Crónicas De Alaviv: Buscando En El Abismo

22

Ya era de día cuando se despertó, debían haberse dormido sin darse cuenta, porque Dhara seguía allí agarrando su mano. No quería despertarla así que se quedó tumbada mirando a la pelirroja, que dormía plácidamente. De repente comenzó a moverse, sollozaba y Cal pudo apreciar una lágrima que corría por su mejilla, Dhara abrió los ojos de golpe y se incorporó rápidamente, Cal se sentó a su lado tratando de tranquilizarla. 
—Tranquila Cal, estoy bien, ha sido solo una pesadilla —dijo la pelirroja con la respiración acelerada. 
—No te muevas, voy a por un vaso de agua y me cuentas lo que has soñado, ¿vale? —su compañera asintió como respuesta. 
Trajo el vaso de agua fría y estuvo sentada junto a ella hasta que se tranquilizó, pero cuando Cal le preguntó sobre el sueño ella se mostró reticente a contarle el contenido,  así que después de varios intentos se rindió. 
Unas horas más tarde todos avisaron de que el om estaba a punto de llegar, así que se organizó un equipo para llevar a Zander sano y salvo hasta el ser, aunque este se negaba a llevar a ser acompañado. 
—Iré solo —le oyeron decir mientras se acercaban, el hombre se giró y señaló a Cal —sólo permitiré que ella me acompañe.

 

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Dentro de la casa de Dancen discutían Dancen, la madre de este, Seth, Evander, Dhara y algunas personas más que Cal no conocía, estuvieron mucho rato encerrados hasta que Dancen sentenció lo que iban a hacer. 
Cal e Zander bingib flak (Cal y Zander irán solos). 
O! (¡No!) —se quejó Dhara. 
Dhara, Cal bengib. Spong fngi! (Dhara, Cal irá. No hay más que hablar) —la reprendió Dancen. 
Salieron de la casa y fueron hasta donde estaban Cal y Zander, les comunicaron el plan y fueron a prepararlo todo. 
Dhara la ayudó a guardar todo lo que iban a necesitar, se la veía afligida, tenía la cabeza gacha y no hablaba ni caminaba alegre como solía hacer. 
—¿Pasa algo? —preguntó Cal.
—No —se la notaba apenada.
—¿Segura? —paró de colocar cosas y se acercó a Dhara —No tienes buena cara.
—Estoy bien Cal —contestó con una sonrisa.
Una vez terminaron se sentaron en la cama, Cal estaba empezando a preocuparse ya que cada vez se veía más deprimida a la pelirroja, además pudo ver una pequeña lágrima que se deslizaba por su mejilla, se la secó y la abrazó.
—No estás bien Dhara, cuéntame que te pasa —la pelirroja le devolvió el abrazo.
—Estoy bien de verdad —dijo secándose la lágrima —pero prométeme que vas a tener mucho cuidado y que cuando Zander use su magia tú estarás lo más lejos posible para que no te afecte.
—Lo prometo.
Volvieron a abrazarse, ultimaron los últimos detalles y se fueron hacia las puertas, no habían pasado ni cuarenta y ocho horas desde que las habían cruzado por última vez, pero esta sería mucho más difícil y peligrosa.
Cal se despidió de todos loa presentes y caminó junto a Zander hacia un peligro desconocido y sin certezas de salir ilesa. A su espalda oía a alguien que le gritaba, era Dhara que a lo lejos movía sus brazos a modo de despedida.
—Cal, Cal, Fech yaa eh —Cal no entendió pero le dijo adiós desde lo lejos. Pudo ver lágrimas que caían como cascadas de los ojos de Dhara, al presenciar esa imagen algo dentro de ella se rompió y corrió para abrazarla una última vez antes de irse.



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En el texto hay: aventura, magia, fantasia juvenil

Editado: 25.02.2023

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