Cronica de las fronteras grises, libro 2: Luna

4-Herencia.

¿Se puede negar la sangre? ¿Puedes intentar no ver los detalles que te delatan como hijo de tus padres? Los ojos limpios de una madre esperanzada, las manos fuertes de un abuelo trabajador, la nariz chata de un padre severo y profundo, ¿puedes pretender, cada que te miras en el espejo que eso no existe en tu cuerpo, en tu espíritu? La voz profunda y antigua de cada uno de tus antepasados.

Gato-café comía un ratón condimentado en salsa en el interior de la tienda de la bruja serpiente, aún estaba tratando de entender como era que habían entrado, pues no había puerta o ventana alguna solo un gran telón que disimulaba el hogar de la bruja serpiente detrás del palco donde se paraba cada día a vender sus artesanías (hechizos, embrujos, pócimas etc.)

Cuando la bruja entró, encontró a gato agazapado frente a una cabeza de lagarto disecada, en la tienda de la bruja, había toda clase de cabezas de reptiles disecadas colgadas con ganchos de la manta que le servía de casa, la bruja, guardaba sus mercancías en unas doce cajas grandes y cuadradas que  a su vez le servían también de cama, en el centro de la tienda, tenía una pequeña mesa redonda en donde se veía que nadie se había sentado en meses.  

-No te va a atacar, está muerto-  le dijo la bruja al gato que miraba fijamente a los ojos de ese animal congelado en un instante.

-Lo sé-  contestó el –pero sus ojos, sus ojos parecen vivos-

-Lo están- dijo la bruja acercándose a el –pero no en el sentido que tú crees- tomando la cabeza que estaba hueca por dentro y que se podía poner como una máscara, se la puso a gato-café y le dijo: -ahora, mira a través de sus ojos-

Gato-café vio como casi todos los colores desaparecían y solo quedaban tres colores, rojo verde y ámbar, alrededor de sus garras y su cuerpo, pudo observar una esfera en la que se mezclaban esos colores, al mirar a la bruja, la vio dentro de una esfera que brillaba fuertemente en un intenso color verde.

-este lagarto, podía ver el aura y la fuerza vital de los seres, pero falleció y conserve su cabeza- (en realidad ella lo mató, pero cada quien cuenta las cosas a su manera) después de decir esto, le quito la máscara que era ese despojo de animal mágico a gato, quien pensó: -“!esto es aterrador¡  Mejor me largo antes de que esta bruja me haga su esclavo o me coma”-

-bueno- dijo gato fingiendo sonreír –no quiero ser descortés, pero ya bebí ya comí, ya no sé que hago aquí, con permiso-  se dio la vuelta para saltar fuera de la tienda, pero fue jalado de regreso y puesto en una silla sin entender del todo como había pasado.

La bruja lo veía de frente, sus ojos eran más profundos y aterradores que cualquier cosa que él hubiera visto nunca, sintió una intensa soledad, era como estar rodeado de desierto o de agua, inmensidad incomprensible, la bruja entonces se acercó  a su cara, gato-café por alguna razón sintió que iba a besarlo y por instinto se hizo hacia atrás, solo para toparse con el respaldo de la silla que evito que se alejara como él quería.

-¿sabes pequeño gato, quién eres?- la preguntó la bruja casi en un susurro, gato estaba ya muy asustado, -soy gato-café, ya te lo dije- respondió el tratando de acomodarse en la silla.

-sí, pero no es lo único que eres, mira pequeño, yo conocí a tus padres, hay cosas que ellos querrían que tuvieras- al decir esto, la bruja se alejó de gato y se acercó a sus cajas, buscando algo dentro de ellas comenzó a decir: -tu madre era muy hermosa, tus ojos tiene el mismo brillo que los de ella, pudo llegar a ser una gran bruja, tal vez al primera nacida en fronteras pero…- la bruja guardo silencio mientras se levantaba y apretaba algo en su escamosa mano verde.

-¡¿Pero qué?!- pregunto el felino impaciente, pues era la primera vez que conocía a alguien que había visto realmente a sus padres que los conocía bien y que podía hablarle de ellos, pero la bruja solo respondió: -tu madre me pidió que te diera esto- le dijo enseñándole un bello anillo de metal blanco con doce estrellas grabadas en él.

El gato avanzo hacia la joya y estiro su pata con ganas de tomar ese objeto que le había pertenecido a su madre, pero una fuerte descarga le obligo a apartarla, el anillo no había permitido que lo tocara.

-¿qué sucede?- preguntó el gato enfadado, -¿no dijiste que mi madre había dejado esa cosa?- 

-El anillo posee la voluntad de tu madre, tal vez aun no eres digno de ponértelo- dijo la bruja cerrando su larga mano.

Ante la cara de incredulidad del felino, la bruja saco de entre sus ropas un pedazo de tiza roja, fue hacia la mesa en el centro de su habitación y dibujo un extraño símbolo alrededor de ella.

-pon la pata aquí y veremos cuál es la voluntad de tu madre realmente- gato café avanzó molesto y puso la pata donde le indicaba la bruja, la mesa comenzó a brillar poco a poco y el piso tembló, mientras el anillo flotaba y se quedaba un rato frente a los ojos del gato-café, que al verlo sintió un extraño calor en su pecho que no había sentido antes, llevado por el instinto estiro la pata que tenía libre hacia el anillo mientras decía: -¿mamá?-

Apenas gato-café hubo tocado la luz, el anillo lanzó un destello que cegó al felino y salió volando cómo si lo hubiera disparado un cañón  por las cortinas que servían de puerta a la bruja.

-¿que fue eso?- preguntó el gato aun deslumbrado, le contestó la bruja que se había puesto a buscar otra vez entre sus baúles: -nadie puede negarte tu herencia, pero esta herencia en especial, necesita que te la ganes- sacó de pronto una extraña pulsera hecha de cuero –esto lo dejó tu padre- le dijo poniéndosela en la muñeca izquierda –sentirás un jalón cuándo el anillo este cerca- y abrazando al gato le dijo por ultimo: -que tengas suerte-



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En el texto hay: gato, batallas, magia

Editado: 15.11.2023

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