Dejar ir a Emma se hizo casi imposible, no podía contener las ganas de salír corriendo tras ella, para pedirle que no fuera junto a él, pero no quería hacerle aún más difícil las cosas.
Busqué a Kary por el lugar, resultó ser que, congeniaron muy bien con Black, aunque le volví a advertir que se mantuviera alejado de ella, Maicol sería capaz de asesinarme si algo le sucedía a su hija, ni yo me lo perdonaría.
Después de unas horas, decidimos que era momento de marcharnos, tenía que dejar a Karly en casa de sus padres y luego debía de llamar a Lucas, me había enviado un mensaje, ya que necesitaba con urgencia hablar de algo importante conmigo.
Cuando llegué la casa se encontraba en completo silencio, con Sam de luna de miel y Mamá con Cristof en un crucero que les regalé por su aniversario, me encontraba completamente solo.
Teníamos una diferencia de 6 horas, mientras que aquí eran las tres de la tarde, en Madrid eran ya las nueve de la noche, pero sabía que me atendería sea la hora que sea.
Luego del segundo tono, Lucas contestó.
-Ey hermano, ¿cómo han ido las cosas por ahí?
-Todo va sobre ruedas.
-Me alegra escuchar eso, pero tengo noticias, necesito que vueles de regres. El Mundial MotoGP será aquí, concretamente en Jerez, debes de volver para las inscripciones, debemos de movernos rápidamente.
El mundial de MotoGP es uno de los campeonatos de motos más importantes del mundo, es la competición motociclista más reconocida a nivel internacional, lo que para muchos es casi la Meca de las competiciones sobre dos ruedas.
Era algo sumamente importante, si quería mantenerme en el lugar donde me encontraba, debía de participar en aquella competencia.
-Estaré allí cuanto antes.
-Bien te estaré esperando, adiós.
Me encontraba verdaderamente eufórico, ésta sería mi oportunidad de brillar a lo grande, un gran paso para mi carrera, solo había un problema, no podía alejarme de Emma y Ángel.
Le pediría a Emma que me acompañaran, necesitaba tenerlas junto a mí, podía vernos recorriendo las calles de Madrid, instalados en mi casa, me imaginaba a Ángel conduciendo junto a mí, la hermosura de dos ruedas con la que corría.
Con una gran sonrisa, salí de la casa, iría hoy mismo a pedírselo, no esperaría ni un segundo más.
Al llegar a la casa de Emma, me asombré al ver un auto de alta gama estacionado fuera, el chofer del mismo se encontraba sentado frente al volante, ni siquiera volteó a verme cuando frené mi moto cerca de él.
Me dirigí a la puerta y con nerviosismo llamé.
Nada me preparó para encontrarme de frente con Marta, el monstruo que la vida le había dado como madre, a mi dulce Emma.
Su rostro se ensombreció al verme, mi cara era claramente un reflejo de la suya.
-Que sorpresa, el padre del año se dignó a aparecer al fin.
Su ironía y soberbia desbordaban en cada palabra que soltaba su boca.
-Puedo decir lo mismo de la madre del siglo.
Contrataqué con una falsa sonrisa pintada en mis labios.
-Me dejará pasar, ¿o es que sigue siendo tan mal educada como siempre?
-Pero por supuesto, pasa.
Dijo con una extraña expresión en su rostro.
Mientras me acerqué a la sala, pude sentir que me seguía de cerca.
Cuando recorrí el lugar con la mirada, estaba completamente vacío.
Antes de poder preguntar, Marta tomó unos papeles que se encontraban esparcidos sobre la mesa, los observó con una radiante sonrisa mientras hablaba, entregándome un papel del montón.
-Mi hija se encuentra con Cameron en la habitación, no quería molestarlos…creo que los dos llegamos en un mal momento, están celebrando la compra de su nuevo hogar, debes estar feliz por ellas, Ángel asistirá a la mejor guardería del lugar, que mejor noticia que esta ¿no?... otro se hará cargo de tu criatura, no tendrás responsabilidades, ni siquiera te pedirán un solo centavo, te desligaras definitivamente de la carga que son para ti, te diría que te unieras a su celebración, pero creo que es algo privado e íntimo.
Mis manos temblaban del coraje que sentía, en ellas. un folleto sobre una gran y elegante guardería en Rio de Janeiro, se burlaba de mí, de la peor manera posible.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, no podía estar hablando enserio, era tanta la rabia y el coraje que sentía, que las palabras se atascaron, el nudo de mi garganta amenazaba con ahogarme, si no lograba controlar mi respiración.
Allí estaba otra vez, aquella maldita sensación, estaba por tener un maldito ataque de pánico, no quería darle el lujo a esta mujer, de verme tan miserable y débil.
Tenía que salir del lugar lo antes posible, sentía que me consumía desde dentro aquel dolor, solo pensar que Emma había jugado de aquella manera conmigo, me destrozaba, solo quería vengarse por todo el daño que mis acciones le habían causado, hacerme pagar con la misma moneda mis propios errores, se marcharía sin decirme adiós, sin despedirse, dejándome ilusionado, lleno de esperanzas sobre un futuro juntos.