Créeme

OLVIDAR

Luego de despejar mi mente y aclarar mis ideas, me dirigí nuevamente a casa.

Quería escuchar la versión de Daimon, necesitaba oír de su boca que él no me había traicionado, el dolor de mi pecho no mitigaba, menos con el recuerdo tan exacto de las fotos a detalle que tenía en mi memoria.

Me alegraba no haber visto todas, sería algo difícil de superar.

Al llegar pude escuchar risas del cuarto de juegos de Ángel, fui guiada por el sonido de sus voces, mientras tarareaban una canción.

Era consciente de que estaba mojada, mi rostro debía de ser un asco y mi cabello igual, necesitaba un baño con urgencia, para sacar de mí todo el pesar y la tristeza.

Pero la imagen de Daimon con nuestra hija en sus brazos, mientras danzaban al compás de la canción que ambos repetían, no me permitió moverme del lugar.

Nuevamente me encontraba llorando, era tan fácil que las lágrimas cayeran de mis ojos, que estaba comenzando a pensar, que quizás, fuese seguro lo de estar embarazada y la sensibilidad era producto de las hormonas.

Al percatarse de mi presencia mi niña corrió gritando.

-Mami… mami…

El rostro de Daimon se llenó de pesar y tristeza al ver mi estado, su mirada recorrió mi cuerpo, se veía molesto, pero no dijo nada.

Tomé a Ángel en brazos, procurando no acercarla a mí cuerpo demasiado, para no terminar por mojarla a ella.

Dejé un sinfín de besos en su rostro, se veía cansada, se había vuelto tarde demasiado rápido, no me había percatado de que estuve casi cinco horas fuera, entre que conducía y me estacionaba en lugares desiertos para poder descargar mi frustración en paz.

Se la entregué a Daimon, para que pudiese llevarla a descansar mientras yo tomaba un baño.

No nos dirigimos más que algunos monosílabos, éramos conscientes de que debíamos hablar de mucho, el ambiente estaba tenso e incómodo, pero no discutiríamos frente a nuestra hija.

Llené la tina de agua caliente, esparcí algunas sales y aceites aromáticos, necesitaba relajarme y no encontraba mejor manera que esta.

Dejé transcurrir el tiempo, buscando posponer lo inevitable por algún momento más.

La puerta del baño se abrió suavemente, Daimon se acercó a mí, sin dejar de observarme a los ojos.

No dijimos nada, simplemente se colocó en el extremo donde descansaba mi cabeza, tomó una pequeña esponja y con suavidad comenzó a trazar círculos sobre la piel de mi espalda, acompañados de una leve presión de su otra mano.

Masajeaba mis hombros, mientras enjabonaba mi piel.

Eché mi cabeza hacia delante, entregándome al momento.

Daimon rompió el silencio, logrando que mi atención estuviese únicamente en él.

-Cherry… no vuelvas a preocuparme de esta forma, creí volverme loco al ver que no llegabas, sé que tienes tus motivos, pero no te expongas a que algo malo te suceda, la tormenta se volvió fuerte en poco tiempo… debes cuidarte más, recuerda que tienes personas esperando en casa por tu regreso, no eres solo tú.

Sus palabras transmitían verdadera preocupación y malestar.

No dejó que respondiera, simplemente siguió hablando.

-¿Me creerías si te dijese que, nunca estuve con otra persona desde que te he vuelto a ver?

-¿Y las fotos?

-No puedo mentirte, son fotos reales…

Sus palabras abrieron un agujero en mi corazón.

-Pero no son actuales…no se en que momento o como las tomó, solo estuvimos juntos un par de veces, eran encuentros esporádicos, sin sentimientos de por medio.

-¿Y en el canal? ¿Por qué fue a buscarte?

La voz me salió rota.

Sus manos no dejaron nunca de acariciar mi piel y reconfortarme de cierta forma.

-Llegó sin más, estuvo intentando comunicarse conmigo desde que salieron las noticias de mi llegada junto a ustedes. La evité todo el tiempo, no respondí ni un solo mensaje, yo te amo…jamás te faltaría el respeto de esa forma, no destruiría nuestra familia y nuestra relación por nada en el mundo. Ya arruiné las cosas una vez, por idiota, créeme cuando te digo que me sirvió de lección, no soy masoquista, no lo volvería a hacer, menos de esa manera, no estaría contigo si quisiese estar con otra mujer.

-No sé si pueda creerte, me siento insegura…

Respondí cerrando mis ojos, dejando caer un par de lágrimas más.

-Créeme por favor Cherry, creé que lo que siento por ustedes es lo más maravillosos e inmenso que pueda existir, hablaré con ella y le pediré que te diga la verdad, solo existe una versión de las cosas, no permitiré que ensucie lo que tenemos con fantasmas y sombras de algo que nunca paso.

Sentenció mientras se sentaba al borde de la bañera tomando mi rostro entre sus manos y obligándome a verlo a los ojos.

-Encontraré la forma de demostrarte que no te estoy mintiendo, me duele el saber que nuevamente soy el culpable de tu sufrimiento, fui un idiota por acercarme a otra mujer habiéndote dejado a ti, solo buscaba olvida lo miserable que me sentía por haber cometido la estupidez de abandonarte, la soledad pesaba demasiado y ningún cuerpo puedo darle calidez a mi corazón… ninguna pudo hacerme sentir lo que tú, simplemente cuando sonríes.




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