Imaginate ser un anciano de cien años, cansado y con deseos de morir por el inmenso peso de toda tu vida, todos tenemos derecho a descansar alguna vez, es algo natural del ciclo del ser humano, pero ¿que pasaría si la muerte huyera de ti?, aun teniendo 120 años, la muerte hubiera decidido dejar de pretender llevarte, eso es peor que morir en circunstancias muy malas, da la sensacion de que un hombre de la lejana tierra de Hindustán, llamado Rufarfti, veterano de guerra en la guerra de Independencia de la India y en las guerras regionales contra el Paquistán, después de participar como granadero en la séptima cuadrilla de cadetes de la academia militar de Rajestán, y haberse retirado hace mucho tiempo y vivido de la zapatería, se veía como un centenario, tenía canas por todas partes y sus ojos daban la expresión de ser completamente cansados, que habían visto ya todo lo que un ser humano debería vivir, vio nacer a sus hijos con su esposa, vio partir a sus hijos y a su esposa, vio sus nietos, bisnietos y hasta tataranietos, pero la muerte se negaba a darle descanso, se había jubilado de su trabajo y vivia pensionado desde hace treinta años, ansiaba descansar y partir al descanso eterno, allá en uno de los cielos o en los grandes salones de escudos que existen en en el eterno interrogante de la vida después de la muerte, pero la cuestion era que, diciendo tener ya 160 años, dijo que la muerte se había olvidado de el, o que poseía alguna extraña maldición que le impidía ver la tan ansiada parca, tenía dolor de huesos, artrosis, problemas cardiacos, había perdido el oído y solo podía ver sombras, tenía todos los síntomas de que era bastante lógico suponer de manera natural que estaba cerca a su fellecimiento, pero con todo eso, de manera impretérita y completamente increíble no moría, incluso amigos suyos mucho mas jovenes que el, relativamente hablando como de 89 años, murieron dejandolo solo, se quedó sin esposa y sus hijos ya fallecieron, está completamente solo en la vida, ha enterrado a cinco generaciones de gatos y perros que soía tener como mascotas, tanto que se cansó y desistió en ponerle nombre a cada uno tal vez, después de escuchar la historia de este hombre, quieras, dejar de pretender vivir para siempre, como lo que en realidad es, apreciar la muerte como un regalo que se le da a las personas cansadas y guerreros que han peleado sus mejores batallas y ya tienen que descansar. Las personas no deberían, de acuerdo a cierta filosofía de vida, tenerle miedo a la muerte, solo deberían tenerle miedo a vivir demasiado, sabiendo que tus huesos ya no te responden de la misma manera, que ya no recuerdas ni siquiera las mas preciadas partes de tu infancia ni los momentos mas importantes de tu vida, tu cerebro ha envejecido pero aún asi tu cuerpo se niega a morir, batiendose y resquebrajándose entre un torbellino de agonía y frustración, llega un mo09mento que el oido y la vista ya no son los mismos, pero imagina que aun a esar de todo esto tu cuerpo se niege a darle a tu espiritu el tan anhelado descanso terneo, esto es la mayor tortura a la que fue sometido en vida este curioso ser humano.
La muerte es temida por muchos, y anhelada por quienes la muerte se olvidó de pasar, aquellos a los que Caronte se decidió a no pasarles a cruzar el río Estigia, aquellos que sienten como el dolor carcome sus musculos y que aún a pesar, la cruel muerte, selectiva con sus presas, al parecer dueño de una morbosidad por el sufrimiento, prefiere que muchos estén aqui a pesar de ya haber vivido lo suficiente
Imaginate que te pase lo mismo a ti en algún momemento en el futuro, quew sientas la agonía ahogar lentamente tus esperanzas de una muerte tranquila e indolora... eso, eso me daria mucho terror.