Cuando la puerta se abrió, un sonriente Daimon me recibió, pero al momento en el que notó mi mano entrelazada con la de Cameron, su rostro se puso serio, podría asegurar que se encontraba muy enfadado.
Cameron a mi lado se tensó completamente, me apretó contra su costado, de forma posesiva, esto hizo que la mandíbula de Daimon se apretara aún más.
-Te estuvimos llamando, Ángel a estado algo inquieta, pero se ha quedado dormida.
Dijo con molestia, mirando de mala manera a Cam.
-Oh lo lamento, es que creí que era mi madre quien llamaba, gracias por cuidarla.
Dije con calma y sinceridad, pero era evidente la incomodidad en el ambiente.
-No me agradezcas, soy su padre, estoy para lo que sea que necesite… en cualquier momento.
Cameron se posicionó un poco más adelante, pero esto no hizo que Daimon retrocediera ni un solo paso.
Cam habló con seriedad, mientras levantaba su mano en señal de presentación.
-Buenos días, soy Cameron Relly, prometido de Emma.
La confusión y malestar en los ojos de Daimon era algo abrumadora, no debía de sentir lastima por herirlo de forma indirecta, pero no podía evitar que su dolor me afectara como lo hacía.
Me encontré de un momento a otro, molesta con Cameron por ser él, quién diera aquella noticia, podía entender sus celos y su forma de remarcar nuestra relación, debía de sentirme molesta conmigo misma, por no haber sido capaz de hablar con Daimon sobre esto.
Cameron no era culpable de mi forma tan tonta de actuar.
Me encontraba enfadada con el mundo por el rumbo que estaba tomando mi vida.
Daimon no tomó la mano de Cameron, simplemente me miró a los ojos, por eternos segundos, para después ir hacia dentro… tomar su chaqueta de cuero y salir rumbo a su moto.
Mi cuerpo se movió solo, me encontré yendo detrás de él, mientras lo llamaba por su nombre, pero mi camino fue interrumpido cuando las manos de Cameron tomaron mi brazo.
-¿Qué se supone que estás haciendo Emm?
En ese mismo momento Daimon se dio vuelta para verme con pesar y tristeza, pero siguió su camino, hasta que encendió su moto y salió del lugar a gran velocidad.
-Yo..yo- No podía sacra el malestar que se expandía por mi cuerpo, no encontraba explicación para mi forma de actuar.
-Debemos hablar de muchas cosas Emma, por lo que veo desde la ultima vez que vine a verte, han surgido algunos cambios de los cuales me he perdido.
Dijo molesto, pero tratando de controlar su enfado.
-Si es que todo ha pasado muy rápido, pero te pondré al día.
Mi voz salió en un susurro suave, Cam me tomo de la mano y me llevó dentro, sin quererlo mis ojos quedaron fijos en la calle por donde Daimon había desaparecido.
Al entrar Titi saludo cordialmente a mi acompañante, fuimos a ver como estaba Ángel, quien estaba profundamente dormida, después de besar su frente, fuimos al patio para poder hablar con algo de privacidad.
Le expliqué los acontecimientos de la ultima semana, traté de que mis emociones no se reflejaran en mi voz, ni en mis expresiones, no quería que Cameron se sintiera mal o inseguro por mi actitud, pero yo misma me encontraba en una montaña rusa de sentimientos.
Todo lo que creí hasta el momento que era lo mejor o lo correcto, se esfumo de mi mente al volver a ver a mi peligroso Ángel Caído.
Después de tanto tiempo, de tanto dolor y sufrimiento, me encontraba más perdida que nunca.
Cam no acotó comentario alguno sobre mi decisión, tampoco reprochó o preguntó por el motivo de mi silencio, simplemente se comportó como todo un caballero, amable hasta por demás.
Acarició mi rostro cuando termine de hablar, haciéndome sentir algo incomoda por su actitud.
-Eres verdaderamente hermosa, no sabes la falta que me has hecho.
Me besó lento, pero necesitadamente, sin querer empeorar las cosas sonreí y agradecí sus bellas palabras, pero me escusé con ir a revisar a Ángel, para salir prácticamente corriendo del lugar.
Cameron no se merecía mi manera de actuar, me sentí tan mal conmigo misma, pero sin poder evitarlo, me encontré queriendo llamar a Daimon para saber como estaba, pero mi parte racional no me permitió hacerlo.
Luego de un par de horas, nos encaminamos a casa para poder alistarnos para la boda, sería una larga noche, solo esperaba que las cosas no se complicaran demasiado.
Anqué, más complicada de lo que ya era la situación, era algo imposible.