|Mientras tanto en el infierno|
Lucifer Morningstar se encontraba sentado en su trono.
Estaba seguro de que en la Tierra apenas habrían pasado unos cuantos meses desde su partida. En cambio en éste lugar, se sentían como años, siglos...
Antes al menos tenía a Maze a su lado y eso lograba hacerlo sentir menos solo.
Pero ahora que ella se encontraba en la Tierra, no había nada que lo hiciera sentirse a gusto.
Los Ángeles se habían vuelto su hogar, ahí podía estar rodeado de sus amigos e incluso de su hermano, con el que creyó nunca poder llevarse ligeramente bien... Y ahora hasta podría decir que lo extrañaba.
Pero sin duda a la que más extrañaba y necesitaba era a la Detective; a Chloe.
Se repetía en su mente una y otra vez los momentos que había pasado con ella durante su estancia en la Tierra.
Su vida cambió drásticamente desde que ella apareció en su vida.
Sin darse cuenta poco a poco se empezó a volver alguien muy importante para él.
Supo que era especial desde el momento en que fue inmune a su poder para saber qué es lo que más desean las personas.
Pero claro, nunca imaginó que sería por ser un milagro de Dios.
Al principio no tenía claro qué es lo que intentaba hacer su padre al ponerla en su camino.
¿Quería redimirlo? ¿Tal vez hacer que la Detective lo matara y así él volviera al infierno?
No lo sabía. De hecho, tampoco ahora.
—¿POR QUÉ? ¿Esto sigue siendo parte de tu maldito plan? —Lucifer gritó con todas sus fuerzas para ver si así, lograba llamar la atención de su padre—. Dejaste que Amenadiel se quedara en la Tierra y ahora hasta tiene un hijo con Linda. ¿Por qué no pudiste hacer lo mismo conmigo? ¿Por qué quieres que sea yo el verdugo en éste lugar? ¿Acaso no hay alguien más que te adore lo suficiente como pasar la eternidad aquí? No, no. Claro que lo hay. Para todos tú eres el Todo Poderoso, nadie te negaría nada. Sin embargo, elijes tenerme aquí. Sólo porque no quise seguir tus estúpidas reglas cuando estaba en el cielo. Pero dime, ¿de verdad merezco todo esto? ¿de verdad piensas que soy el monstruo que le has hecho pensar a la humanidad todo éste tiempo? —se sentía lleno de ira y desesperación al no conseguir respuestas, pero de cierto modo ya estaba acostumbrado a que su padre no le hablara, ¿por qué lo haría ahora?—. Claro, no dices nada. ¿Cuándo lo has hecho?
Y aunque Lucifer no lo admitiera, cada vez que le hablaba a su padre tenía la esperanza de que éste le respondiera. Quería creer que su padre tenía un plan y que esa era la razón de haberlo ignorando tanto tiempo.
Quería creer en ese hombre sabio y poderoso que los humanos veían.
"Veían" cuanta ironía tenía eso.
¿Cómo era si quiera posible que los humanos creyeran en algo que jamás hubiesen visto? Más aún, pensar que él siempre hacía las cosas correctas y debían entenderlo.
"Dios siempre hace las cosas por algo." Bah, esas eran puras patrañas.
El Diablo cansado de esperar algo imposible, se levantó para ir a supervisar las torturas. Tal vez eso lograría distraerlo un poco.
Sin embargo, pasó algo increíble y que llevaba un largo tiempo esperando.
Lucifer
Escuchó una voz grave que hizo que detuviera su andar de inmediato.
Incrédulo volteó a mirar a todos lados, pensando en que tal vez había sido algún demonio que lo necesitaba.
Samael, hijo...
—¿Pa-padre? —titubeó un poco mirando hacia arriba.
Necesito que hagas algo, es de suma importancia.
—¿No me hablas en eones y ahora que lo haces es para pedirme algo?
Podemos hacer un trato respecto a eso.
—Creí que eso era lo mío —respondió tratando de sonar como siempre, pero decidió continuar para no perder esta oportunidad—. Te escucho.
Un mal se acerca.
Quiere devastar la Tierra.
Necesito que reúnas a un grupo de personas para detenerlo. A cambio, cuando el mundo esté a salvo, responderé a todas tus preguntas.
—¿De qué mal estamos hablando? —preguntó Lucifer temiendo lo peor.
El Anticristo.
La descendencia demoniaca de un ser humano y un fantasma.
Lucifer inmediatamente palideció al escuchar ese nombre. Recordó haber escuchado historias sobre él cuando estaba en el cielo.
También necesitarás enterarte de algunas cosas del universo...
Mejor dicho, Multiverso.
—¿Cuáles? —preguntó Lucifer prestando total atención a su padre.
Existen individuos que adquirieron habilidades superhumanas tras haber sobrevivido al impacto de la onda de choque producida por la explosión de un acelerador de particulas. Algunos usan sus habilidades para el bien, volviéndose superhéroes. Debes buscarlos, juntos podrán acabar con el mal que amenaza al multiverso.
Confío en que lo lograrán...
Confío en tí, hijo.