Cristales del alma y un tragaluz

Parte once

151 

¿Y a dónde vamos, entre risas? 

Nuestros pasos vacilan, se tropiezan, 

caen y se rompen como frágiles vasijas, 

como cristal delgado, fragmentados en mil piezas.  

 

No tengo idea de lo que somos, 

sólo caminamos,  

con inocente abandono, 

hacia lo que nos muestran es la dicha, 

o la sonrisa, 

o aquello que se supone  

es nuestro anhelo esperado.  

 

¡Engañados, nos creemos libres!  

Somos esclavos de nuestro propio corazón, 

atados con cadenas de odio y sinsabor, 

mancillados con mentiras, con la ilusión de ser felices.  

 

Navegamos entre sueños, 

entre desconocidos mares centelleantes; 

nos volvemos nada, polvo al fin, 

evocamos rotos, los deseos, 

para terminar engañados y humillados,  

con las manos vacías y despedazadas.  

 

¡Y tan frágiles, inocentes! 

Caemos como pétalos alados 

arrancados por el viento cruel 

que nos rompe  

y lentamente nos desaparece.  

 

 

152 

Ayer olvidé lo que escribí,  

riendo de todo maniáticamente, 

y callé, y giré, y de nuevo morí,  

para al final, contra el suelo, estrellarme indiferente.  

 

Observé un río de fauces hambrientas, 

un azulado felino de sonrisas secretas, 

morí de alegría al sentir las saetas 

de la libertad disfrazada de seta.  

 

¡Y al mirar los rostros deformes 

de humanos sin labios caí de terror!  

Me convertí en un manojo de enormes 

delirios pesados a multicolor.  

 

Y vine, y me fui, volando entre sueños; 

observé a la alegría de la desdicha serena; 

y no sé si entendí a los duendes y elfos 

que me abrieron los ojos con charlas amenas.  

 

Y reí, en silencio, amarguras de pena; 

emané por los ojos alegría y festejo, 

las hojas se tornaron rojizas estelas 

y luego se rompieron como cristales viejos.  

 

Y las horas, culpables, se suicidaron a ratos; 

me carcajeé de terror al mirar sus cuerpos mutilados,  

me estremecí y vibré como un viejo violín, 

y creo que al final en eso me convertí.  

 

 

153

Vomitando dolores se encuentra enfermo, 

pálido, en la cama, ya casi un muerto; 

destilando de su cuerpo la desdicha; 

la bonanza le repudia, es un trapo, 

un frío y roto guiñapo.  

 

Ya no es capaz de levantarse,  

ni llora como antaño; 

todo para él es ridículo, 

luchar para él es algo vano.  

Ahora le entiendo,  

¡adora el placer de asfixiarse!  

 

154

 

Quiero ver tus ojos, sin cristales, 

sin nada que se interponga entre los dos; 

deseo ver tu alma, tus colores 

la luz y sombra que se esconde tras tu voz.  

 

Yo quiero ver tu boca, tus palabras, 

tu alma cristalina, negra o colorida; 

quisiera ver tus ojos, tan eternos, 

tocar tu corazón a carne viva.  

 

Deseo ver tu rostro, tus facciones, 

tus risas y tu llanto, tu sereno; 

tocarte con mis dedos y oraciones, 

colar mi corazón hacia tu pecho.  

 

Deseo ser contigo, o ser sin nadie; 

compartir ya hoy mi fiel locura, 

deseo tu sonrisa, piel amable 

observar hasta que se oculte bella luna.  

 

 

155

El hombre que razona, que piensa en lo que escribe, 

no puede ser poeta, ¡no puede ser! No puede.  

El hombre que no siente pena, y que sonríe, 

que sólo vive y ama,  

y que su faz profana 

inhala flor y canto, 

no puede ser poeta, ¡por dios! ¡No puede ser! No puede.  

 

Poeta es aquel que llora, y quien añora 

a aquellos seres que ama y aún no ha conocido; 

poeta es quien viste, de la soledad, el duelo;  

quien entrega el alma a quien ofrece su consuelo.  

 

Poeta es todo aquel que ríe de amargura, 

que siente el corazón de otro en suyo propio. 

Poeta es todo aquel que llora de ternura, 

que ama al ser humano, 

que muere de dolor 

y sufre con razón el ardor de la pasión.  

 

Es quien se quebranta ante la belleza del hastío, 

quien llora por la suerte de un alma corrompida, 

quien besa la inocencia de la vida y el delirio, 

quien gime y, riendo, llora por la vida poseída. 

 

Poeta es todo aquel quien vive de esperanza, 

quien, rotos dulces sueños, recoge los pedazos; 

quien grita y se lamenta de sí mismo y de su alma, 

quien encuentra la belleza de la fealdad mundana.  

 

Poeta es quien vive entre sueños de colores, 

quien se lamenta y ríe, quien sufre y se consuela. 

Poeta es quien vive, y muere, y se rebela 

de la dicha artificial; quien con sus alas, vuela.  

 

Poeta no es superficie: es abismo y fuego; 

ni es hombre, ni palabra, es puro sentimiento.  



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En el texto hay: poesia, poesia versos, poesia triste

Editado: 22.05.2021

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