Créeme

MI CIELO

Una semana después nos encontrábamos en el aeropuerto, partiríamos a España en menos de una hora.

Daimon estaba verdaderamente feliz, contagiando a Ángel con su entusiasmo.

Que puedo decir de mí, estaba aterrada, no puedo negar que estar junto a Daimon nuevamente, me daba paz y felicidad, pero siempre fui una persona que le teme enormemente a los cambios.

En el correr de unas pocas semanas, mi vida había dado un giro de 180°, se sentía tan irreal, tantas noches y días soñé con la escena de mi familia unida como en este momento, pero durante los últimos 3 años fueron solo eso… dolorosos y lejanos sueños.

Pero aquí me encontraba nuevamente, dejando todo lo que sentía como seguro, para lanzarme de un precipicio, un salto de fe, solo esperaba que mis alas no fallaran para no estrellarme contra algo en una traumatica caída.

Daimon constantemente se esforzaba por demostrarme su compromiso y su amor, pero el miedo de que, ante nuevas adversidades saliera huyendo, me atacaba en algunos momentos, confiaba en él, pero ese dolor e inseguridad, era como una sombra que me perseguía constantemente.

-He Cherry, ¿estás bien?

Me preguntó Daimon con preocupación, estaba tan perdida en mis pensamientos, que no noté que la fila había avanzado, él se encontraba jalando de mi mano, para que lo siguiera, mientras cargaba en su otro brazo a Ángel.

 -Si lo siento, solo pensaba.

Dije con una sonrisa, tratando de tranquilizarlo, me devolvió el gesto mientras se giraba para seguír caminando.

-Deja que las cosas solo fluyan, no le des más vueltas a lo que sea que te traía tan angustiada, desconecta esa cabecita amor.

Era increíble cómo podía llegar a conocerme tan bien, reí por ello y lo seguí, sintiendo una extraña sensación en el estomagó por aquella cariñosa forma de llamarme.

Fue un viaje largo, sobre todo por Ángel, que estaba algo inquieta y nerviosa por el avión.

Al llegar el tumulto de gente frente a las puertas era enorme, la conmoción que había en el lugar se incrementó cuando vieron a Daimon salir por las puertas.

Ya nos aguardaban fuera un grupo de hombres, que se encargaban de la seguridad. No queríamos tener inconvenientes, menos con nuestra pequeña hija aquí.

Los periodistas atacaron de inmediato, la gente trataba de pasar la barrera de los cuerpos frente a nosotros, un sinfín de personas gritaban alteradas, las mujeres estaban fuera de sí, todo era un completo caos, no lograba entender ni procesar todo lo que ocurría, hasta que algo llamó mi atención.

-Ángel Caído ¿qué explicación le darás a tus fans, de tu regreso junto a estas dos bellas mujeres?

Preguntó uno de los periodistas, tendiéndole el micrófono a Daimon, quién con una sonrisa observaba la cámara.

-Simplemente que, recuperé la felicidad y el amor en mi vida, esto se lo debo a mi hermosa mujer y a mi bella hija.

Dijo, escondiendo aun el rostro de Ángel en su pecho, mientras me veía a los ojos.

Tomé a Ángel en mis brazos, mientras que él se fotografiaba con algunas personas y firmaba autógrafos, no me hacía a la idea todavía, de todo esto de la fama y la popularidad.

Aquí Daimon era otra persona, la gente lo reconocía en las calles, lo veían como un ídolo, un chico con aire misterioso, endemoniadamnete sexy y bueno en lo que hacía, que llegó a hacerse un lugar en su país, en el mundo del motociclismo.

Antes de que pudiese caminar mucho más, un chico de pelo oscuro con barba y bigote, se paró frente a mí, regalándome una sonrisa de dientes blancos, no se podían ver sus ojos ya que llevaba gafas de sol, pero pude reconocerlo, pese a la vaga descripción que tenía de él.

-Tú debes ser la hermosa Cherry.

-Y tú debes ser Lucas.

Contesté con una sonrisa igual de amigable, Daimon me había hablado de él y su familia, me sentía en deuda con ellos, ya que fueron quienes lo apoyaron en todo momento desde su llegada a España.

Me ayudó a llegar al coché con mi pequeña, luego fue en busca de Daimon, quién no tardo mucho en subir a mi lado.

Sus ojos brillaban de emoción y alegría, se lo veía como un niño pequeño en navidad frente al árbol con regalos, pese a conocer muchas facetas de su personalidad, nunca había tenido la oportunidad de verlo de esta forma, tan lleno de sueños y felicidad.

-Lo siento cariño, sé que puede llegar a ser algo tedioso todo esto, es solo por la noticia de mi regreso, prometo que después de unos días cesará.

-No te preocupes, podre soportarlo, no me molesta en lo absoluto.

Respondí segura y con sinceridad, había aprendido a lidiar con la prensa y el medio desde muy pequeña, claramente no a este nivel, pero no me dejaría intimidar por un par de cámaras y reporteros.

Le di un pequeño beso, justo antes de que Lucas ocupara el asiento del conductor.

-Los dejaré instalarse tranquilos, pero prometí llevarlos a cenar, Karen se ha emocionado muchísimo con su llegada y se muere por conocerlas, por favor digan que sí.




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