CriÓnica

20- Vuelta al ruedo.

Más tarde, Matías y los demás están ayudando a los heridos. Él entra al laboratorio donde el Dr. Vega repara a Anna.

—Hola Anna, ¿cómo estás?

—Estoy bien. Según el doctor ya estoy lista para la siguiente batalla (sonríe)

El Dr. Vega se ríe.

—Yo no dije eso.

Todos sonríen.

—Mati, gracias por todo. No fue como lo planeamos, pero resultó.

—Si. Nos faltó terminar la última parte del plan, pero ya vamos a tener oportunidad.

—Claro que sí.

El doctor termina de reparar a Anna.

—Bueno, esto ya está listo.

Se para de la silla que estaba al lado de la camilla y le da lugar a Matías. Él se sienta.

Ella trata de ver por encima de su hombro hacia afuera.

—¿Y Johan? ¿Cómo está? —pregunta.

—Está bien. Ya está ayudando a los demás. No puede con su genio.

Ambos sonríen.

Anna ve el amuleto en el cuello de Matías.

—Creo que ese amuleto es mío, ¿me lo devolvés?

—¿Qué? Ah, sí, claro.

A él le extraña ese comentario, pero se lo saca y se lo pone a ella.

—Gracias. Así no vuelvo a olvidarte (Sonríe).

Matías se sorprende y se da cuenta que ella pudo recordar el propósito del amuleto.

—¿Qué? Pará, ¿entonces...? Eso significa...

Anna sonríe y asiente con la cabeza.

—Creo que tu beso sí funcionó después de todo.

Matías la abraza y se besan.

Unos días después, los guerreros llegan a la entrada de la ciudad de los Venators y se detienen unos metros antes.

Anna da las órdenes.

—Bien, ya saben qué hacer.

Entran preparados para pelear pero no encuentran resistencia, de hecho, ni siquiera ven a nadie, parece todo abandonado. Todos están desconcertados. Se miran entre sí y no entienden qué pasa.

Anna hace señas con las manos para dirigirlos y habla por el intercomunicador.

—Separémonos para revisar. Estén atentos. Puede ser una emboscada.

Anna y Matías continúan hacia la habitación donde estaba el Sr. Brown. Entran pero el panorama es el mismo.

Matías nota que la cápsula no está.

—Ahí había una cápsula de hibernación, pero parece que se la llevaron.

Julián y Kiara llegan hasta donde están ellos.

—No hay nadie —dice él.

Un rato después, el grupo vuelve a reunirse. Luego de recorrer el lugar, todos informan la misma situación.

Matías baja su arma y revisa las conexiones y cables arrancados.

—Parece que se fueron apurados.

—Si. Llegamos tarde —agrega Anna.

—Deberíamos volver —dice Kiara.

Todos están de acuerdo. Se preparan para partir.

Anna sube a su flyer y comenta:

—En unas horas va a oscurecer.

Matías comprende que deben pasar la noche.

—Okey pero avancemos un poco. No quiero pasar la noche acá.

Avanzan hasta que empieza a oscurecer, se detienen y arman un campamento.

Matías se sienta dentro de la carpa con Anna y miran unos mapas.

—¿Dónde creés que haya ido? —pregunta él.

—No lo sé, quizás a alguna ruina de otra ciudad domo.

—¿Son estas que están marcadas acá, no?

—Sí —le responde Anna mientras dobla el mapa.

—¡Están muy lejos! —exclama Matías.

—¿Qué querés hacer? ¿Buscarlo?

—No sé, sería conveniente ¿no? Si dejamos que se organice podría volver a atacarnos.

Anna no está de acuerdo con esa idea.

—Pero podemos aprovechar y rescatar a la mayor cantidad de gente posible ya que no tenemos resistencia —dice ella.

—Quizá deberíamos armar dos equipos —dice Matías— porque ir a buscarlo implicaría varios días de viaje fuera del refugio. Los que vayan, deberían ser sintéticos.

—Si, tal vez sea lo mejor...

—Podrías ir vos con Naty y José, y yo me encargo de buscar en los búnkers con Julián y Kiara.

—Mañana lo discutimos con los demás en el refugio —dice ella.

—Okey.

Empiezan a guardar los mapas y a prepararse para pasar la noche. Anna lo mira y sonríe.

Matías no entiende su actitud.

—¿Qué?

—Querías deshacerte de mí, ¿no?

Ambos ríen.

—¿Qué? No.

Anna se tira sobre él y se besan.

Al día siguiente llegan al refugio. Hay mucha gente reunida en el laboratorio.

Matías y Anna se acercan intrigados.

Johan los intercepta y les comenta:

—Parece que encontraron a alguien.

Se miran sorprendidos, entran al laboratorio y ven que en la cápsula hay un hombre muy malherido.

Matías se dirige al Doctor:

—¿Quién es? ¿De dónde vino?

—No sabemos de dónde salió. Logró decir que venía de otro refugio y que fueron atacados.

Todos se miran extrañados. Nunca habían escuchado de la existencia de otro refugio.

El Dr. Vega lo puso en la cápsula para recuperarlo de sus heridas. Mientras hablan, pone en funcionamiento la cápsula y suena una alarma que alerta al grupo.

—¿Qué es ese ruido? —pregunta Anna.

Jorge que estaba atento a los monitores contesta:

—Es la cápsula, parece que hay algún error.

El doctor se extraña por la situación.

—Qué raro, nunca había pasado.

Todos se acercan a la pantalla de la cápsula y pueden leer: "individuo incompatible".

—¿Qué es esto? No puede ser —dice el Dr. Vega mientras teclea sobre la pantalla para obtener mayor información.

En la misma pantalla, aparece la siguiente leyenda: "Individuo incompatible: ADN no reconocido. Imposible diagnosticar"

Matías pregunta también extrañado:

—¿Cómo ADN no reconocido? Debe haber un error.

—No, no hay ningún error —dice el doctor.

—Pero ¿por qué no puede curarlo? ¿No es humano? ¿Es un robot? —pregunta Anna.

—No, no es un robot. No lo entiendo.

Todos se miran desconcertados.

El Dr. Vega hace una pausa y explica:

—Bueno, miren, la cápsula funciona con el ADN humano, eso quiere decir que no podemos, por ejemplo, curar perros o gatos con ella. Lo reconoce, por lo que veo (señala la pantalla), como un organismo viviente, pero con un ADN incompatible para la raza humana.




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