Capítulo 20.
Hoy es el cumpleaños de Sara, Pase todos mis exámenes gracias a Dios, Casi no he tenido tiempo de ver a Sebastian, no sé todavía cómo decirle lo de la beca. Pero hoy es el día que se lo tengo que decir. Ya debe estar por llegar así que termino de colocarme el vestido negro de cuello en corte V que se ajusta a mi cintura y luego se abre cayendo largo atrás y corto adelante, me calzo con unos tacones rojo, me maquilló y me hago un semi recogido en el pelo, mi collar y estoy lista.
Cuándo bajo ya Sebastian está en mi sala esperándome, se queda viendo me con cara de bobo mientras bajo las escaleras, cosa que me encanta. Apenas llegó a su lado me tomó de la cintura para unir nuestros labios en un casto beso. Pero yo no aguanto, necesitó más de él por lo que lo agarró del cuello de su camisa y lo jalo nuevamente a mis labios en un beso pasional. Lo que provoca que suelte un gemido, cosa que aprovecha para invadir y recorrer toda mi boca, el pega más mi cuerpo al suyo y yo entrelazo mis manos detrás de su cuello.
Él sigue besando me mientras realiza pequeñas caricias en mi espalda, siento cuándo me pega contra la pared pero no le rindo importancia, ahora sólo importa el y la corriente, el calor que deja a su paso, besa mi cuello y cuando llega a mi hombro deposita un beso en esa zona provocando miles de cosas en mí, mi cuerpo se arquea y se me escapa otro gemido que lo hace gruñir cosa que me pone más excitada.
El coloca mis piernas alrededor de sus cintura, para cargar me sin dejar de besarme, siento que nos movemos pero en este punto sólo puedo pensar en sus hábiles manos y en el rose de nuestras partes que provoca electricidad en todo mi ser.
Me deposita suavemente en la cama y no sé cómo llegamos aquí, al ver esos ojos miel dilatados de deseos por mí, hace que tampoco me importa como llegue. Beso sus labios y cuando vuelvo a mirarlo sus ojos están amarillos, él se ve reflejado en los míos e intenta apartarse pero no se lo permito, agarro su rostro entre mis manos y hago que me mire.
---Te quiero. –- él me mira sin poder creerlo.
---Yo también -– vuelve a besarme y le sigo el beso. Sus manos recorren mi piel y al principio es maravilloso hasta que los recuerdos me invaden y mi respiración se vuelve trabajosa.
--– No, espera por favor–- le digo algo apenada, él asiente, sonríe y deposita un beso en mi frente para luego ayudarme a incorporar me.
---Tranquila, me deje llevar, todo está bien--- Tan solo con su sonrisa mis miedos se disipan.
Salimos de la casa para ir a la fiesta de cumpleaños de la hermana de Sebastian donde será la fiesta, bueno no en la casa exactamente pero sí cerca, un lugar abierto donde suelen hacer las celebraciones por lo que me explicó Sebas.
***-****
Llegamos y desde la entrada se puede observar un camino de luces brillantes hasta dónde será la fiesta.
El lugar está adornado por muchas luces de colores y faros que le dan al lugar un aspecto mágico ya que es un espacio abierto, como un claro pero más pequeño y la luz que más brilla es la luna llena.
A medida que nos acercamos todo nos saludan, algunos con asentimiento de cabeza, otros con sonrisas y los más cercanos se acercan.
--Hola luna... ¿qué tal?-– saluda Neko con una gran sonrisa, lleva un vestido morado y una chaqueta negra al igual que sus botines que le quedan fantásticos.
--Muy bien ¿y tú?–- le digo sonriendo.
--- Genial, de casualidad ¿has visto a mi bombón?—pregunta mirando a todos lo que pasan.
--¿Quién? ¿Aarón?-– pregunto y ella asiente por lo que yo niego.
--A bueno yo iré a buscarlo, cuando entres en ambiente vengó por ti para que bailemos-– me dice coqueta y me guiña un ojo mientras se marcha.
Está chica esta algo loca pero me agrada, Sebastián agarra mi mano y me conduce entre la multitud, hasta llegar donde la celebrada.
---¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!-– le doy un fuerte abrazo el cual ella corresponde.
--¡¡VINISTE!!--– me da un beso en la mejilla y luego abraza a su hermano.
--Felicidades -–le dice este entregando su regalo.
--¡Gracias! No tenían que molestarse... Solo, disfruten-– nos da otro fuerte abrazo y se va bailando hacia un chico. La miró y sonrió es tan alegre.
--Me encanta esa sonrisa-– susurra en mi oído mandado esa descarga eléctrica, coloca sus manos en mi cintura y pegó mi espalda de su pecho.
Yo cierro los ojos y me dejo llevar por su aroma a menta y mantecado.
--¿Qué me has hecho?-- susurró más para mí que para él.
---Eso debería preguntar yo-– dice juguetón, me voltea y quedamos frente a frente.
--Me tienes loco, solo pienso en ti y soy oficialmente adicto a tus labios, si fueras ilegal iría preso con mucho gusto- mira mis ojos fijamente como si tratara de ver dentro de mí.
--Te quiero---Vuelve a decirme, le sonrió y miro embobada. Una voz dentro de mí me dice que se lo diga ahora.
--¿Bailamos?–- asiento, soy una cobarde. Quiero que sea feliz y sé que puedo confiar en él, pero al mismo tiempo ¡ahg! me voy a volver loca.