Capítulo 3
Lloro hasta quedarme dormida, sabía que estaba soñando pero al mismo tiempo todo luce muy real, camino alrededor de un lago congelado.
---MAMÀ-- es un grito desgarrador que me hiela la sangre y me regresa a la realidad.
Despierto asustada ¿Dónde estoy? recorro el lugar con mi mirada y todo llego a mi mente, estoy en el bosque, me paró del suelo y me limpió el sucio pero vuelvo a escuchar un ruido, quizás lo que me despertó de mi extraño sueño, me volteo y pero no encuentro de donde proviene por lo que le resto importancia, veo mis manos y estan negras como si hubiera estado jugando con hollín o carboncillo, me las limpio con el jeans y noto que también parte de las hojas estan asi, quizas de ahi me ensucie.
Lo mejor será volver a casa es tarde, comienzo a caminar pero nuevamente esta ese ruido por lo que volteo rápido encontrándome con un lobo de como dos metros de altura, pelo marrón rojizo y grandes dientes ----¡Nada aquí fue!---- El lobo da un paso con su enorme pata, así que no lo pienso dos veces y echó a correr.
No se por donde voy solo sé que no quiero morir, intentó esquivar los árboles como puedo y saltar las ramas que se interponen en mi camino, gracias al cielo no me caigo, pero soy una tonta estoy completamente perdida y el lobo me pisa los talones, volteó un segundo sin dejar de correr y veo al lobo detrás de mi ---Mierda--- Un tronco detiene mi carrera por lo que tirada en el suelo volteo para quedar entre el otro y el lobo de dos metros, literalmente.
>> Dios si me oyes no quiero morir. ¡Soy joven!
El lobo se acerca, me mira con sus grandes ojos, --Nada ahora si, ya fue, amigas acuerdense de mi.-- Cierro mi ojos esperando el mordisco o lo que sea pero nunca llega en cambio siento el hocico del lobo en mi cabello, luego en el cuello y el lobo gruñó --- Dios que no me mate.----
Abro mis ojos y él me mira puedo ver mi cara de terror en sus ojos, él se echa hacia atrás y bajo su enorme cabeza como en una reverencia, se queda de esta forma como esperando algo ¿Pero el que? estoy pasada, bueno mejor dicho aterrada.
Levanto mi mano y él se acerca por lo que la bajó despacio hasta llegar a tocarlo, en cuanto lo hago se acostó, así que acarició su pelaje el cual es muy hermoso y suave, transmite un calor corporal intenso.
El lobo cerró sus ojos disfrutando mis caricias y me doy cuenta que ya no siento miedo más bien estoy relajada, podría decir incluso segura.
--– Sabes... Para ser una bestia de dos metros, así no eres tan aterrador.---- El lobo me mira y puedo ver en sus ojos un brillo como de diversión.
---Si no fueras tan grande te llevaría a mi casa, a lo mejor te comes a Jhon. ---- sonrió ante mi ocurrencia, èl lobo me mira como si comprendiera lo que le digo, definitivamente estoy loca.--– No importa ya debo irme, cuidate.
Me levanto para irme y el lobo hace lo mismo, sigo caminando y él me sigue por lo que lo miro divertida.
--– Lo siento pero tienes que quedarte aquí –- le hago señas con mi mano para que entienda.
Pero el vuelve a pasar su hocico por mi cuello así que lo abrazó y acarició.
--– Vendré mañana, te lo prometo, pero tienes que irte hay gente mala que si te ve... te haría daño--- lo sigo acariciando y le doy una sonrisa sincera una que tenía mucho tiempo no salía.
---Nos vemos mañana grandote. ----Lo miro y niego con la cabeza, entró en el patio de la casa, es un gigante ese lobo, no puedo traerlo aunque me encantaría que se comiera a Jhon.
Después de preparar la cena, sirvo la mesa, como en la cocina como acostumbro y me voy a mi cuarto, cierro con seguro, coloco mi buró contra la puerta y después agarro mi ropa. Me doy una ducha lo más rápido que puedo, me visto y me acuesto a dormir, Jeison llega muy tarde como siempre.
Me despierto por el sonido de la puerta intentando abrir se, me arrinconó contra el respaldar de la cama.
---- No, No de nuevo---- por suerte el sonido de la puerta del cuarto de Jeison lo obliga a irse y puedo respirar con normalidad. Sin embargo, pasó toda la noche despierta.