Camino por los pasillos de la casa de Meize en busca de su habitación. Este lugar para ve un laberinto, es demasiado confuso, no importa cuantas veces haya venido a este lugar siempre logro perderme.
Al fin doy con la puerta de la habitación y entro, lo primero que veo es un hermoso vestido color pastel con encaje en la falda e incrustraciones de diamantes en la parte superior del cortiño, era un poco ceñido al cuerpo en la parte superior mientras que en la inferior parecía más holgado. Simplemente hermoso. Es el vestido más bello que jamás allá visto.
Miro hacia un lago y le encuentro con la cara de mi amiga fija en el vestido, esta sentada en un banquillo de caoba de espaldas al espejo. Su largo pelo rojo carmesí esta embuelto en un moño bajo, tiene aretes dorados que hacen resaltar sus hermosos ojos amarillos y un collar apenas visible que hace juego. Sus labios están de un rojo intenso y sus párpados están vagamente maquillados. Sus alas tienen unas pequeñas decoraciones doradas entre las plumas. En resumen está hermosa, más hermosa que nunca. Si belleza y elegancia tuvieran un hijo de seguro sería está chica.
-Estas hermosa- parece que no se había percatado de mi presencia ya que se sobre salta al oír mi voz.- ¿no se supone que el vestido sería rojo?
-Cress ¿cuando llegaste?- dice y me dedica una sonrisa. apunto con mis pulgares a mi espalda.
-La verdad es que no hace mucho yo...- la veo a los ojos, es como si solo hiciera esa pregunta de cortesía- ¿te pasa algo?- digo acercándome hasta llegar a su lado.
-No... bueno sí... bueno es que estoy nerviosa- ella ríe y hay cierto temblor en su sonrisa mientras juega distraída con los dedos.
-¿A qué le temes?- digo mientras poso mi mano en su hombro.
-Debik viene a mi cumpleaños -dice al fin, la miro un poco confundida- no se si aún le gusto, digo, no tuvimos nada en el pasado pero ahora él va a estar aquí y no se que hacer ¿como se supone que seduces a un hombre? Yo soy una total inexperta en todo esto y quizá lo arruine como...
-¡Santo cielo para!- le grito algo exaltada- hablas demasiado rápido y apenas puedo entenderte.
-Lo siento- dice y baja la cabeza.
-Mira, tú estas vuelta una hermosura. Esta es tu noche, tienes que gozar como si no hubiese un mañana, digo después de todo no siempre se cumplen 201 años, vamos Mei, si Debik no te hace caso el se lo pierde por no ver a la hermosa chica que eres.
-Gracias.
-Aunque viéndolo por un buen lado no tendrá que oírte parlotear todo el día- Mei me da con todas sus fuerzas en la nuca- ¡Auch! Mei, eso dolió.
-Pues es lo que te ganas por estar diciendo que soy una habladora.- dice mientras me saca la lengua.
-¿Acaso mentí?- intenta darme otro golpe pero lo esquive. Ésta cree que todo se resuelve con golpes.
-No te doy otra no mas porque tengo que cambiarme.
Sonrio a mi querida cumpleañera con real alegría. La verdad es que en cierto modo entiendo su preocupación, tiene casi una década sin hablar con Debik, nunca fueron novios pero ambos se gustaban, no se con exactitud si llegaron a enamorarse, porque siempre que ponías el tema Meize lo negaba y Debik hablaba de algo más. Aun así eran una bonita relación.
Termino de ayudar a Meize a ponerse el vestido. Ella se ve sencillamente hermosa. Su hermosura era algo indescriptible, más allá de la hermosura común que encontrabas en alguna cara embarrada de kilos de maquillaje, su hermosura venía desde el alma, un alma pura y hermosa.
-Quedaste fenomenal- digo casi sin pensarlo.
-¿Tú crees?- dice mientras da un gira para apreciar mejor su vestido.
-Claro que lo creo, hasta siento envidia -eso último salió de mi boca como un susurro. Susurro el cual ella escuchó.
-¿De qué hablas? Tú estás hermosa.
Y era cierto, yo también estaba bonita. Mi corto pelo blanco estaba medio recogido dejando así mis orejas al descubierto. Tenia un vestido negro muy ceñido al puerto pero que me da movilidad, mi collar rojo de rubíes y mis aretes a juego combinaban con mis ojos, los cuales tenían un maquillaje ahumado, los labios iban de un rosa no muy intenso para no sobre cargar el maquillaje.
Yo también estaba bonita, pero no tanto como la diosa que estoy contemplando.
Para mi la fiesta a pasado de lo más aburrida. No es que la fiesta este mala, es que yo me aburro. Me tocó cenar con algunos conocidos de la aldea, no hay mucha conversación pero al menos se evitan los momentos incómodos. De seguro Meize se la está pasando de lo más bien con Debik, desde que llegó fue hasta donde ella y empezaron a hablar sabrá el cielo de que cosa. Aun no he tenido la oportunidad de darle a Mei su regalo de cumpleaños, es una hermosa caja de música, es una reliquia que encontré. Al parecer no todos los inventos de los humanos desaparecieron, esta caiga toca una melodía suave, y según mi papá es de un tal Beethoven o algo así. La melodía es suave y hermosa. Quería dárselo antes pero se me ha olvidado. Creo que luego tendré tiempo de hacerlo.
Me levanto de la mesa para dirigirme a la fuente de bebidas más cercana. En serio que me aburro, he estado bebiendo jugos sin control y siento que mi vejiga va a explorar.
Salgo del cuerpo del baño un poco mas aliviada, de veras tengo que controlarme, no puedo tomar tanto porque estoy aburrida.
Camino hasta la mesa cuando siento que alguien me toma por brazo y tira de mi con algo de fuerza.
-¡Oye!- digo mientras alzo la vista. Los ojos morados de Debik me observan con preocupación- ¿ocurre algo?- pregunto algo dudosa.
-Sí, es Meize.
-¿Qué pasa con Meize?- pregunto teniendo el mismo tono de preocupación que él.
-No está.
-¿Cómo que no está?-mis ojos se abren como platos.
-Pues sí, no está -lleva su mano izquierda a la nuca- yo quería darle una sorpresa así que le dije que me esperara afuera, pero ella nunca llegó, así que entre a buscarla. Pensé que estaría contigo pero veo que no es así.
-¿Cómo carajos pierdes a alguien como Meize? Eso es como no encontrar hojas en el bosque, es imposible.
-Sí, pero se me perdió.
-Bien, tenemos que buscarla, tu busca por la parte traerá del jardín mientras yo busco por los alrededores.- de repente llega a mi la imagen de la ultima vez que fuimos de compras, ella también se me había perdido, quizá mi hermano este de nuevo por aquí y quiera verme. Sonrio ante la idea.
-¿Te parece gracioso?- dice Debik y yo lo miro fijamente.
-No, pero quizá se como encontrarla.
Dicho esto doy la media vuelta y salgo en su busqueda, ojala y mi corazonada este en lo cierto.