Prólogo
El ambiente tranquilo de una noche familiar, pasaba como brisa por donde mirara, era una noche muy tranquila, mi padre y madre estaban terminando de preparar la cena, siempre lo hacían mientras yo ponía la mesa, de pronto escuche como había ruido afuera, pero mis padres no le dieron importancia, estábamos por cenar, de pronto escuche como alguien, toco la puerta, papa abrió, parecía que el color del ambiente había cambiado, el hombre que había tocado la puerta entro golpeando a mi padre y luego nos apunto a mí y a mi mamá con un arma, mientras nos mantuvo encerrados en un cuarto, mató a mi padre con el arma, luego saco a mi madre, entre gritos y berrinches trate de evitarlo, pero me golpeo en la cabeza y quede inconsciente, cuando desperté mis padres estaban muertos y había sangre por todos lados, cerca de ellos, se encontraban dos piezas de ajedrez, los cuales eran 2 peones de color negro, a mi lado estaba la reina color blanco y parecía pintada de negro de una mitad, el creciente terror me inundaba, mire un espejo que se encontraba a mi derecha, encontrándome con la peor imagen, todo, absolutamente todo, lleno de sangre……oí como me llamaba mi madre desde el suelo para mí terror -Patrick -
Se escuchaba un susurro de sus labios fríos
-Patrick arriba-
Eso era extraño ¿arriba? ¿De dónde?
-PATRICK DESPIERTA-
Eso había sonado aún más horrible ya no era ese sueño, era una pesadilla con la molesta voz de Gaby
-PATRICK DESPIERTA DE UNA BUENA VEZ….
Del susto me levante de inmediato, aun con un poco de saliva en la boca y pasándome mi manga por esta, parpadee un par de veces, para despertarme por completo, notando que aún estaba en mi oficina
-es el colmo Pato, cómo es posible que duermas de nuevo en el escritorio- me dijo mi amiga y técnica del FBI Gaby
-lo siento Gaby, pero el caso de anoche me dejo agotado, debí al menos, no dormir en tres días, ese chico los asesinaba porque estaba dolido con su padre y casi lo mata a él también, de no haber sido por que llegue a tiempo- conteste sin más restregándome los ojos
-deberías descansar…. o buscarte un compañero- había tenida esa opción, pero no quería eso
-ya sé, pero estoy bien así, no necesito compañero, además tengo prisa, le llevare el informe a la jefa- conteste alistando un montón de papeles esparcidos por mi escritorio –seguro se enoja si no lo entrego a tiempo- me levante mientras me seguían varias miradas
Se podría decir que era… guapo… no, toda una ternura andando, tanto chicas, como chicos que se me habían insinuado, desde hace mucho tiempo, decían que parecía todo un ángel andando, no le tome importancia, menos las relaciones a las que tantas veces me arrastraban algunos amigos, era de estatura promedio ni muy alto ni muy bajo, cabello azul oscuro o eso aparentaba, tenía 24 años, ojos grises.
-hola Rachel, aquí está el informe- dije entrando en la oficina de mi jefa
Rachel había sido mi amiga y confidente desde que ella tomo el caso en el que mis padres estaban involucrados y aun en contra de las reglas, ella me mantuvo informado durante el caso y su seguimiento, me había visto crecer y llegar hasta donde estaba, siempre me vio triunfar, incluso me apoyo cuando me uní al FBI
-oh gracias, ¿Cómo te sientes? Después de este caso no creo que te sientas muy bien- me dijo
-estoy cansado nada más- respondí mientras acomodaba un poco mi cabello –pero será mejor que me vaya ya, los demás te lo entrego después-
-está bien nos vemos mañana, no hagas tonterías, por cierto, los cabezas, quieren que te asignemos un compañero desde la vez que te secuestraron y apenas lograste escapar- me despidió con una sonrisa apenada por la información que me declaraba
- ¿QUEEE? No… estoy bien, sé que puedo, ¡¡no necesito un compañero!!- me di la vuelta en cuanto lo escuché
-lo lamento, pero me dijeron que me mandarían a un chico nuevo así que... tendrás que acostumbrarte, sé que llevas aquí 3 años y por lo menos deberían de hacerte caso, después de haber resuelto ya muchos casos para ellos, pero por eso mismo y para que sigas así te mandan protección, de todos modos, lo harán- me contesto mi jefa – quieras o no-
- ¿no hay otra manera? - ella negó – espero y sea bueno- resople mientras negaba, al fin y acabo lo mandarían
Salí de mi oficina, tome un taxi, no vivía muy lejos, de hecho, estaba cerca, pero necesitaba descansar un poco, cuando llegue observe mi edificio, uno no muy lujoso, pero si con seguridad, salude al portero y entre al elevador, casi se cerraban las puertas cuando mi vecino y buen amigo lo detuvo
-hey Patrick hola- me saludo
-hey James ¿Cómo estás? -pregunte
-veras, termine con mi novia la semana pasada, creo que mejor intento con chicos, no me van bien con las mujeres, son muy mandonas- me reprocho mi amigo con un puchero
-jajá eso te pasa por ligar a quien se te cruce en el camino- le respondí con una sonrisa que hizo sonrojar a mi amigo