Criss Ryan y la sangre del mago

“Recuerdos borrados”

El pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar.

Harold Pinter.

 

Nos acercábamos a la salida después de un largo día, nos disponíamos a regresar al coche para volver a casa, con mi mente muy gastada de tanto pensar, nadie decía nada, podía ver la desilusión en el rostro de Rachel, creo que todo estábamos desilusionados, pero aun así nos disponíamos a volver a casa para poder descansar; Pero al buscar una de las salidas, fue que me percaté de algo extraño, me di cuenta de que unas extrañas personas nos estaban siguiendo, y no podía ver exactamente quienes eran; Al principio pensé que solo era pura casualidad así que me dispuse a dar algunas vueltas más para estar seguro, al ver que estas personas aún seguían a nuestras espaldas por más vueltas qué le dábamos a la feria, mi temor se convirtió en realidad, el cual era que realmente estas personas nos estuvieran siguiendo; Si hubiese estado solo tal vez habría corrido tan rápido hasta llegar a perderlos, pero era diferente al estar rodeado de chicas, si le decía a Alex que alguien nos seguía me hubiese dicho que no era cierto y que dejara de pensar negativamente; Un momento de alivio llego a mi alma al ver por encima de mi hombro y darme cuenta de que nuestros perseguidores no estaban ya más a nuestras espaldas.

-¿Qué sucede porque tardamos tanto para regresar al auto?- me pregunto Alex un poco molesta, cansada de tanto caminar.

-Ahhhh…lo siento, creo que me perdí, pero está bien, ya record en donde estamos, si tomamos esta calle llegaremos rápidamente- le dije para ya no asustarlas, pero en ese momento fue que me di cuenta de que los problema aún no se terminaban, si no que más bien comenzaban; Al dirigir mi vista completa hacia adelante, me di cuenta de que estas personas ya estaban a nuestro frente.

-¿Tu?- al mirar fijamente a uno de esta personas fue que me di cuenta de que era el mimo hombre de la afilada mirada que me había estado siguiendo al trabajo y a la casa, pero en esta ocasión me había seguido a la feria, pero ¿sería una casualidad o realmente nos siguió a la feria?

Mi confusión aumento al ver a las otras 2 personas que lo acompañaban, los 3 estaban vestidos de la misma forma, tenían la misma mirada, aun sin ver sus ojos, el mismo rostro y hasta se paraban de la misma forma, parecían hermanos, pues eran completamente iguales, es como si fueran trillizos o algo así, ahora no podía saber cuál de los 3 era el que me había estado persiguiendo o si los 3 lo habían hecho; En este momento se encontraban 2 al frente nuestro, exactamente en la calle en la que debíamos transitar para irnos de la feria, al detenernos el otro salió de atrás de una carpa y se colocó a nuestra diestra.

-¿Qué te sucede hora? ¿Por qué no caminas?- me pregunto Alex al ver que me detenía repentinamente y dejaba de caminar.

– ¿Quiénes son ustedes y qué quieren conmigo?- tratando de hacerles saber a las chicas de que había un problema.

-¿Quiénes son ellos?- me pregunto Alex, nadie dijo nada más y por un corto tiempo el silencio predomino hasta que fue destruido en el momento en el que uno de ellos, rápidamente se puso al frente de Alex y la tomo por la muñeca, este se movió tan rápido que no me dio tiempo reaccionar, mientras otro también se adelantó y tomo a Rachel por sus brazos por la parte trasera, este era el que se encontraba a nuestra diestra; El ver el forcejeo de Alex y de Rachel por liberarse de sus opresores me dieron fuerzas suficiente para lanzarme hacía uno de ellos e intentar algo, cerré el puño en mi cólera por verlas luchando contra estas personas.

-Suéltenlas- le gritaba mientras me arrojaba hacia el que parecía el líder y era el que aún no se había movido; Al ver que no obtuve el resultado que quería, pues pensé que si lo golpeaba muy fuerte, los otros 2 dejarían a Alex y a Rachel para atacarme a mí, pero todo me salió de patas arribas, dado que esta persona solo sé quedo ahí mientas yo le golpeaba con todas mis fuerza en la mandíbula y al ver que aún seguía de pie sin moverse ni un centímetro, me dejo atónito, al ver que en esos labios que deberían estar rotos solo sé presentó una larga sonrisa, mostrando así unos extraños dientes puntiagudos como en forma de una gran cierra, el miedo y la desesperación se apoderaron por completo de mí, no sabía qué hacer pero debía hacer algo, alguna cosa se me tenía que ocurrir para ayudar a las chicas, cuando no sabía que continuaría a esta escena tan extraña, en donde el silencio y el miedo eras los que se destacaba, entonces de la nada aparecieron repentinamente ante nuestros ojos unos sujetos, unas personas vestidas con chaqués azules con …

-Mientras no me falte, tu beso en las mañanas y un café… Todo estará bien- al escuchar esto, esta canción de Ricardo Arjona, me di cuenta de que me encontraba boquiabierto con la mirada puesta en el techo de mi habitación, con los auriculares puestos y con la misma ropa que tenía al ir a la feria, me dolía la cabeza y no recordaba que había pasado, me quite los auriculares de mis oídos y los desconecte de mi celular y los guarde en mi bolcillo, me senté en mi cama (me sentía como si acababa de despertarme de un largo sueño), y por más que trataba de recordar como llegue a casa, no podía, recuerdo que….llegamos, compramos algunos libros, vi el extraño libro y a la mujer gitana que me asusto, y cuando nos volvíamos a la casa….paso algo, pero no recuerdo lo que era, no recuerdo nada minutos antes de llegar a la salida.



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Editado: 18.02.2018

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