Cronica de las fronteras grises, libro 2: Luna

1-La sombra entre los árboles.

La lluvia se convertía en tormenta.

Lily Freaklands, llevaba varias horas tratando de sacarle cualquier información a Marco, que diera alguna pista del por qué los cuervos habían tratado de abrir la puerta de la primera frontera, pero ese pajarraco, orgulloso como era, no respondió a pesar de que Lily fue lo más persuasiva que pudo.

Ella, no estaba de acuerdo en torturar al cuervo, pero viendo sus ojos tan insolentes, amarrado como estaba, fue lo único que se le ocurrió hacer, solo para desechar la idea al recordar un detalle, que  quizás le daría una ventaja: -si me dices la verdad, convenceré a gato-café de que tú no mataste a gata blanca-

El cuervo la miro tranquilo y contesto sincero, con brusquedad: -tú no sabes nada sobre ella, no sabes nada sobre mí, mátame si quieres, no me sacaras nada-

Lily Freaklands se dio cuenta de que había desaprovechado su única oportunidad, culpó a su extremo cansancio de eso, estaba harta de ese cuervo tan silencioso y tosco, se levantó de la silla frente a la plancha donde estaba atado el cuervo y caminó tranquila hasta el pasillo de roca que comunicaba su hogar con la plataforma de bambú.

Águila y Búho, bajo la intensa lluvia, ya habían terminado de limpiar y reparar todo (excepto el enorme boquete en la plataforma y los vidrios de la casa, ellos no sabían cómo reparar ese tipo de cosas)

El cocodrilo seguía brillando, aunque ahora dormía bajo el agua de un pequeño estanque cerca de Búho y Águila.

Lily Freaklands los miro sonriendo, recordó que ella y su novio, habían hecho lo mismo hacía ya varios años.

-“Por la primera frontera, siempre llegan animales reales, seres que no están listos para aceptar su muerte”- recordó Lily que decía su amado –“todos los que son asesinados por los hombres, se convierten en moustros apenas llegan aquí”- 

-“¿Cómo llegue yo aquí?, ¿tú lo sabes?”- le pregunto en ese entonces Lily al ser extraño, pero bello (para ella) frente a sus ojos, -“tú eres mi destino, por eso estas aquí, no importa que te haya pasado en el mundo de los hombres”-

Lily, en ese momento beso a la criatura con aspecto de perro diciéndole: -“¿sabes bingo? Tu eres el mío”-

Lily y bingo fueron felices durante mucho tiempo, pero un día, apareció una sombra  que no había llegado por la primera frontera, una sombra que andaba entre las copas de los árboles y atacó a bingo cuando el trato de defender a Lily, robándole todos sus recuerdos, haciendo que olvidara a Lily y el refugio que había construido con ella.

Lily Feaklands, con lágrimas en los ojos recordó, como bingo enloquecido, huía de su lado, haciendo que ella se prometiera que protegería el refugio, para que una cosa como esa, jamás le pasara a alguien más.

Lily estuvo mucho tiempo con miedo y horror, siendo visitada a diario por esa sombra que juraba ser bingo, hasta que por fin un día pudo capturarla y guardarla en un frasco que le daría a su amado can, cuando lo viera otra vez, pues ella no había perdido la fe de encontrarlo de nuevo algún día.

De pronto, Lily escucho un ruido entre las copas de los árboles, sintió terror pues no traía su escopeta, pensó que con todo el alboroto provocado por los cuervos, la sombra había roto el frasco y había escapado.

Saco su cuchillo esperando un impacto, pero en lugar de eso, apareció gato-café frente a ella.

Tenía algo diferente, ya no sonreía, sus ojos cafés y profundos, parecían llenos de rencor, águila lo saludo y le pregunto: -¿encontraste al cazador?-, -no- respondió muy enojado –parece que se lo tragó la tierra-

Lily se había quedado paralizada, jamás había visto tanto dolor en los ojos de un ser, fuera real o imaginario.

-¿Qué te pasa?- le pregunto Lily, guardando su cuchillo, gato café, tranquilo pero aun lleno de coraje por dentro, solo atino a ver hacia el cielo nublado.

En medio de las gotas de lluvia, dijo para sí mismo: -no puedo estar cerca de ese cuervo, no sería bueno hacerle daño- Lily Freaklands se asustó, su amigo le había contestado sin decir nada concreto, así que simplemente se acercó a él y le dijo: -¿Por qué no me cuentas que pasó?-

Gato-café se sintió un poco molesto, había esperado casi toda su vida hasta ese punto a que alguien le preguntara eso, estuvo casi a diario ensayando la respuesta que iba a dar, que cuando por fin llego ese momento, no pudo decir nada.

-no pasa nada-  dijo por fin el felino y empujando la mano de Lily, sin darle tiempo a reaccionar, salto de pronto perdiéndose entre los gigantescos árboles de la selva de azabache.

Lily Freaklands miró a través de la lluvia intentando distinguir algo más que sombras, pero no pudo, la tormenta se hizo más fuerte aún y sabiendo que era inútil preocuparse por gato,  llamo a Aguila y a Buho, pues en sus caras se notaba que no habían  dormido o comido bien en varios días, entraron a la casa de cristal los tres juntos mientras gato-café observaba, alejado de la luz, los rostros de esos tres seres buscando a través de las ventanas rotas, entendió que no podía estar con ellos hasta que aclarara su mente,  pues ahora se daba cuenta que el haber dejado de lado sus problemas, no significaba solucionarlos y saltando de pronto de rama en rama, en medio de la lluvia, en la oscuridad, cerca de sus recuerdos y su dolor, se sorprendió llorando a la luz de madre luna, recordando el día lluviosa tal y como ese en el que había llegado su conciencia al mundo de fronteras (es decir, el primer día que recordaba)



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En el texto hay: gato, batallas, magia

Editado: 15.11.2023

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