Capítulo 14
Han sentido esa sensación de cuando están en lo más alto de la montaña rusa y empiezan a descender, que sientes toda la adrenalina correr por tu cuerpo y al llegar abajo es como si fueras invencible porque estas vivo después de pasar por eso, pues así me siento es algo inexplicable es que...... ¡¡¡Por Dios!!!!....... Sebastian me está besando y no un beso salvaje y rudo, no...... Uno lento, dulce y suave, uno con el cual me demuestra todos sus sentimientos.
No se que hizo con el micrófono solo se que su otra mano la que no sostiene mi rostro ahora está en mi espalda acercando más nuestros cuerpos, y profundizando un beso que gustosamente sigo, se podría decir que es mi primer beso verdadero, y es más de lo que esperaba.
Escucho una cantidad de aplausos y silbidos que me devuelven a la realidad, una en la que tenemos que separarnos porque no estamos solos.
Miro hacia el público y puedo decir que hasta el profesor está sonrojado por nuestro beso.
Bajo del escenario lo más rápido que puedo seguida por Sebas claro está.
---Muy bien chicos, los que no son de la clase pueden irse, y los demás pueden practicar en grupo-- dice el profesor mientras va a su asiento a escribir como hace después de cada presentación.
Veo hacia las chicas y ellas me levantan los pulgares mientras salen del aula.
Yo sólo sonrió avergonzada y niego con la cabeza por sus señas.
---Elena –- escuchó que me llama.
Volteo y ahí está el claro cerquita de mí, agarra mi rostro y pega nuestras frentes por lo que cierro los ojos.
---No me digas que me aparté porque no sería capaz, ahora más que nunca no puedo dejarte ir-- por extraño que parezca yo tampoco ahora necesito más de él, muerdo mi labio inferior como siempre que no se que decir.
---Dime algo mi luna, lo que sea pero no te quedes callada-- me susurra casi suplicando pero no se que decir, que no quiero que se aleje tampoco o mejor que deseo que vuelva a besarme.
Miro sus labios y él abre sus ojos, esos ojos miel que me encanta, me mira sonriente como un niño que le dan regalos.
Lleva mi rostro más cerca del suyo, nuestros alientos se mezclan, el mira mis labios y luego mis ojos como pidiendo permiso, pero yo anhelo deseo que me bese de nuevo, el sonríe más aún como si eso fuera posible y me besa, no un beso como el primero este fue un beso más fuerte, con deseo, con pasión, con necesidad, abrí mi boca para darle entrada y él la aceptó gustoso explorando mi boca por completo así como yo la de el.
Nos separamos por algo llamado oxígeno, como si quisiera otra cosa después de probar el cielo en los labios de Sebastian.
Quizás exagero pero quizás no.
Nos miramos, sonreímos y volvemos a mirarnos parecemos tontos, como tu mundo puede girar 180 grados en un instante, un momento odias al mundo y quieres morir y otro no sabes que decir por la felicidad, tan sólo por un beso.
---Mi luna-- dice mirándome con ese brillo que me encanta.
--- Mi lobo--- digo a cambio y el se sorprende.
--– Con eso de que son una manada y te dicen Alpha los crecientes, si yo soy tu luna tu eres mi ....mi lobo.-- le digo sonriente algo apenada él niega divertido.
---Estas en lo correcto-- me da otro beso creo que como vamos me volveré adicta a sus besos.
Las clases ya terminaron por lo que salimos y nos reunimos con los demás.
---Lena, el sábado es el cumpleaños de Sara..... Me preguntaba..... Si podrías ayudarme a escoger un regalo.-- me dice nervioso y lo puedo decir por la forma que agarra su cuello.
---Me encantaría-- él sonríe ampliamente por mi respuesta.
Me dirijo a las chicas para decirles que no me iré con ellas.
--– ¿Chicas les molesta si voy al Mall con Sebastián?–– preguntó.
--- No claro ¡¡diviertete!!-- dice alegre Pao.
--- Llega temprano a casa nosotras te cubrimos-- dice Ross y me guiña un ojo.
--– Claro, gracias chicas –- digo feliz les doy un abrazo y me dirijo donde Sebastián.
---Lista –- dice mientras se monta en una moto color negro y me da una sonrisa baja bragas.
--– ¿Y tu camioneta? –- pregunto algo insegura de montarme en la moto.
--– Se la llevaron los chicos, tranquila conmigo no te pasara nada –- toma mi mano y le da un beso, y con ese gesto logra calmarme.
Me coloca un casco y se asegura de que esté bien puesto.
--– Sujeta te-- dice antes de arrancar la moto.
--– ¿Y tu casco? –- preguntó preocupada.
---No lo necesito -- sonríe y conduce la moto, siento el aire empujando me por lo que agarro su cintura con fuerza y puedo sentir sus fuertes y bien marcados músculos.
<<te gusta lo que tocas>>