Crimen Escarlata

16. Ira

VIERNES 31 DE OCTUBRE-. 12:04 hrs. DANTE

El sonido del teléfono cortó la tensión del momento, pero estaba claro que aquel hombre, Razael, estaba disfrutando de hacer enojar a Kiera. La pregunta era ¿por qué?

¿De dónde se conocen?

No podía creer que mi compañera no me hubiera contado que había conocido a alguien, aunque la relación de conocidos que tenían era bastante peculiar.

No me sorprendió que Kiera quisiera mantener la distancia, pero él... no parecía que estuviera solamente interesado en ella, era como si se hubiera vuelto su nuevo juguete, su nueva obsesión.

Ese hecho, no me agradó en absoluto, pero quería analizar más al sujeto para determinar si podría ser una buena o mala persona para mi compañera. Al mismo tiempo, no podía negar que era, hasta cierto punto, divertido ver a Kiera tan frustrada y molesta con un sujeto.

Yo mismo había celebrado el hecho de que quisiera salir, porque sabía que le haría bien conocer más gente, fueran o no intereses románticos. Por lo que, Razael quedaría en "evaluación" de momento.

Kiera finalmente colgó el teléfono he indicó que el capitán nos había ordenado retornos.

Dios... El viaje de vuelta va a ser realmente incomodo.

VIERNES 31 DE OCTUBRE-. 12:15 hrs. RAZAEL

El silencio marcó el trayecto de retorno.

Si bien hice lo posible por mantener mis ojos fijos en el camino, no pude evitar desviar la mirada hacia Kiera de vez en cuando.

Su rostro serio me indicó una cosa: seguía molesta.

Seguro debió pensar que todo esto fue una pérdida de tiempo. Tal vez para ella sí, pero para mí, había sido una interacción bastante entretenida.

Me quedó claro que no confiaba en absoluto en mi persona. pero había algo en ella que era diferente: no tenía miedo de hablar conmigo. No intentaba manipularme, seducirme o convencerme, como hacían muchas mortales al verme. A su vez, tampoco se dejaba impresionar por mí.

Kiera era una maldita anomalía, la cual me intrigaba más de lo que esperaba. Era como si supiera que toda mi esencia e imagen estaban diseñadas para engatusar a los humanos, sin embargo ella no cayó en la trampa.

Cuando Ozuel aparcó el vehículo, la voz de la detective interrumpió el silencio.

—Continuaremos el día de mañana. Si requieren algo más, no duden en contactarnos. Buen día, caballeros.

Fría, profesional e inalcanzable. Lo dejó claro con solo esa frase.

Se bajó sin mirar a ninguno y Dante la siguió tras despedirse educadamente, pero yo no había terminado.

Salí tras ella, dejando que mis pasos resonaran lo suficiente para que supiera que la seguía.

—Detective Hart.

Se detuvo y giró el rostro para mirarme, con una mueca de quien solo espera una conversación innecesaria.

Hermosa. Es hermosa en la maldita indiferencia que tiene hacia mí.

—¿Hará algo para Halloween? —pregunté con un tono ligero, casi despreocupado.

No busqué obtener una respuesta positiva, sino ver su reacción, analizar la forma en que se excusaría, pero no esperé lo que ocurrió.

Su rostro se ensombreció al instante. Molestia, no, ira. Una viral y poderosa ira cargada en desprecio.

—No, y lo que haga tampoco te incumbe.

Su tono fue más cortante que nunca y su mirada pareció un cuchillo al rojo vivo. Sin esperar a que le respondiera, se alejó y entró al edificio hecha una furia.

Me quedé como piedra.

¿Qué mierda acababa de pasar?

Sentí el peso de una mirada y encontré a Dante suspirando largamente.

Se me acercó con la actitud de alguien que ya estaba acostumbrado a lidiar con su compañera y me dio un leve golpe en el hombro, en un gesto sorprendentemente empático.

—Ella desprecia esta fecha, por lo que no es nada contra ti.

Lo estudié en silencio, aun procesando la reacción de la detective.

—Es un tema sensible para ella —agregó él—, pero no soy quién para contarte los detalles.

No insistí. Si ella despreciaba algo con esa intensidad, debía haber una razón. El problema es que ahora necesitaba saber cuál era.

Mantuve el semblante serio y asentí con calma.

—Gracias por la información, detective. Nos veremos mañana.

Sin más, volví a subirme al auto y dejé que la puerta se cerrara tras de mí.

Pero incluso cuando el vehículo arrancó y la ciudad comenzó a desdibujarse a mi alrededor, mi mente seguía en la misma imagen: los ojos de Kiera, ardiendo de ira con mi simple pregunta.

Había algo ahí, algo enterrado bajo capas de furia y dolor.

Y tarde o temprano, iba a descubrir de qué se trataba.

VIERNES 31 DE OCTUBRE-. 20:10 hrs. MALIK

El aire del estudio estaba cargado de tensión.

Salem ardía en furia, y su expresión de disgusto mientras observaba la noticia del funeral de Jude Gia era más que evidente. Yo, en cambio yo, permanecí en silencio, observándolo con indiferencia.

—¡Por la mierda! ¿Por qué cree ese puto príncipe que puede caminar por la tierra como si fuera su reino? —bramó, colérico.

Bufé.

¿Tengo que explicarte acaso?

—Porque, técnicamente, puede y lo está haciendo.

—¡Entonces no deberíamos quedarnos de brazos cruzados!

Exhalé lentamente.

—¿Cuántas veces te he dicho que no hay nada, en este momento, que podamos hacer al respecto?

—¡Los demonios no merecen pisar la tierra, y mucho menos mezclarse con los humanos! Altera el equilibrio y lo sabes —bramó obviamente sin escucharme.

Me encogí de hombros.

—Aun así, no tienes el poder ni la autoridad para sacar a un demonio real de aquí.

La frustración ardió en los ojos de Salem cuando clavó su mirada en mí.

—No entiendo cómo puedes estar tan resignado en aceptar esta situación. ¡Deberíamos estar buscando la forma de hacer algo, no quedarnos como meros espectadores!

Ignoré su arrebato y me levanté de mi asiento. La verdad no tenía intenciones de razonar con él, era imposible a estas alturas y menos en el estado en que estaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.