparar.

Uno a uno fue cayendo, heridos, pero no muertos, pues aquellas flechas contenían de aquel veneno nocivo para vampiros, y aunque los hiriera no era suficiente para matarlos.

—Por favor —suplicó uno de rodillas—, por favor…no hicimos nada —afirmó temblando—, yo no hice nada…yo no hice nada.

—Eres patético —se burló Alistair que seguía atado—, no pides clemencia a tu amo, pero si a esta…lo que sea que sea —se carcajeó.

La chica le hizo un gesto con la cabeza para que se fuera, este inmediatamente salió corriendo, pero luego se detuvo atrás de un árbol para ver que su atacante se quitó la bandana frente a Alistair.

El vampiro atado al reconocer a la chica se comenzó a reír luego esta le apuntó.

—Tanto tiempo sin vernos…linda —expresó burlesco.

—Ella odia que le digan linda —comentó una voz conocida.

Un chico alto y rubio se acercó por atrás de la atacante y le bajó su arma para evitar que disparara.

— ¿Qué estás haciendo? —murmuró ella molesta y sorprendida.

En ese mismo instante algunos de la manada de John llegaron para llevarse a los vampiros.

—Me aseguro de que no hagas una tontería —replicó el rubio—, con eso no ibas a poder matarlo.

—No iba…

—Como digas, si planeas hacerlo mejor usa una de estas —le entrega una estaca de madera—, hecha de roble blanco y verbena, directo al corazón lograrás que se sequen y arruguen como pasas.

—Tengan cuidado con él —ordenó John refiriéndose a Alistair—, será nuestro invitado de honor.

Antes de desatarlo y llevárselo, le inyectaron un veneno que lo mantendría inconsciente al igual que al resto.

— ¿Qué le inyecta Liam? —expresó Injae con curiosidad al ver hacia Alistair.

—Extracto de verbena, lo mantendrá inconsciente…literalmente es veneno para ellos —aseguró Jace alardeando.

Injae había tomado los libros de John prestados para averiguar más sobre los vampiros.

—No creí que te interesara tanto la lectura —comentó Liam al verla— ¿es por ese novio de tu hermana?

—Si, algo en él no parece…

— ¿Normal? —se rio— Deberías decirle a Mason, según Jace, él sabe mucho de eso.

—Lo haré —sonrió—, gracias —continuó leyendo cuando Liam se fue.

»Quemar a los vampiros con… ¿La verbena puede herirlos? «

— ¿Y qué harán con ellos?

—Pues ahora son nuestros pequeños juguetes —bromeó el rubio—, es probable que John los encierre y les saque información sobre Arkain y su clan…de ahí lo que la manada decida.

— ¿Van a matarlos? —expresó con un tono amargo.

— ¿Eso te molestaría? —se cruzó de brazos con intriga— Si es asi entonces…

—No —afirmó tajante Injae.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.