Se reunieron en la puerta de la ciudad, allí se encontraban Evander, Seth, los amigos de este y otros cinco o seis chicos a los que Cal no conocía rodeando a Dancen.
Se pusieron al lado de Seth quien miró a las chicas, se disponía a decirles algo cuando Dancen comenzó a hablar:
—Bueno como ya sabéis estamos bajo la amenaza de un gran peligro, pero vamos a plantarle cara. Vuestra misión es encontrar a Zander y traerlo de vuelta antes de que el om llegue a aquí.
Las puertas se abrieron tras él dejando ver dos carros como el que había traído a Evander.
—Ya podéis poneros en marcha.
Todos salieron salvo Cal y Dhara quienes fueron detenidas por Evander.
—Tened cuidado —les entregó un sobre —cuando encontréis a Zander entregadle esto, no lo perdáis ni lo abráis. ¿Entendido? —ambas asintieron —buena suerte —Cada uno se fue por su lado.
Durante el viaje nadie hablaba, Cal estaba sumida en sus pensamientos cuando alguien tocó su hombro, era Seth, apartó a las chicas un poco del grupo y comenzó a hablar.
—Siento la forma en la que os he tratado, llevaba todo el día trabajando sin descanso y exploté con vosotras —las chicas no contestaron así que el chico continuó —Cal, te juro que estoy haciendo todo lo posible por encontrar a Nesta, por favor no hagas locuras.
—Vale.
Cal agarró la mano de Dhara y la llevó de nuevo al centro del grupo, donde se encontraban antes.
—Entonces, ¿vamos o no vamos a seguir con el plan? —susurró la pelirroja a su oído.
—Seguiremos con el plan y encontraremos a Nesta.
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La mazmorra era un lugar frío y húmedo, llevaba solamente un par de días ahí pero se sentían como una eternidad, los guardias la habían llevado el día de su llegada a una sala oscura iluminada por un par de lámparas, no podía describir con certeza lo que le hicieron, solo la recordaba a ella atada a una camilla y luego un incesante dolor hasta que todo se volvió negro. Cuando despertó, volvía a estar en su celda, tenía heridas en el abdomen y en la cara.
Los días pasaron y ella seguía allí encerrada, siendo interrogada varías veces al día, el único pensamiento que le venía a la cabeza era como estaría Cal.
Los guardias entraron a la celda y la llevaron de nuevo a la sala, pero esta vez había algo diferente, un doctor se acercó a ella y le inyectó algo en el antebrazo.
Unos minutos después comenzó a convulsionar, espuma salía por su boca, lloraba, estaba asustada no sabía lo que le estaban haciendo, tras unos minutos acabó. Fue llevada de nuevo a su celda, cayó rendida sobre su fría cama.
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Llevaban dos días andando cuando por fin llegaron a su destino, una alta montaña se erguía ante ellos, comenzaron a subir tratando de llegar a la cima, pero al alcanzarla se toparon con una barrera trasparentosa que protegía la entrada a una cueva.
Trataron de traspasar el obstáculo hasta que cayó la noche, decidieron acampar allí y seguir intentándolo por la mañana.
Sueño de Cal
Corría por un bosque, algo la perseguía, un ser negro de ojos amarillos, el escenario cambia, está con Dhara en la montaña, las ve a ambas traspasando la barrera, todo se vuelve negro.
Fin del sueño
Se despertó sobresaltada, fue a por Dhara.
—¿Qué pasa Cal? —dijo frotándose los ojos.
—Ya sé cómo traspasar la barrera, vamos —susurró
Las chicas se levantaron y sigilosamente se acercaron a la barrera, Cal tomó la mano de Dhara y caminó hacia la barrera, cerraron los ojos y al abrirlos estaban dentro.
Se miraron la una a la otra y se internaron en la cueva, no se veía nada, lo único que alumbraba era la luz de la luna llena reflejada en los charcos. Caminaron durante mucho rato hasta que llegaron a una zona totalmente oscura, se agarraron de la mano y continuaron su camino hasta llegar a un espacio abierto, había una apertura por la que se podía ver la luna, en el centro un árbol seco y delante de él alguien arrodillado. Lo habían encontrado, era Zander.