Crecientes

Capitulo 51

Capítulo 51

No podía creer lo que estaba viendo y no es que no tengan derecho ni nada por el estilo, pero me sentía como una acosadora, se que mis mejillas deben estar rojas y no quiero que sepan que estoy aquí.        Sólo quiero irme, pero con su súper oído de lobos se darán cuenta, pero quien sabe con el calor del momento quizás no me noten.

         TRAGAME TIERRA.

         Solo a mi me pasan estas cosas, primero interrumpo a Sara  con Thomas en su apasionante beso y ahora esto. Neko y Aaron en pleno sexo, ella esta sobre el y el la agarra de los muslos para intensificar el movimiento, ella gime y le pide que acelere.

         Alguien encendió el calefactor o solo soy yo.

         Necesito salir de aquí lo más rápido posible, qué pasó con toda la gente  allá afuera, sólo yo tengo la mala suerte de interrumpir.         En un movimiento sobrenatural y veloz Aaron colocó a Neko de espaldas y comenzó a embestirla.

        ¡¡¡Cómo salgo de aquí!!!! ¡¡¡Que calor, Dios!!!

<<Isabella se que no puedes responder, pero si me escuchas soy Lena, estoy en el cuarto de huéspedes, por favor sube, no toques la puerta, solo grita, “es una emergencia todos los guerreros a la salida”, por lo que más quieras>>

         No quiero ver más nada, siento que  invado su privacidad, pero los gritos de Neko me dicen que tiene un orgasmo de infarto, mientras dice el nombre de Aaron.

---AYUDA, ES UNA EMERGENCIA EN LA ENTRADA PRINCIPAL ......AYUDA--se escucha el grito de Isabella.

         Neko empuja a Aaron de una y este cae al suelo de lado por el rápido movimiento de ella, quiero reírme, ¡pero no! eso me delataría, se visten corriendo y salen de la habitación, cuando no escucho los pasos, salgo como alma que lleva el diablo.

         Bella me espera en la entrada de mi habitación y la entro  de una, cierro la puerta y me dejo caer.

--Me explicaras–- me mira con una sonrisa divertida.

--¿Que?- intentó disimular.

--Estas muy rojas sabes-– ¡¡hay Dios!!

--Gracias, eres una gran amiga–- le digo y salgo de la habitación para salir de la casa y no tener que darle explicaciones, cuando llegó a la puerta ellos están hay.

--¿Luna se encuentra bien?-– pregunta Aaron y yo solo asiento rápido, no puedo mirarlos a la cara. Salgo corriendo en busca del olor de Sebastian, lo encuentro al fin, cerca de unos adultos mayores (viejitos adorables)  comienzo a caminar hacia el.

         El voltea y cuando me ve, me sonríe con picardía.

         Me lanzo a sus brazos y escondo mi rostro en su cuello, el me abraza fuerte  y se despide de los adultos mayores

         Me lanzo a sus brazos y escondo mi rostro en su cuello, él me abraza fuerte  y se despide de los adultos mayores.   Caminamos en dirección a la casa, pero él me detiene, toma mi rostro entre sus manos  y besa mis labios con fuerza, apasionadamente cuando me separa ya no tengo aire.

--¿Dime que paso?, porque hasta yo me calente sintiendo tu excitación y vergüenza-– me dice mirando mis ojos,  se que roja no estoy nooooo, yo debo estar fucsia.

--He...este...he... Vi algo sin querer–- él me mira confundido pero yo vuelvo a besar sus labios de la misma forma que él lo hizo.   Él gruñe sobre mis labios, me separa y me esconde detrás de su cuerpo, su postura es de ataque, pero no veo nada y eso que ya amaneció.

           Algo se movió con tanta rapidez que no pude verlo, hasta que sentí su mano en mi brazo jalando me  en su dirección. Mis ojos conectarán con los del extraño, que no lo era tanto ya que lo había visto antes.

--Tu-– el me sonríe, Sebastian me agarra fuerte de la cintura pegando mi espalda de su pecho.

        Su respiración es acelerada, se que si no lo  atacó es porque me tiene agarrada.

--¿Quien eres?-– pregunta Sebastian con autoridad, con esa voz de Alpha, lo miró un momento y si efectiva mente tiene los ojos amarillos y sus colmillos son un poco más grandes.

--Nadie por quien debas preocuparte, ¿verdad Lena?-– de la garganta de Sebastian sale un fuerte gruñido.

         Y el hombre truena sus dedos, todo se detiene, ya no hay brisa, los pájaros están congelados en el aire, las ramas de los árboles no se escuchan, nada, absolutamente nada, ni el pecho de Sebastian se mueve por las respiraciones, pero su agarre sigue intacto.

--Tu....tu..¿hiciste esto? -- el asiente-- ¿por que?

--No hay necesidad de pelear, no quiero herir a tu compañero y luego te molestes conmigo-– me explica

--¿ Por qué habría de creer te  o porque te importaría lo que pienso?--- le retó con la mirada y él sonríe satisfecho.



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En el texto hay: amistad, accion drama violencia, hombres lobo romace

Editado: 08.07.2024

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