Criaturas Oscuras

Capitulo:14

El grupo se desplazaba en silencio, todavía sintiendo la resonancia de la energía liberada en el altar que habían destruido. La confrontación con la sombra de Cassandra había dejado a todos exhaustos, pero también más unidos y determinados que nunca. La victoria que acababan de obtener era solo una pequeña parte del camino, y todos sabían que la bruja pronto intentaría vengarse.

Isabella, caminando en la retaguardia, sentía en sus huesos el rastro de la magia oscura que habían neutralizado. Sabía que Cassandra no se detendría hasta destruirlos y que la energía oscura que la unía a ella aún no había desaparecido por completo. Había logrado debilitar el vínculo, pero la conexión latente que aún sentía era un recordatorio constante del peligro.

Liam, siempre atento a sus emociones, notó la preocupación en su rostro y se acercó a ella en silencio.

—¿Cómo te sientes? —preguntó con suavidad, sus ojos llenos de preocupación.

Isabella esbozó una débil sonrisa, reconociendo su apoyo.

—Estoy bien, solo… siento que algo se está gestando. Cassandra no nos dejará tranquilos por mucho tiempo.

Liam asintió, consciente de la verdad en sus palabras.

—Por eso debemos avanzar. Cuanto antes lleguemos a su dominio central, más posibilidades tendremos de atraparla desprevenida.

Aidan, que iba unos pasos adelante, giró la cabeza y lanzó una mirada seria hacia Isabella y Liam.

—Si seguimos adelante, debemos estar preparados para cualquier cosa. Cassandra es más poderosa de lo que jamás habíamos enfrentado. —Sus palabras cargaban una advertencia, pero también una chispa de respeto que antes había sido menos evidente.

Isabella asintió, sintiendo en lo profundo de su ser que la próxima vez que enfrentaran a Cassandra, sería en un escenario donde la bruja tendría todas las ventajas. Pero ahora el grupo estaba más sincronizado, y aunque sabían que sus habilidades eran limitadas ante el poder oscuro de Cassandra, también sabían que juntos tendrían una oportunidad.

**Horas después, en un campamento improvisado…**

La noche cayó sobre el grupo, y una vez más decidieron establecer un campamento temporal en un claro escondido del bosque. La brisa nocturna era fría y traía consigo el sonido de criaturas nocturnas, un recordatorio de que no estaban solos.

Isabella, incapaz de dormir, caminó hacia un viejo roble en el borde del campamento y se sentó en sus raíces, observando las estrellas mientras intentaba aquietar su mente. Sin embargo, los ecos de los pensamientos de Cassandra seguían presentes, recordándole que la conexión no se había roto del todo.

De pronto, sintió un leve crujido de ramas a su espalda. Al girarse, encontró a uno de los licántropos jóvenes, Lucian, observándola con una mezcla de curiosidad y admiración.

—¿Te molesta si me siento contigo? —preguntó él con timidez.

Isabella asintió, sonriendo ligeramente, y Lucian se acomodó a su lado, mirando también hacia las estrellas.

—Es raro pensar en ti como nuestra aliada —dijo Lucian—. Los vampiros siempre fueron enemigos de nuestra manada, pero contigo… es diferente. A veces me pregunto qué te motiva a seguir esta lucha.

Isabella lo miró, reflexionando sobre sus palabras antes de responder.

—Yo tampoco esperaba encontrarme aquí, luchando junto a ustedes —admitió—. Pero Cassandra ha cruzado límites que ni siquiera yo podría tolerar. Su poder es peligroso, no solo para los vampiros o los licántropos, sino para el equilibrio de este mundo. Si no la detenemos, nadie estará a salvo.

Lucian asintió en silencio, comprendiendo la gravedad de la situación. Aunque era joven, sabía que el sacrificio que todos estaban haciendo era necesario.

De repente, el suelo bajo sus pies comenzó a vibrar ligeramente, y ambos se miraron, alertas. Desde el centro del campamento, los demás también sintieron la vibración, y todos se pusieron de pie, preparándose para lo que pudiera venir.

—¡Cassandra! —murmuró Aidan, con los ojos fijos en la dirección de donde parecía emanar la energía oscura.

La vibración se intensificó y, de entre las sombras, emergió una figura envuelta en una densa neblina negra. Era una proyección de Cassandra, que los miraba con una sonrisa helada, y sus ojos destilaban una furia contenida.

—¿Creyeron que destruir mi altar los salvaría? —dijo, con una voz que resonaba en cada rincón del claro—. Han cometido un grave error al desafiarme.

Isabella dio un paso al frente, enfrentándose a la proyección.

—Tu tiempo de control está terminando, Cassandra. Vamos a detenerte, y tu reinado de terror terminará.

Cassandra soltó una risa cruel, y la energía oscura que la rodeaba comenzó a intensificarse, expandiéndose como si intentara cubrir todo el claro.

—Ya veremos, querida. Pero les advierto… el precio de su insubordinación será alto. Antes de que termine esta noche, uno de ustedes caerá.

Dicho esto, la figura de Cassandra se desvaneció, dejando una sensación de opresión en el aire.

Aidan, con los dientes apretados, lanzó una mirada de advertencia a Isabella.

—No podemos tomar sus palabras a la ligera. Si Cassandra dijo que alguien caerá, debemos estar preparados para cualquier cosa.

Isabella asintió, sintiendo una creciente inquietud. Sabía que las palabras de Cassandra no eran meras amenazas vacías, y que la bruja era capaz de cumplir su promesa de venganza.

**Esa noche, los aliados decidieron no dormir y montaron guardia en turnos, cada uno alerta ante cualquier movimiento o ruido sospechoso.**

La tensión era palpable, y a medida que las horas avanzaban, la ansiedad se intensificaba. Cassandra había lanzado una advertencia que resonaba en sus mentes, y cada uno de ellos sabía que el peligro estaba más cerca que nunca.

Cuando el primer destello de luz comenzaba a asomarse en el horizonte, un grito rompió el silencio. Era uno de los exploradores de la manada, que había salido a investigar los alrededores.



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En el texto hay: vampiros, drama amor problemas

Editado: 12.11.2024

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