Creí que no te volvería a ver

PARTE 4

Ankoku-chan

APPLEDASH I

Creí que no te volvería a ver

PARTE 4

El comedor de Cherry Hill Ranch era de gran tamaño, compuesto de tres largas mesas rectangulares, cada una con alrededor de veinte sillas por cada lado, es decir, cuarenta lugares por mesa. Para cuando Miss Cherry Jubilee, Applejack y sus amigas llegaron, estaba casi lleno de gente, ya comiendo, o sirviéndose la comida de las mesas con manteles blancos que habían sido puestas con los diferentes aperitivos, a modo de buffet. Entre ellos había ensalada, carne, salchichas, pollo, puré de papa, frijoles, fruta, e incluso algunos postres. Miss Cherry les indicó que podían servirse lo que quisieran. Pese a que todas seguían aún muy impresionadas por lo que les acababan de decir en el establo, decidieron pasar, tomar un plato, y servirse algo de comida, pues no habían tenido tiempo de comer nada en todo el día, más que bocadillos en el tren; ni siquiera habían probado la comida que se había preparado para fiesta de bienvenida de Applejack, a la cual la festejada nunca llegó. La que más se veía emocionada de al fin poder probar bocado, era sin duda Pinkie Pie, quien intentó servirse de todo un poco.

Una vez que tuvieron sus platos servidos, se dirigieron a la cabecera  de la mesa de en medio, en donde la dueña de la granja las esperaba; Applejack estaba sentada a su diestra, ya comiendo. Ellas se les unieron en silencio, aunque ninguna podía evitar mirar de reojo a Applejack, quien a su vez intentaba por todos los medios de no mirarlas a ellas. Miss Cherry empezó a hablarles de una forma realmente cordial y amistosa. Se veía que era una persona muy educada, y con gran facilidad para hablar.

- Nunca he estado en Ponyville, pero he oído maravillas de su Jalea de Zapamanzanas. – Les contaba al tiempo que cortaba pedazos pequeños de su corte de carne, para luego disgustarlos a consciencia en su boca. – Siempre me he sentido tentada a ir y probarla por mí misma, pero nunca he tenido mi agenda libre durante su corta temporada. Mucho trabajo, gracias a Celestia. Por ello me sorprendí mucho al enterarme que esta linda señorita que competía en el Gran Rodeo, no sólo era de Ponyville, sino que era justamente su familia quien preparaba esa famosa jalea. De ahí comenzamos a platicar entre evento y evento, de nuestras experiencias en el campo mayormente.

Eso parecía concordar con lo que habían oído en Canterlot. Poco a poco las piezas empezaban a quedar en su lugar.

- Yo también soy de familia de generaciones de cultivadores. Cuando mi bisabuelo llegó a estas tierras, se encontró con estos árboles de cerezas, creciendo a la mitad del desierto, casi como por arte de magia. Pensó que era algún tipo de señal. Ya saben, Cherry, árboles de Cereza. – Dejó escapar en ese momento una ligera risilla. – Decidió establecerse aquí con toda la familia y el resto es historia.

- Que interesante, Miss Cherry Jubilee. – Comentó Twilight con sincera impresión.

- Puedes omitir el Miss, querida.

- De acuerdo… Pero díganos, ¿Cómo fue que contrató a Applejack?

Las miradas de las cinco… O más bien de las cuatro, pues Pinkie Pie estaba muy concentrada en su cena, se centraron en Applejack justo después de que Twilight hiciera su pregunta. Ésta no ocupó voltear a verlas para saber que la estaban mirando. Miss Cherry parecía no percibir la tensión latente entre ellas.

- Esa no es una historia tan interesante. Llevaba un par semanas buscando un nuevo capataz, y tenía la esperanza de que en el Gran Rodeo encontraría a un vaquero hábil que llenara las botas. Entonces, justo luego de verla desempeñándose en la competencia de lazar al novillo, me le acerque para presentarme. Y cuando me dijo que era de familia de cultivadores de manzanas, supe que era justo a quien estaba buscando. Le ofrecí el trabajo, y al inicio lo rechazó. Pero cuando le dije el sueldo que ofrecía, me dijo que lo pensaría.

- ¿Que lo... Pensaría? – Repitió con voz baja Rarity, impresionada, al igual que todas.

Rainbow se alzó de su silla, inclinándose un poco hacia Cherry Jubilee, notándosele cierta amenaza en su acercamiento.

- Y de seguro le estuvo insistiendo, e insistiendo, e insistiendo hasta que a ella no le quedó otra más que aceptar, ¿verdad? – Le reclamó de pronto.

- Rainbow Dash. – Escucharon como Applejack murmuraba nerviosa como un regaño.

Por su lado, la mujer de hermosos cabellos rojos, no pareció mutarse.

- Por supuesto que no, querida. – Le respondió con una sonrisa discreta. – Sólo soy así obstinada cuando se trata de negocios. En este caso, decidí darle tiempo y dejar que se concentrara en la competencia. Y funcionó, pues justo luego de la ceremonia de premiación y clausura, ella misma se me acercó y me dijo que se subía a mi diligencia. Y ahora estamos aquí.



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En el texto hay: my little pony, apple jack, rainbow dash

Editado: 12.04.2018

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