Creciendo entre demonios

Capítulo 32.

Arkain almorzaba en su largo comedor de mármol blanco, donde podían incluso comer hasta un poco más de veinte personas, en uno de los extremos se encontraba sentado Arkain, a su derecha Marcel, a lado de este se situaba Greta, pero el asiento a la derecha del líder del clan se encontraba vacío, mientras que el resto de lugares eran ocupados por varios miembros cercanos de su clan.

—Señor —interrumpió uno de los guardias—, la persona que solicitó traer…

— ¿Ya está aquí? —expresó entusiasta— Hazla pasar, y prepara su lugar —ordenó.

— ¿Qué sucede Arkain? —añadió Greta confundida— ¿Quién vino?

—Es alguien de suma importancia —le susurró a la mujer—, y es hora de que todos la conozcan —levantó la voz.

—Marcel…¿tú sabes algo? —le murmuró al joven.

—No, mi señora —contestó igual de extrañado.

El guardia que había dado el aviso había vuelto a entrar, pero esta vez no venía solo, le dio el paso y la bienvenida al comedor a una mujer de cabello negro liso hasta los hombros, con una piel blanca y unos labios carnosos rojizos.

—Por aquí —indicó el guardia—, señor Arkain…

Todos los presentes veían a la desconocida desconcertados, sin embargo, Greta fue la única que la reconoció, y esto le provocó una gran conmoción.

— ¿Qué carajos Arkain? —reclamó en voz baja— ¿Esa no es…?

—Silencio Greta, silencio —reprendió Arkain—, no queremos que nuestra invitada se sienta incomoda —veía sonriente a aquella mujer—, toma asiento querida —le abrió la silla.

—Veo que esto le causa molestia mi señora ¿ocurre algo? —le murmuró Marcel a Greta.

—Mira bien dónde estás tú, ese lugar era de Alistair —explicaba molesta—, y ese de Malik…se supondría que sería mío —apretó sus dientes y puños con enfado.

—Mis estimados miembros del clan —se mantuvo en pie Arkain con una copa en mano—, les presento a la nueva integrante, espero que la respeten y obedezcan pues desde ahora ella es su señora.

Los vampiros murmuraban entre sí, pero acataron el pedido de su líder, por su parte Greta estaba a punto de hacer una rabieta.

— ¿Cómo que su señora? —le reclamó en voz baja.

Arkain ignoró el reclamo de Greta y siguió con su anuncio.

—Ahora brindemos —alzó su copa—, por la nueva señora del clan y porque mi amada Katerina ha vuelto.

Greta brindó y bebió el vino de mala gana a su vez que miraba a Katerina con deseos de asesinarla.

Después de comer, todos se dispersaron y algunos antes de hacerlo le dieron un cordial saludo a la nueva señora.

—Cariño —expresó Arkain tomándola de la espalda— ¿Por qué no vas a tu aposento? Imagino que querrás descansar, ya ordené que instalaran todo, asi que despreocúpate por desempacar.

La mujer asintió y al irse vio de reojo hacia Greta con una sonrisa burlona que salía de su rostro.

—Ahora si Arkain —habló Greta—, me vas a decir qué demonios está pasando —le levantó la voz al vampiro— ¿Quién es esa y que hace aquí? Y no digas que Katerina ¡Porque ella está muerta!

—Marcel déjanos solos por favor —pidió con tranquilidad.

El joven asintió y salió cerrando las puertas.

—Lo creas o no Greta, ella es Katerina —se sirvió una copa—, o al menos una de ellas.

— ¿Cómo que una de ellas? Deja tus juegos sucios y habla claro.

—Después de que murió Katerina, mi Katerina —recalcó—, pasé años en soledad hasta que conocí a una mujer idéntica a ella —suspiró—, la cual tú y el repugnante de Malik conocieron.

— ¿Hubo más de una Katerina? —se empezó a reír sin creerle— Eso es absurdo.

—También yo creía eso, pero es cierto, se les llama doppelgängers —explicaba Arkain relajado—, muchos dicen que son sobrenaturales, otros dicen que solo son mitos, pero palabras más o palabras menos, el punto es que existen.

—Y entonces encontraste a otra doppelgänger —se cruzó de brazos— ¿la volviste inmortal como la anterior?

—Me costó mucho hallar a otra doppelgänger como para perderla…

—Ahora entiendo todo —se rio de sí misma— ¿Cuándo la encontraste?

—Hace medio siglo.

—Vaya Arkain, sí que sabes cómo guardar un secreto… ¡Pero vaya secreto! ¿Por qué la traes ahora?

— ¿Y porque no? Todo rey necesita a su reina ¿no?

—Que estupidez —protestó—, solo por curiosidad… ¿Cuál es su verdadero nombre? Porque dudo que sea Katerina.

—Katherine —expresó quitado de la pena.

— ¿Y el de la que conocí?

—Katara.

—Debe ser un chiste ¿no? —lo miró desconfiada— ¿Cómo hiciste para convencerlas de llamarlas con el nombre de tu amada muerta? A ninguna mujer le gusta eso —bromeó egocéntrica.

—Creo que ya fue suficiente de mi vida privada.

Greta hizo una mueca con su boca molesta y se fue de mala gana.

En la noche, Arkain estaba en su estudio esperando noticias sobre Alistair.

—Mi señor —entró un chico—, le tengo información.

—Qué maravilla —dejó su libro a un lado— ¿no te vieron? No quiero que sepan que trabajas para mí.

—No mi señor, John y su manada no sospechan nada.

—Eso es excelente, sigue así Anthony —se levantó y fue hacia él—, ahora dime lo importante.

—Como usted dijo, la manada tomó represalias contra los desterrados, pero antes de eso, trataron de sacarles información.

— ¿Alguno dijo algo? ¿dijeron algo sobre ti? —cuestionó un tanto alarmado.

—No señor, ellos no me vieron y tampoco dijeron nada, Liam Hale cree que solo sus allegados podrían saber algo…

—Ese chico es tan…no importa. ¿Qué hay de Alistair?

—Está muerto —replicó firme—, tenía razón…al final fue Injae Venator quien lo mató.

— ¿Ella sola? —se mostró intrigado— ¿Alguien la ayudó?

—No, fue ella sola quien peleó contra él.

— ¿Ni siquiera Liam Hale o Jace Barrow? —estaba asombrado— Esos dos parecen ser sus perros guardianes.

—Ellos querían convencerla de no hacerlo, pero ella no los escuchó…

— ¿En serio? —se rio— Que chica tan interesante…

— ¿Se le ofrece algo más señor?




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