Capítulo 16

Sebastián se encontraba en el segundo piso de la mansión. Su mirada era de odio y sus expresiones grotescas.

--- ¿Por qué haces todo esto Sebastián? No sé cómo lo haces pero tienes que parar ya. --- Ordenó Iván. --- ¡Ríndete o te matamos imbécil! Como lo hiciste con cada uno de mis hombres.

Sebastián se echó a reír, como si la amenaza de Iván hubiese sido un chiste muy bueno para él: --- ¿Rendirme? ¿Matarme? ¡Qué estupidez! Yo siendo tú me cuidaría comisario ¡Estás hablando con un inmortal! ¡Anda, dispárame imbécil!

Sebastián esbozaba una sonrisa y mantenía las manos en alto descubriendo sus palmas. Iván sostuvo su pistola con firmeza y justo antes de accionar el gatillo, Ezra le sujeto el arma apuntándola hacia el suelo.

--- No malgastes tus balas amigo. Lo que él dice es verdad, las balas no le afectan.

--- ¡Gracias Detective eres brillante, eres el único inteligente del grupo!

---Gracias. Sé también que no eres inmortal y que eres un artista de épocas pasadas y utilizas una cara que no te pertenece, no eres Sebastián tu nombre es Lazzarus Winters --- Ezra sacó de su bolsillo un espejo grande de mano. La piel de Sebastián comenzó a derretirse, como se derrite como el helado; sus ojos se salieron de sus orbitas cayendo al suelo como dos bolas blancas de billar. Todos observaban con horror aquel terrible espectáculo. Un hombre sonriente de cabello largo, ojos amarillos con rojo y piel blanca como la nieve se materializó frente a ellos de pronto. Llevaba un camisón negro que chorreaba pintura del mismo color. Sus manos estaban cubiertas de sangre junto a sus pies descalzos.

--- Bravo detective veo que me has descubierto. Desde que entraste a esta mansión supe que no eras cualquier persona. Tu cara y tu apellido me sonaban muchísimo hasta que ¡BUM! Recordé el día en que morí. El día que el desgraciado de Nicolás Jones me quito la vida, justo después de pintar mi última obra maestra.

Ezra Jones recordó en ese instante a su bisabuelo Nicolás Jones, este había desaparecido una tarde de julio de 1945 partió de casa a una misión importante en cubierto y desde ese día nadie lo volvió a ver. Su abuelo se había hecho policía tiempo después para buscar a los responsables de su desaparición pero nunca los encontró.

--- Si detective, tu bisabuelo fue el que me mató. --- En ese instante Lazzarus se lanzó hacia la primera planta aterrizando a unos 5 metros del equipo. --- Sin embargo le doy las gracias porque me liberó; gracias a él pude perfeccionar mi arte y darle vida a mis obras. Ahora puedo matar con total libertad y pronto saldré a matar a cada persona en esta patética ciudad.

--- No podrás, tendrás que matarme primero no voy a dejar que salgas de aquí, voy a destruirte.

--- Pues que así sea, primero veras morir a tu equipo y luego te matare a ti. --- Justo en ese momento un golpe seco retumbo en el lugar, detrás de los agentes hallaba la estatua de la dama justicia, sosteniendo la espada ensangrentada en la mano derecha y la balanza con la cabeza del agente Brown en la izquierda. Iván se alarmó al ver que llevaba una venda de piedra en los ojos y lágrimas negras saliendo de debajo de la misma.

--- Ahora me encargare de matarte, pero primero los veras morir a todos.--- Lazzarus con un movimiento de manos arrojó por los aires al detective. La dama justicia salto sobre Iván emitiendo un grito espantoso; todos comenzaron a disparar retrocediendo rápidamente. Vanessa corrió hacia Ezra pero Lazzarus la tomó por el cuello separándola unos centímetros del suelo.

--- El amor es algo maravilloso ¿No lo crees?

--- Déjala en paz. Esto es entre tú y yo --- Gritó Ezra con dificultad mientras trataba de levantarse.

--- No te preocupes a ella la guardare para el final.--- Lazzarus voló hacia la segunda planta con Vanessa como rehén y el detective ahora de pie se dispuso a perseguirlo.