La intensidad del amanecer bañaba los campos y colinas, un resplandor suave y engañoso que daba la ilusión de calma. Pero Isabella y Liam sabían que su recién adquirida fuerza era solo un primer paso en el peligroso camino que habían decidido tomar juntos. Sus sentidos estaban alerta, y el peso de la transformación que habían sufrido en la caverna todavía se sentía en sus cuerpos. No solo habían ganado poder, sino que habían entregado una parte de sí mismos, sacrificio que ahora parecía latir en cada fibra de sus seres.
—¿Estás bien? —preguntó Liam, mirando a Isabella con curiosidad y cierta preocupación. Sus ojos mostraban una profundidad nueva, y aunque sabía que había cambiado, aún no lograba comprender hasta qué punto.
Isabella asintió, aunque la seriedad de su expresión revelaba que el cambio en su interior era mucho más profundo de lo que podía explicar. Había perdido una parte de su humanidad en aquella fuente ancestral, pero había ganado algo que la hacía sentir aún más poderosa y, al mismo tiempo, más vulnerable. Algo en su esencia se había alterado.
—Nunca había sentido algo así —admitió con franqueza, bajando la vista hacia sus manos, que ahora irradiaban un poder desconocido, una energía oscura y etérea que vibraba en su piel como una sombra viva—. Pero lo importante es que ahora estamos preparados. O al menos, tanto como podemos estarlo para lo que viene.
Sin embargo, aún les faltaba un aliado crucial: el líder de uno de los clanes rebeldes de licántropos, un guerrero legendario llamado Aidan, cuya fuerza era tan temida como su carácter impredecible. Liam sabía que Aidan y él no habían terminado en buenos términos cuando dejó la manada, pero también sabía que si alguien podía inclinar la balanza en su favor, era él.
—Aidan nunca ha seguido órdenes —dijo Liam, mirando hacia el horizonte—. Pero es inteligente y, si lo convencemos de que Cassandra es una amenaza para todos, quizás acepte luchar a nuestro lado.
Isabella asintió, dándose cuenta de que confiar en Aidan sería un riesgo, pero era una apuesta que debían tomar si querían equilibrar el poder de su alianza. Partieron hacia las tierras en las que Aidan solía estar con su manada, una región de montañas escarpadas y bosques densos, donde los licántropos vivían en armonía con la naturaleza y aprovechaban el entorno como defensa natural.
***
Al anochecer, llegaron a los límites del territorio de Aidan. La presencia de licántropos era palpable en cada sombra, en cada sonido que rompía el silencio de la noche. Sin embargo, los centinelas no se acercaron; parecían observarlos desde la distancia, como esperando alguna señal para atacar.
—Nos están vigilando —dijo Liam, manteniéndose alerta—. Probablemente nos permitirán entrar si no hacemos movimientos bruscos.
Isabella lo siguió en silencio. Sabía que, en ese territorio, cualquier paso en falso podía ser interpretado como una amenaza. Finalmente, luego de un tenso recorrido, llegaron a un claro donde una figura alta y robusta los esperaba, con los brazos cruzados y una mirada cargada de desconfianza.
—Liam, el traidor —gruñó Aidan, sin rodeos, mientras sus ojos dorados brillaban con una furia contenida—. Pensé que no volverías a poner un pie en mi territorio.
Liam sostuvo la mirada de Aidan, sin mostrar temor.
—Vengo porque necesito tu ayuda, Aidan. —Sus palabras eran firmes y directas—. Cassandra está planeando algo que pone en riesgo a todos, incluidos tú y tu manada. Y no puedes enfrentarte a ella solo.
Aidan miró a Isabella, estudiándola con una mezcla de recelo y desdén.
—¿Una alianza con una vampira? —dijo con desprecio—. Has caído más bajo de lo que imaginaba, Liam.
Isabella no se dejó intimidar y dio un paso adelante.
—Esta no es una simple alianza —dijo con frialdad—. Es una unión de fuerzas para enfrentar una amenaza que va más allá de los prejuicios entre nuestras especies. Cassandra está buscando cumplir una profecía que le dará el poder absoluto sobre vampiros y licántropos por igual. Si no te unes a nosotros, eventualmente caerás ante su poder.
Aidan soltó una carcajada amarga.
—¿Y por qué debería confiar en ustedes? Eres una vampira, y no olvido que tu clan ha masacrado a los nuestros por siglos.
Liam sabía que Aidan necesitaba más que palabras para convencerse, así que decidió mostrarle el poder que habían adquirido. Extendió su mano, y la energía oscura y vibrante que había absorbido de la fuente se manifestó como un aura intensa que rodeaba su cuerpo, fusionando su fuerza de licántropo con una nueva esencia mágica.
—Este poder es la única forma de enfrentarla, Aidan. No venimos a pedir tu lealtad, sino a ofrecerte una oportunidad para salvar a tu gente.
Aidan miró la energía con una mezcla de sorpresa y respeto. Finalmente, después de unos largos segundos, su postura se suavizó ligeramente, y su mirada perdió parte de la hostilidad.
—Hablas de poder, de una guerra que podría acabar con todos nosotros —dijo Aidan, casi en un susurro—. Pero sabes que esto nos llevará a una traición. Una guerra interna que destruirá a nuestras propias especies. ¿Estás seguro de que puedes cargar con eso, Liam?
Liam asintió, sabiendo que había dejado atrás su pasado para seguir adelante con Isabella en esta batalla. Aidan lo observó un momento más y luego extendió su mano en señal de tregua.
—De acuerdo. Pelearemos juntos, pero con una condición —dijo Aidan, dirigiendo su mirada a Isabella—. Si veo que te desvías de nuestro objetivo o intentas traicionarnos, te destruiré sin pensarlo.
Isabella asintió. Entendía que la desconfianza de Aidan no desaparecería fácilmente, pero también sabía que cada aliado era crucial. Con este nuevo pacto, habían ganado una fortaleza que podría nivelar el campo de batalla en su enfrentamiento contra Cassandra.
***
Esa misma noche, se reunieron en una cueva donde se planificaría la estrategia que seguirían para enfrentar a Cassandra y sus fuerzas. Cada uno aportó lo que sabía sobre las fortalezas y debilidades de sus clanes, buscando cualquier ventaja que pudiera asegurarles la victoria. Isabella y Liam sabían que, aunque contaban con poderosos aliados, la lealtad de sus seguidores sería siempre incierta, y cualquier error podría sellar su destino.
Editado: 12.11.2024