Estamos navegando mar a dentro para alejarnos de la orilla, ya llevamos más de tres semanas con la tripulación de Abihail. No he podido hablar con ninguno de ellos, normalmente estoy practicando en mis habilidades, puedo mantener el vuelo por cinco minutos y eso es un gran logro. A Aztri también la han ayudado en sus habilidades, según tengo entendido en el Inframundo te torturaban tanto que tenias que encontrar la forma de evolucionar tus habilidades, o algo así. Por ejemplo mi hermano puede invocar cualidades de ciertos animales sin la necesidad de transformarse en alguno a menos que sea estrictamente necesario. Ksur antes no podía desvanecer una sola parte de su cuerpo. Y ahora sí. Aunque ahora que lo pienso, no se como lograban hacerle daño a Ksur, tendré que preguntar.
Abihail me intriga mucho, es como un libro abierto que no le importa decir lo que piensa pero aun así oculta algo, es una sensación extraña.
Aztri ha mejorado algo con sus habilidades, en palacio no le enseñaron a incrementar su poder, mas bien le enseñaban cosas teóricas y mucha basura. En las últimas semanas Abihail acepto ayudarla de mala gana. Esas dos se caen muy mal.
Estoy sentada en un costado del barco, cerca de la vela. Es muy tranquilo todo aquí, me gusta imaginar cómo hubiese sido mi vida si mamá no hubiese muerto, o si supiera quien fue mi papá.
-¿puedo acompañarte?- dice una voz masculina detrás de mi que tan bien conozco.
-Claro Ksur- digo haciendo espacio para que se siente.
-¿En que pensabas Cress?- los últimos días me ha estado llamando por mi apodo, me siento más cómoda cuando lo hace.
-En papá.-digo sin rodeos- quisiera saber quien es.
-Seguro no tiene importancia Cres. Quizá este muerto o vivo, nadie sabe.- él tiene razón, debería dejar de preocuparme por eso.
-Ksur, quiero preguntarte algo- digo mientras juego con mis dedos.
-Adelante- dice con voz ronca y sensual, este hombre me esta gustando cada vez más.
-¿Cómo fue tu vida en el Inframundo?- él suspira con pesadez mientras mira al horizonte.
-Yo era muy pequeño cuando llegue a ese lugar, si acaso tenía unos 40 o 50 años, no lo recuerdo. Llegue con mi papá el traidor y mi madre. Al instante nos separaron.- los miro cautelosa, quiero saber mas pero no quiero forzarlo a que me diga- Mi habilidad tiene un defecto ¿sabes? No puedo atravesar objetos, quizá sí personas, pero no objetos. Me encerraban en una caja de cristal, luego la llenaban de agua hasta la mitad y luego una descarga eléctrica.
-Eso suena terrible- digo conmovida ante su declaración.
-Si, supongo que si- su tono de voz nunca falsea, ni por un instante. Es como si me estuviese diciendo algo normal- luego conocí a tu hermano, al haber llegado muy niño a ese lugar no recordaba lo que era libertad, para mi lo que pasaba estaba bien. Chris me enseñó que no, su habitación estaba frente a la mía, hablábamos todas las noches, el me explico como era el mundo fuera de aquel lugar y yo le expliqué como eran las cosas dentro.
-¿Y como conocieron a Abihail?- cuestioné.
-Ella llegó un mes después que tu hermano, era callada, nos costó mucho saber quien era. Al parecer ella reconoció a tu hermano y solo así pudimos hablar.
-¿Cómo escaparon?
-Sí te portas bien te dejan salir al comedor una vez al mes, desarrollamos un método de habla por señas, a Abihail no le daban agua, la mantenían viva a base de medicina sustituta. Así que un día tu hermano se las ingenio para que los tres saliéramos al comedor. Una vez allí escupió agua sobre Abihail, fue todo un espectáculo- dice riendo- teníamos la oportunidad y la aprovechamos al máximo, solo un guardia nos vigilaba, un Imponente con la habilidad de clonarse a sí mismo. Abihail grito, yo golpee, tu hermano corrió. Logramos liberar algunos pricioneros. Al salir de aquel lugar estaba hubicado en un risco, Abihail cayó al agua y esa fue la ultima vez que la vimos. Sabíamos que estaba viva porque la vimos nadando.
-¿y que paso con tus padre?
-No lo sé- dice mirándome a los ojos- creo que mi mamá murió al poco tiempo de llegar a ese lugar.
Me quedo callada, no se que respondele, no se si necesita el pésame. Lo que me ha dicho es un poco delicado y no quiero meter la pata.
-Oye Cressendia- dice Ksur volviendo a mirar al horizonte.
-¿Sí? -Me apresuré a responder.
-Me gustas
-¿Qué?- espera, en serio ¿qué? Estoy muy impactada.
-Lo que oiste, me gustas- lo que más me sorprende es la forma tan serena en como lo dice. Abro mi boca para decir que él también me gusta pero me interrumpe- no tienes que decir nada, tranquila.
Vuelve a mirarme y luego desvía la mirada a mis labios, se está acercando de a poco, siento su mano izquierda en mi cintura pegandome de él. Estoy muy nerviosa, quiero que me bese ya. Esta sólo a milímetros de mi boca cuando...
-¡unp! ¡unp!- escucho unos falsos tocidos al lado de nosotros y desvío la cabeza para mirar a quien a interrumpido este hermoso momento.
-¡Oh! Christopher, vamos. Estaba a punto de besarle- se queja Ksur con fastidio.