Créeme

ALAS

-¿Estás seguro de que quieres ir?

Era la quinta vez, en el transcurso de 30min que repetía aquella pregunta, era también la quinta vez, que recibía la misma respuesta afirmativa de parte de Cameron.

Cuando le conté, que hoy antes de la boda la familia de Daimon conocería a Ángel, no pudo ocultar su malestar, ya que una mueca de disgusto surcó sus facciones.

Pero se negó a dejarme ir sola, alegando que como mi prometido debía de acompañar y dar apoyo a su familia.

Escucharlo hablar así, me oprimía el pecho.

Era tan considerado y amable, la bondad desbordaba de él sin esfuerzo alguno, por eso había llegado a quererlo tanto, pero no podía evitar comparar este sentimiento con el lazo que une a dos grandes amigos.

Me costaba tanto poder verlo de una forma romántica, creía que con el tiempo todo fluiría con más facilidad, con cada día que pasaba comprendí que nunca podría sentir amor.

Cuando estacioné frente a la casa de Daimon, miles de recuerdos me invadieron la mente, mis ojos se empañaron de lágrimas que me reusaba a dejar caer, me había prometido a mi misma no volver a llorar por cosas del pasado.

Con una decisión que no poseía, me bajé del auto y tomé a Ángel en brazos, el vestido que había elegido para la ocasión era de un rosa pastel muy delicado, mi pequeña llevaba uno del mismo color, pero distinto diseño.

Cameron se veía tenso, pero no dudó a la hora de colocarse a mi lado mientras nos acercábamos a la entrada.

Creí que me había preparado mentalmente para verlo, pero teniéndolo frente a mí, me di cuenta que no fue así.

Esperé verlo enojado, enfurecido hasta casi rabiar, daba por sentado que me recibiría con molestia, después de nuestro encuentro de esta mañana, pero verlo allí de pie, observándome tan intensamente, con aquella arrebatadora sonrisa en sus labios, fue algo que nunca imagine que sucedería.

El aire se atascó en mis pulmones cuando sentimientos que creí enterrados, amenazaron con salir a la superficie.

No podía darle el poder de volver a dañarme, mi amor propio no me lo permitía.

Sin dar crédito a los que mis ojos veían, quede inmóvil, mientras Daimon extendía su mano para saludar cordialmente a Cameron.

-Disculpa mis malos modales, Daimon Smith, ¿Cameron verdad?

Dijo con una sonrisa algo forzada, que terminó por ser una mueca algo extraña.

-El mismo.

Contesto Cam, tomando su mano de forma educada.

El contacto no duró mucho, Daimon se alejó rápidamente, lo conocía lo suficiente como para saber que se estaba esforzando, cuando su mirada volvió a caer en mí, me sonrió genuinamente.

-Estaba deseando verlas.

Susurró para que solo yo pudiese oírlo, cuando pasábamos por su lado.

Me estremecí, con su repentina cercanía.

El lugar se veía tan distinto, pero a la vez tan igual a como lo recordaba.

La incomodidad que experimenté al ingresar a la casa, se esfumó, cunado Bianca y Sam se encargaron de hacerme sentir como en casa.

Por un momento creí que me reprocharían sobre mis decisiones, o juzgarían la manera en que actúe, pero en sus miradas solo había cariño y felicidad.

Ángel se veía verdaderamente feliz en los brazos de su padre, era una imagen que más de una vez reproduje en mi mente, sabiendo que nunca llegaría a ser real, pero allí me encontraba, viviendo esta escena como primer espectador.

Un sentimiento de calidez creció en mí, si esto era un sueño, no quería despertar.

Cameron estuvo callado la mayor parte del tiempo, se sentía incorrecta su presencia aquí, pero era algo que yo había generado, debía de sobrellevarlo lo mejor posible.

-Recién ha comido Daimon, si no quieres que devuelva sus alimentos sobre ti, no la sacudas tanto.

Dije riendo divertida, por las expresiones de Ángel al ser sostenida en el aire de forma horizontal, mientras miraba a su padre.

-Oh mi dios!!

El grito de Sam resonó en la sala, mientras Cameron y Bianca contuvieron la risa.

Daimon me cedió a la pequeña, mientras cerraba sus ojos y con cara de asco, limpiaba su rostro con la parte de debajo de su ya estropeada camisa.

Enmudecí, cuando Daimon nos dio la espalda, quitando su camisa por sobre su cabeza, sin desprender los botones.

Cameron dejo de reír cuando estudio el tatuaje en su espalda.

Pude notar como la mirada intensa de Cam se dirigía a mí, pero mis ojos quedaron anclados fijamente a tan esculpida y bella anatomía, era algo esquicito a la vista y al tacto, sus músculos tan bien definidos, cada rincón de su cuerpo que conocía tan bien, recordé como me quedaba por horas recostada en su espalda, observándolo dormir, mientras delineaba sus alas con mis dedos suavemente.

Salí de mis ensoñaciones, cuando Daimon salió del lugar hacia el baño, disculpándose, pero no me pasó desapercibida la sonrisa que llevaba en su rostro ¿será que habrá notado mi mirada sobre él?

Mi garganta se sentía seca, con paso dudoso me acerqué a la cocina en busca de un vaso de agua, mientras Sam junto a su futuro marido entretenían a Ángel.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.