¿venezolanos o Bolivarianos?

Para empezar, he de decir que la cuarentena a lo largo de la historia humana siempre han sido por decirlo en pocas palabras horrorosas, no porque un engendro de los libros de Lovecraft salga de tu lavamanos o porque unos comandos al mando del mismo mandatario de hace 10 años allanen tu casa sin orden porque ¿a quién le importa la democracia? Bueno, tristemente eso es algo muy “común” en esta república a la que siguiendo la tradición latinoamericana se dedica día a día a atropellar los derechos mínimos que en ciertos gobiernos africanos después de décadas de dictaduras militares y de guerras civiles cada una más difícil de sortear que la anterior han aprendido a respetar, aunque como dicen algunos jóvenes desde alguna terraza caraqueña golpeada por el sol “Coño, chico es que nosotros somos es los más jodedores del mundo, Fijate que hasta nos reímos de nuestras desgracias” Y si, es fácil reírse de las desgracias cuando tus padres, que como todo hijo de inmigrantes europeos del siglo XX creyeron en las doctrinas de cierto hombre amarillo que emprendió la larga marcha, y que por consiguiente se llevaron la sorpresa de su vida cuando el generalísimo Pérez Jiménez mando a su intento de Gestapo “la seguridad nacional” a allanar la casa de esos “sucios comunistas”, claro que el europeo sería más inteligente y se escondería hasta que como reza nuestra historia nacional, se daría un golpe de estado o más bien, el derrocamiento de una dictadura que sería la abuela de las que le ocurrirían a nuestros amigos Chilenos con Pinochet y a los post – europeos Argentinos con el proceso de Reorganización Nacional, dicho esto, cabe aclarar que como toda buena democracia latinoamericana, nuestros amigos de izquierda volvieron a las andadas siguiendo los pasos de uno de los guerrilleros más amados por capitalistas y comunistas por igual, un tal Che, claro primero quisieron por la democracia y los votos…hasta que no funciono y las armas los vetaron de las urnas, una vez más el país que en América latina se consolidaba como un tercer mundo con vistas de primero, caía en algo que nuestros hermanos colombianos ya habían pasado desde que se independizaran de la corona española, el bipartidismo, lamentablemente la actualidad es ciega y con el fantasma de la dictadura militar de Jiménez los venezolanos otra vez, se fanatizaron Adecos o Copeyanos, claro cada uno de estos partidos hablaban del venezolano, Bolívar…¿y quién más lucho por la independencia? Ah, sí, si que no existían más, si no Bolívar, el hombre, el libertador…que, aunque mucha idolatría y muchas pinceladas de leyenda pueda tener nuestro libertador no podemos olvidarnos de sus intentos de Bonapartismo puro y duro al crear la Gran Colombia, que para salir de una corona y caer en otra solo falta una nueva demagogia y listo, ya eres un prospecto de España latinoamericana, aunque no es de extrañarse el Bonapartismo influyo mucho en nuestros “Caudillos amantes de la libertad y la democracia” Claro, los dos partidos antagónicos y hegemónicos del país tenían muy en claro que al grueso de los ciudadanos les interesaba un verdadero comino nuestra historia y solo sabían que con los unos había prosperidad y con los otros no…o al menos, eso decían sus opositores políticos, aunque la verdad es que en nuestro amado país cuna de poetas y pensadores se estaba agravando una crisis silenciosa, una que no tardaría en ser explotada más temprano que tarde por un joven soldado barinense que al igual que sus opositores ideológicos que ya hace un buen rato estaban bajo tierra, fundo una sociedad secreta la cual como toda sociedad secreta que se precie deben tener un algo que defender en este caso, traer la revolución a un país que ni en sus sueños más salvajes había pensado entrar en el comunismo, aunque tenía más peso la injerencia estadounidense que a durante todo el siglo XX había imperado en el continente que el sueño, que muchos universitarios influidos por las ideas marxistas habían desde hace un tiempo mostrado su apego a estas ideologías, pues ¿Qué mejor que una utopía? Y no es de culparlos, es en inicios del siglo XX donde las petroleras estadounidenses se acercan a Venezuela por el oro negro, claro, los estadounidenses que llegaban Vivian en casas bastante lujosas, con las alacenas llenas y las ultimas nuevas ¿radio? La tenemos, ¿televisión? También la tenemos, ¿pero y los ciudadanos venezolanos? Claro en las ciudades no se sentía tanto este descalabro social, Caracas Caracas, aquella a la que el Binomio de Oro le dedico una canción solo veía beneficios, se hacía más grande, luminosa y cosmopolita, más de lo que ya era cuando el ilustre americano Antonio Guzmán Blanco decidió hacer de esta su Paris personal.

Pero en los pueblos y más específicamente en la guajira la cosa era diferente, el racismo que existía y aun hoy existe contra las diversas etnias que coexisten en esta región se hizo más fuerte al punto que muchos caraqueños de rascacielos se preguntaban en voz alta y sin pudor ¿para qué queremos la guajira? Por ahí solo se meten bandoleros colombianos y están los indios que no sirven para nada, y fuera cosa que el estado le invirtiera algo a la guajira, pero no, tanto Gómez, como Jiménez y los Adecos y copeyanos se hicieron de la vista gorda con la guajira hasta que debían mostrar resultados y extrañamente aparecían entre los desiertos guajiros con mercados y promesas de pozos de agua que cada año se iban haciendo más y más lejanas, tanto que los niños que las escuchaban se hacían o bandoleros que secuestraban o robaban a la gente que osaba pisar sus tierras o simplemente se morían por el abrasador calor del sol guajiro, un África que compartíamos y seguimos compartiendo con Colombia, evidentemente esos eran indios y al venezolano del interior le importaban muy poco y he de decir que desde esa época el guajiro ha tenido dos grandes enemigos, el gringo que les roba sus tierras ancestrales y el venezolano del centro, aunque razones no les faltan, la verdad.