Llegué rápidamente a la casa, Cameron nos recibió con alegría, nos había preparado una gran y deliciosa merienda, me costaba verlo a los ojos, sabía que estaba a punto de lastimarlo de una manera muy egoísta, pero no podía seguir engañándolo.
-Estaba esperándote, tengo una gran noticia que darte, me han mandado desde Brasil la información que solicité a la agencia de inmuebles, tengo las fotos de las mejores casas que tienen a la venta, en los mejores barrios… estuve evaluando algunas posibilidades, investigué sobre sus alrededores… hay una que te encantara, es grande con un amplio jardín, una de las mejores guarderías se encuentra a no más de veinte minutos de ella, tengo folletos con información detallada del lugar, es algo elevado el precio, pero todo sea por Ángel y su bien estar…
Su sonrisa nunca desapareció de sus labios, comencé a ponerme verdaderamente nerviosa no entendía que era lo que estaba pasando por su mente, no podía engañarse a él mismo de esta forma, sin dejarlo continuar hablé algo sobresaltada.
-Cameron por todos los dioses!
Su sonrisa se borró al ver mi seriedad.
-Oh si no te gusta el vecindario, tengo muchas más opciones, después de la boda nos iremos de luna de miel, pero ya podemos agilizar el papeleo de compra y venta, si estas de acuerdo podemos vender esta casa, ya que no la necesitaremos.
-No vamos a vender ni comprar nada Cameron, no sé en qué estás pensando, pero no…
El timbre de la casa sonó insistentemente, Cameron me observó con una sonrisa mientras hablaba.
-Ve y atiende, hablaremos luego.
Me levanté del sofá y fui hacía la puerta, estaba tan enojada y frustrada por la situación, que no me fijé quién se encontraba del otro lado antes de abrir.
Al ver a mi madre allí de pie, maldije para mis adentros, las cosas no podían complicarse tanto, parecía una tonta broma del destino.
-Madre.
La saludé con un asentamiento de cabeza, mientras la dejaba pasar.
-No creí encontrarte por aquí, se nota que has estado algo ocupada últimamente, ya que no respondes ninguna de mis llamadas ni mensajes.
-Si eh estado algo ocupada.
Conteste de forma cortante.
Al entrar saludó a Cameron alegremente, ella más que nadie estaba feliz con mi compromiso con él, lo amaba demasiado como su futuro yerno.
Después de haber tenido a Ángel, ella logró encontrarnos, fue verdaderamente aterrador tener que enfrentarme a ella y a sus prejuicios sobre mis decisiones, se cansó de repetirme que siempre me advirtió sobre Daimon y la clase de persona que era, recuerdo muy bien cada palabra de aquel día.
-Mira como te encuentras, sola, con una niña bastarda, sin un padre que se haga cargo de ustedes, si solo me hubiese hecho caso, no estarías en esta situación, los errores se pagan caro Emma.
Esa fue la primera vez que me atreví a hacerle frente, sin ningún tipo de remordimiento, no iba a permitir que llamara error a mi pequeña bebé, sin importar que, ella había llegado a mí para salvarme, era mi motor y mi vida entera, nunca permitiría que mi madre la dañara, ni la ofendiera o hiriera con su veneno, nuestra relación después de aquel día era cada vez más difícil de sobrellevar.
-Suegra, que radiante esta, los años no parecen pasar para usted.
Cameron sabía como ganarse a mi madre con dos palabras, la tenía comiendo de su mano sin ningún esfuerzo.
-Oh querido, que alegría me da verte.
Le dio un beso en cada mejilla, mientras su atención se desviaba a los folletos que descansaban sobre la mesa de la sala.
Tomé a Ángel en brazos, mientras mamá preguntaba.
-¿Se mudaran a Rio de forma definitiva?
Se podía ver que la idea la llenaba de regocijo, Cameron le sonreía mientras le contestaba.
-Si estamos evaluando las alternativas.
-Cameron!
Casi grité por el asombro.
-Discúlpanos madre debemos hablar a solas, será solo un momento.
Con la mirada le pedí que me siguiera a la habitación, no iba a permitir que siguiera con aquellas ideas en su cabeza, bajo ninguna circunstancia nos iríamos de aquí.
No podía separar a Ángel de su padre, nunca sería capaz.