-No te parece explendido este invento de los humanos- dice moviendo el artefacto lleno de sangre en el aire. Los primeros rayos del alba llegan a mi cara. Aun no puedo mover mis ojos de mi amiga- ellos lo llamaban cuchillo táctico, un cuchillo normal tenía muchos usos, pero este. Este es una maravilla.
Agacho la cabeza y siento la rabia cubrirme por completo.
-Vas a pagar maldito- digo en un susurro. Alzo la vista nuevamente. No se que es esto que estoy sintiendo pero es como si todo a mi alrededor formará parte de mi cuerpo. Miro unas cadenas que hay a las espaldas de Jeff, puedo sentirlas, las muevo y las amarro al rededor de su cuerpo y cuello. También puedo sentir los árboles a muestras espaldas, hago que uno de estos caiga encima del hombre que me golpeó el abdomen haciendo que el sonido de los huesos crugiendo y el de la madera rompiéndose se mezclen. El otro chico me mora espantado y me suelta para empezar a correr, pero lo levanto del suelo y extiendo mi mano. Puedo sentir sus organos, su piel, su ropa. Cierro mi puño lentamente y es como si lo estuviera exprimiendo, puedo sentirlo. Cuando terminó de cerrar el puño el chico explota llenando todo el lugar de sangres y tripas. Había otro chico. Miro a todos lados en busca del delator, no lo veo, pero puedo sentir su pulso dirijo mis manos hacia el lugar de donde provienen los latidos y lo atraigo hasta mi. Una vez teniéndolo a unos metros camino hasta él.
-No te me acerques- hago caso omiso a sus palabras y sigo caminando de repente veo como uno de esos cuchillos se dirige hacia mi. Y sin pensarlo, más bien como un acto involuntario de mi cuerpo, mis alas se abren y me impulsan hacia arriba, no tengo tiempo de sorprenderme. Estoy cabreada. Llego hasta donde el chico y procedo a enterrarlo vivo, hundiendo su cuerpo bajo kilos de tierra, no sin antes de que el logre clavarme unos de sus cuchillos en un costado. Saco el cuchillo y lo lanzo por alguna parte.
Me giro hasta donde esta Jeff. Aun sigue vivo, pero casi se desmaya. Aflojo el agarre de la cadena al rededor de su cuello y el respira hondo. Me acerco hasta él a paso firme. Mi mirada ahora mismo debe infundir miendo, miedo que veo en sus ojos. Hago que caiga al suelo y me siento de cuclillas a un lado de él.
-¿Qué eres tú? -dice con temblor en su voz. Pongo mi mano en su cuello y luego la bajo Hasta su corazón, introduzco mi mano en su pecho y siento su corazón latir sobre mi palma. Me acerco a su oído izquierdo.
-Tú peor pesadilla- digo mientras retiro mi mano de su pecho aún con su corazón en mis manos. Lo tiro a algún lado y corro hasta el cuerpo sin vida de Meize.- ¡Oh Meize! Perdóname- las lágrimas se hacen presente en mis ojos- si tan solos hubiese llegado antes.
La tomo entre mis brazos y me alzo por el cielo para llegar más rápido al pueblo, cuando logró visualizar una pequeña multitud, y entre ella están los padres de Meize. Desciendo frente a sus padres y extiendo a su hija. Las madre empieza a llorar con desconsuelo, yo también lo hago. El padre toma a Meize en brazos y más ve con terror.
-¿Qué paso?-dice la madre de Mei entre llantos.
-Un grupo de Demor tenían a Meize, cuando llegue la estaban torutando por diversión, esos malditos.
-¿Donde están?- dice el padre- iré a matarlos ahora mismo.
-No es necesario- digo y el me mira sin entender.
Ahora que lo pienso yo tampoco entiendo lo que pasó. Camino en reversa para alejarme de sus padres y no tener que dar explicaciones. Siento que alguien me tira de la mano y me lleva a un lugar más reservado.
-Dime que no es verdad- los ojos violeta de Debik me miran llenos de lágrimas, unas lágrimas que amenazaban con salir en cualquier minuto.
-Debik yo lo siento mucho pero...
-No, ella no está muerta, no hoy. No
-Debik tienes que calmarte y...
-Se supone que debía protegerla pero no está...
-Debik escuchame- poso las manos sobre sus hombros y veo como empieza a llorar, mis ojos también se llenan de lágrimas- se que es duro si, a mi también me duele, fui yo quien la vio morir en ese lugar. Mejor agradece no haber sentido esa impotencia tan grande.
-Yo la amaba Cress, como a nadie- dice con la mirada perdida en algún lado. Lo cierto es que nos llegamos a hacer buenos amigos un tiempo atrás, eso es cierto. Por eso me llama por mi apodo.
-Y yo también, pero por favor, quédate aquí conmigo. He perdido ya a suficientes. Él me mira y da una leve sonrisa cargada de tristeza en mi dirección. Fija su atención en mí.
-¿Cómo es que llegaste volando?
-¿Cómo?- pregunto un poco desconcertada.
-Sí, llegaste con Meize entre brazos, estabas volando. Pensé que no sabías hacerlo.
La razón por la cual Debik sabe sobre eso es porque el estaba ahí el día de la caída con Aztri.
Hago memoria y todo lo que paso hace unos minutos vuelve a mi mente como un Tsunami, yo sintiendo la naturaleza formar parte de mi, mis alas respondiendome y alzándose en vuelo y la sangre de ese tal Jeff en mis manos. Llevo mi vida a mis dedos, aun hay sangre en ellos. Mis manos tiemblan, me siento repentinamente mareada mientras toso un poco, sangre sale de mi boca y antes de que pueda impactar con él frío suelo las manos de Debik me sostiene con firmeza.
-No lo sé- susurro aún viendo mis manos. Siento la herida en mi costado y desvío la mirada a ese lugar, esta sangrando mucho. Hago un quejido de dolor cuando mis dedos rozan la superficie de la herida.
-Cress estas mal herida, necesitas que alguien te atienda.- dice mientras pasa una de mis manos por encima de sus hombros y me guía hasta uno de los médicos del pueblo- te pondrás bien. -la cabeza me da vueltas y tengo mareos cuando de repente todo se sumerge en una gran oscuridad.