Capítulo 6
Me duele todo el torso cada vez que hago un movimiento, no se como hacer para seguir fingiendo que no pasaba nada. Primero fue deportes, practicamos volleyball, cada vez que tenía que estirarme para darle a la pelota, entre mis costillas y las muñecas, sentía que iba a morir. Por lo menos las demás clases solo fueron historia, Biología y Ciencias de la tierra. suerte las clases ya acabaron y me iré a casa de Paola, Ross es muy suspicaz y se daría cuenta.
Dejamos a Ross en su casa y nos fuimos, Paola me daba miradas extrañas cada vez que me movía pero no dijo nada.
---Te va a encantar estar en mi casa, mi madre te extraña y podremos estar en la alberca--me dice emocionada.
---Claro amiga, pero no traje mi bikini–-- le digo para calmar la.
---No importa yo te presto uno–--me dice como si nada.
---Claro amiga–-- sonrió hacia ella, me gusta que la gente que me rodea se sienta bien y el sonreír parese siempre hacer ese efecto.
---Además......hummm...nada, olvídalo–--me dice mientras mira la vía.
Paola vive a las afueras, por el lado este de la zona, por lo cual es más frío. Como es una zona montañosa hay más vegetación y bosque, su casa queda muy retirada y como la mía su patio colinda con el bosque de Ceibo el cual rodea todo el municipio.
Al llegar a su casa, deja el auto afuera y baja a toda prisa, se queda parada en toda la puerta y luego me mira. Cuando la alcanzó coloca una de sus rodillas en tierra como si fuera un caballero medieval.
---Mi luna-- dice en un susurro y con la cabeza baja, esta ya se volvió loca. Paso por su lado y le doy en la cabeza.
--Ya párate tarada, pareces loca--Niego con la cabeza y entró a la casa, a los pocos segundos ella hace lo mismo y me sonríe al pasar a mi lado.
---LLEGUÉ, TRAJE VISITA.---grita desde la puerta.
---Oh.....Luna, que gusto que estés aquí–-- me saluda la madre de Paola, son iguales, cabellos negros, ojos azules, piel blanca, hasta parecerían hermanas.
---Hola señora Zavala ¿como ha estado?–-- le digo mientras ella me da un abrazo.
Por lo cual respiro profundamente aguantando el dolor de mis costillas.
---Bien mi luna, es un gusto que te quedes con nosotras. -- -- me dice sonriente.
---Gracias, pero soy Elena o Lena no luna--- la corrijo lo más amable posible.
---Es de cariño, no te preocupes, puede que lo sigas escuchando por aquí.–-- me dice restándole importancia.
---Ok-- digo extrañada.
--– Para mi siempre vas hacer lena, vamos a mi cuarto–-- me dice Paola.
Subimos a la habitación, es hermosa y espaciosa. Las paredes son color azul cielo con destellos violeta, en una de las paredes tiene un hermoso collages de fotos nuestras con algunas decoraciones de lunas y lobos, dice que le encantan. Siempre ha estado obsesionada con ellos, por lo que no me parece raro.
En otra pared tiene todos sus trofeos, una cama matrimonial con el respaldo de metal en color plateado, pero parecen hojas entrelazándose.Y dos puertas el baño y su closed.
Ella entra a su closet y saca un bikini el cual me lanza y se mete al baño para colocarse el de ella. Le hago caso, me lo coloco pero me pongo un short de playa y una blusa holgada de agujeros con manga larga para que no vea mis hematomas.
---Lista--- me dice, cuando sale del baño con un bikini celeste que le queda de infarto.
---Si, vamos–-- le digo mientras recojo mi teléfono y los auriculares ya que no pienso bañarme. Salimos a la piscina, acomodamos las toallas y después me recuesto mientras ella se lanza a la piscina.
Cuando me canso de tomar el sol me acerque a la piscina, un movimiento extraño llama mi atención.
---¿Qué fue eso? --le preguntó a Paola.
---Yo no vi nada, ¿qué dices?-- me mira interrogante, y las ramas de los árboles vuelven a moverse.
---Ahi ¿lo viste?–-- le digo señalando el lugar.
---¿Quieres ir a ver? -- me pregunta.
--- Si vamos –- le digo. Ella sale de la piscina, se coloca la toalla en forma de vestido con un nudo en su cuello.
(...)
Nos adentramos al bosque para ver lo que pasa, yo voy agarrada del brazo de Paola, y ella va caminando muy segura.
--- Espera aquí-- me dice soltando me. Y sigue caminando, me quedo viendo todo cuando a lo lejos miro a mi nuevo amigo.
El al notar que lo estoy viendo se acerca a mí despacio. Por lo que yo hago lo mismo, no puedo evitar recordar que es un lobo de dos metros, cuando estoy lo suficientemente cerca estiro mi mano y él baja su cabeza para que lo acaricie, así que lo hago.
Le acarició el lomo y detrás de la oreja, luego lo miró fijamente a los ojos y lo abrazó.