Capítulo 11

Todo se encontraba a oscuras en el gran salón de la mansión. Ezra apretó fuertemente el brazo de Vanessa. Minutos antes habían visto como Sara se había transformado en Sebastián Castellanos, luego escucharon una risa demoniaca hasta que todo quedó a oscuras y en silencio. Los agentes Brown y Lee encendieron sus linternas junto al inspector de la Cruz apuntado con sus armas alrededor dispuestos a disparar.

--- Tenemos que salir de aquí cuanto antes. Nunca había visto algo parecido en todos estos años de servicio. --- Rompió el silencio inspector de la Cruz.

--- Dávila, Smith, aborten, nos retiramos, cambio. --- Brown solo escuchaba sonido blanco en su radio. --- Respondan, aborten. Hook, Torres repórtense.

--- Algo está interfiriendo con las comunicaciones, Morearty y Stone tampoco responden.

--- Salgamos de aquí por favor. --- Vanessa rompió en llanto. El detective la abrazo fuertemente.

--- Tranquila ya saldremos de aquí.

Todos se dirigieron con paso rápido pero cauteloso al hall de la mansión, pero al llegar a la puerta esta se encontraba cerrada.

--- Tendremos que volarla para poder salir. --- El agente Brown buscó entre sus bolsillos un explosivo y se dispuso a colocarlo.

La luz volvió de pronto, una melodía emanada de un piano y un violín comenzó a escucharse interpretando las notas de Dance Macabre de Saint-Saëns. Poco a poco se fueron escuchando pasos y voces de varias personas provenientes del gran salón.

Todos a excepción de Brown se encontraban asombrados mirando fijamente hacia el gran salón.

--- ¡Apártense, esto va a explotar! --- Gritó el agente; todos retrocedieron. El agente agarró un pequeño control con un gran boto rojo y al presionarlo el dispositivo estalló, pero para su sorpresa y desesperanza la puerta se mantuvo intacta, la explosión no la hizo volar en pedazos.

--- ¡¿Qué demonios?! Esta puerta es indestructible. Era el explosivo más fuerte que tenía. --- Gritó furioso el agente Brown.

Todos se encontraron en silencio y desconcertados con lo que estaba pasando en ese momento. Ezra nunca había visto algo similar, esa mansión realmente estaba maldita. Echó un vistazo alrededor del lugar, hasta que se topó con su reflejo en el espejo, el cual le señalaba el piso de arriba, Ezra trató de asimilar lo que estaba mirando cuando una voz proveniente del gran salón dijo con tono alegre: --- Pasen por favor, el baile de medianoche está a punto de comenzar.

Ezra vio como su reflejo movía la cabeza en forma negativa señalando al gran salón. Por alguna extraña razón el detective decidió hacerle caso a su reflejo, tomó la mano de Vanessa y dijo: --- Tenemos que subir. Arriba debe de haber una salida.

--- En el invernadero debe de haber una salida. No creo que del segundo piso podamos escapar de este lugar. --- Se opuso el agente Brown. --- Debemos de encontrar una puerta trasera.

--- Hagamos algo vamos a dividirnos, yo iré con Ezra y Vanessa, Lee y tú si quieren atraviesen ese salón que está lleno de gente desconocida y sabrá Dios que más hay en ese lugar. --- Exclamó el inspector de la Cruz.

--- Puede que descubramos o no una salida pero por lo menos estaremos a salvo, no sabemos que encontraremos ahí.

--- Tiene razón la señorita De Witt, arriba estaremos a salvo. --- Dijo la agente Lee.

--- Entonces iré solo, sé que hay una posibilidad que haya una puerta en el invernadero.

--- Tenemos que permanecer juntos no se sabe lo que nos espera dentro de esta casa. --- Ordenó Iván. --- Subamos a buscar a los demás.

--- Está bien, subamos.

Todos siguieron a Ezra al segundo piso, Vanessa ya más calmada se mantuvo al lado del detective. Cuando llegaron al segundo piso, todos se asomaron en el balcón para ver desde arriba lo que estaba pasando en el gran salón. Unas treinta y tres personas enmascaradas se encontraban bailando al ritmo de la música, Sebastián se encontraba tocando el piano y una mujer con sombrero rojo de ala ancha tocaba el violín. Ezra dedujo que las personas que bailaban eran las mismas personas de los retratos, ya que le resultaban familiares y recordó ver esos mismos rostros en los cuadros.

--- Esa estatua en el centro no se encontraba allí antes. --- Dijo Vanessa extrañada, señalando la estatua de un ángel con las alas abiertas con ambas manos levantadas al cielo.

De pronto el reloj de ébano dio las doce y el sonido de sus campanadas inundo la habitación. La música cesó de inmediato, y las parejas dejaron de danzar. Sebastián se levantó del piano y dirigió su mirada hacia Vanessa, una mirada diabólica y atemorizante. Las personas al verlo también dirigieron sus miradas al segundo piso, todos lucían pálidos y lágrimas negras salían de sus ojos machando sus máscaras y antifaces. Todos retrocedieron aterrados, parecía una película de terror.

--- Tenemos que irnos de inmediato. --- Susurro la agente Lee, quien miraba aterrada como la estatua del ángel comenzaba a bajar sus brazos.

Los enmascarados abrieron sus bocas de forma sobrehumana e imposible, llegando sus mandíbulas hasta sus pechos y comenzaron a gritar de forma grotesca. Lee, Brown e Iván disparaban a las criaturas mientras todos corrían hacia una de las habitaciones.