Créeme

EL AMOR

No podía salir de mi asombro ante la actitud de Cameron, me quedé recostada sobre la encimera de la cocina por unos largos minutos, tratando de entender esta situación, de poner en orden mis emociones.

Estaba tan perdida en mis pensamientos, que no pude notar cuando Daimon entró al lugar, hasta que estuvo frente a mí, a unos centímetros de distancia.

Me observaba detenidamente, como si quisiese grabar en su memoria, cada detalle de mi rostro.

Sus ojos se anclaron a los míos, por lo que fueron tortuosos minutos.

Su mano se elevó lentamente, traté de enviarle a mi cerebro la orden de apartarse, pero no conseguí que mis neuronas conectaran e hicieran sinapsis, su cercanía nublaba mi juicio, su perfume me embriagó completamente, dejándome desarmada.

Cuando sutilmente sus dedos rosaron las alas tatuadas en mi cuello, una corriente eléctrica recorrió cada fibra de mí, mis terminaciones nerviosas se encendieron, mi cuerpo se estremecía, cerré los ojos tratando de contener mis sentimientos, tratando de evitar que viera en ellos lo que provocaba en mi interior.

-Mírame Cherry…

Pidió en un ronco susurro, tan cerca de mi rostro que podía sentir su aliento en mi piel.

Mis ojos se abrieron pesadamente, traicionándome, era como si no tuviese poder ante sus palabras, mi cuerpo y mi ser le pertenecían… y él lo sabía bien.

Quería mantener mis barreras en alto, pero con su simple presencia había derribado lo que me tomó años poder construir a mí alrededor.

Se acercó peligrosamente a mi boca, sus manos ahora aprisionaban mis mejillas, me sostuve de sus muñecas mientras suplicaba vagamente.

-No me hagas esto Daimon…por favor.

-Shhhh…no llores bonita…

Me limpió una lágrima que solitariamente caía por mi mejilla, mientras se separaba un poco de mí, sin romper el contacto de nuestra piel.

-No quiero ser el causante de tus lágrimas, ya no más, me destroza el alma… duele demasiado… pero …

Hizo una pausa excesivamente larga, mientras volvía a acercarse de forma peligrosa a mi rostro.

-No puedo sentirte tan cerca y a la vez tan lejos…es la peor tortura que he podido vivir, no me rechaces por favor, no rechaces nuestro amor.

Dijo mientras, terminaba de acortar la poca distancia que nos separaba… para besarme.

En ese preciso momento mi cerebro se desconectó, no podía pensar, solo sentir, un caudal de emociones inundó mi ser.

Sabía que esto estaba mal, muy mal, pero no podía poner un freno, necesitaba tanto esto que dolía.

Con un roce de sus labios me traía nuevamente a la vida, con una simple caricia hacía que todo encajara en su lugar, que todo se sintiera bien, me daba paz… pero a la vez, era mi más descontrolado caos.

Me enfurecía que pudiese hacer y deshacer a su antojo.

Después de lo que sus tontas decisiones me hicieron sufrir, no podía las cosas simplemente volver a ser lo que eran.

Con toda la fuerza de voluntad que pude reunir, terminé aquel beso carado de sentimiento, Daimon abrió sus ojos lentamente, se quedó observándome, aguardando mi reacción.

-No puedes volver y pretender que todo sea como antes.

-Te equivocas Emma, no quiero que las cosas sean como antes, no intentaré darte un cuento de hadas, no quiero un final feliz a tu lado, porque… quiero que nuestra cuento, sea tan real y autentico, que vivamos un sinfín de cosas juntos, pero que nuestra historia no tenga final, no quiero ser tu príncipe azul… porque se que terminaré por desteñirme, solo quiero ser el hombre que este a tu lado, al lado de mi hija… en todo momento.

Acaricio mis mejillas y con una triste sonrisa agregó.

-No voy a prometerte nada, solo quiero que me permitas estar a tu lado; no saldré huyendo, ya no más, porque, aunque se que no las merezco, voy a luchar para ser cada día merecedor de su amor… créeme.

Me dio un último beso, se separó de mí, dejándome un sentimiento de vacío al no tener su tacto en mi piel.

-Piénsalo, no quiero presionarte, te esperaré el tiempo que sea necesario, mi dulce Cherry.

Se marcho de la cocina regalándome una arrebatadora sonrisa, me que allí de pie, con más dudas que certezas, con un nudo en mi garganta que amenazaba con ahogarme.

Quizás sea tonto de mi parte, pero no puedo negarme a sentir amor por él, como si de una broma del destino se tratase en la radio encendida sobre la encimera estaba sonando una bella canción, que hizo que mis lágrimas cayeran como cascada.

 

“El amor tiene firma de autor en las causas perdidas

El amor siempre empieza soñando y termina en insomnio

Es un acto profundo de fe que huele a mentira

El amor baila al son que le toquen, sea Dios o el demonio

El amor es una guerra perdida entre el sexo y la risa

Es la llave con que abres el grifo del agua en los ojos

Es el tiempo más lento del mundo cuando va de prisa

El amor se abre paso despacio no importa el cerrojo

El amor es la arrogancia de aferrarse a lo imposible




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.