Cristobal

EPILOGO

EPILOGO

 

- Por favor Cristóbal, te pido que lo pienses bien, aun estas a tiempo de recapacitar, piensa en mí y en tu padre, sabes con cuanta ilusión queremos verte casado con tus hijos.

Eso hizo que Cristóbal que por un momento se dejó conmover de su madre, no retrocediera en su decisión.

- Ya lo hemos hablado madre, te pido que por favor tú y mi padre respeten mi decisión y si es posible me apoyen.  Sé perfectamente lo que querían para mí, pero no es lo que yo deseo.

Su madre lo miro con los ojos llenos de lágrimas que se negaba a dejar fluir. Entonces se le acercó y le tomo ambas manos y aun mirándolo dijo.

- Ágamos un trato. Si tú lo cumples te prometo que no volveré a insistir con lo de ser cura. Pero tienes que cumplir o si no, no tendrás mi apoyo nunca. Dijo con mirada firme.

- Con tal de que me apoyes y dejes de insistir con lo de la familia, te prometo lo que sea.

- Está bien, pero ya lo prometiste así que tienes que hacerlo, quiero que tengas una relación con una mujer, pero quiero pruebas de que fue así. Ya después de eso, si todavía quieres seguir con lo de ser cura te entenderé.

- Pero madre, como me pides eso? De donde voy a sacar una mujer y sobre todo tener una relación, si dentro de seis meses me dan mi ordenación? Ya no hay tiempo de eso.

- Tú lo prometiste, dijo con una sonrisa de medio lado, como lo harás es tu problema. Pero ya sabes que es mi condición.  Así que esperaré impaciente a que la traigas a esta casa. Se acercó y le dio un beso en su mejilla, para después abrasarlo.

Ya regresaba al convento así que se despidió de sus padres y procedió a meterse en el carruaje. Mientras pensaba en las hora que lo esperaban de viaje recordó la conversación con su madre y nuevamente se preguntó que podría hacer, la verdad es que quería que sus padres lo apoyaran, pero la tarea que le dejo su madre era casí imposible de realizar, de donde sacaría una mujer, que además le gustara y tendría una relación con ella, si precisamente por eso es que decidió dedicar su vida a Dios y los necesitados. Se resignó a que no tendría nunca el apoyo de sus padres, pues su tarea solo la podría cumplir antes de su ordenación, ya después de los votos de castidad sería pecado.

 

AMANDA

- Espera Amanda, se me quedo el sombrero, sigue tú que yo te alcanzo en un momento.

Amanda se rio de su amiga y le grito pues esta ya corría rumbo al convento.

- Apúrate, te espero en el lago.

Mientras caminaba recordó la muerte de su padre por la caída de su caballo, luego su fallida boda y por último su ingreso en el convento.

Sí. Amanda era novicia en el convento santa clara de parra. Y aunque en el pasado quería formar una familia con su querido pablo, esto se vio truncado cuando esté, la dejo plantada en la iglesia. De la rabia y frustración decidió que no quería, ni podía pasar por eso una vez más y que tampoco deseaba vivir con su madrastra, con quien no se llevaba nada bien. En el fondo por esto es que le daba más rabia el actuar de pablo, pues él sabía cómo sufría con su madrastra y no le importo para dejarla. Recordó que el día de su boda debió sospechar que algo pasaba, su madrastra destilaba alegría por doquier e incluso después de que pablo no llegara, pudo ver en varias ocasiones que disfrutaba de la situación, fue hay que entendió todo, ella sabía lo que pasaría y solo espero a ver el espectáculo que ella estaba dando, claro que todo esto solo ella lo veía, pues su madrastra se cuidaba del que dirán y ante los demás se mostró mortificada y ofendida. Por esta razón decidió ingresar al convento, al principio su madrastra se opuso, pero sin saber por qué cambio de parecer y le permitió ingresar. Se deshizo de todos esos pensamientos ante la vista del lago, siempre que estaba desocupada le gustaba ir a ese sitio, la vista era hermosa y le encantaría poder nadar en él, pero le daba miedo. Solo pasaron unos minutos cuando de pronto sintió que la tiraron al suelo bruscamente y luego alguien se arrodilló a su lado y coloco sus manos alrededor de su cuello y empezó a apretarlo, trato de apartarlo, de arañarlo y patearlo, pero parecía que todo era infructuoso y poco a poco sentía que le faltaba el aire y se debilitaba, luego de lo que pareció una eternidad sintió que la soltaron, tosió y respiro profundo para llevar oxígeno al cuerpo, fue cuando se dio cuenta de que la soltó por los gritos de rosa, pero antes de salir corriendo le dijo.

 - La próxima no tendrás tanta suerte.

Rosa se aproximó cuando vio que ese tipo salía huyendo, le ayudo a levantarse y regresaron lo más pronto posible al convento, fueron al despacho del padre Antonio y le contaron lo ocurrido, este les dijo que por lo pronto no se alejaran del convento y tuviera mucho cuidado. En la soledad de su cuarto pensó que este era el segundo intento de matarla, pues recordó cuando se dirigía al convento, que otro carruaje trato de volcar al suyo, se salvó porque en sentido contrario venia una caravana y el carruaje intruso freno y se devolvió. Se dio cuenta que en el convento no estaba segura, solo vivian un grupo de mujeres con un hombre mayor de edad. Tomo la decisión de irse lo más pronto posible a Londres, solo así estaría segura.

 

Hola a tod@s aquí mi nueva novela como les prometí, espero les guste tanto o más que EL MISTERIOSO  SEÑOR SEGUIER, esta está también gratis, solo les pido el favor, me regalen una estrellita, la agreguen a su biblioteca y si les es posible la compartan con sus amistades en Facebook. Mil gracias por leer mis novelas, se les quiere… KIKA KIN. Búsquenme en Facebook como Vronik Polo Romero. tratare de actualizar tres veces por semana.

 




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