Crónicas De Alaviv: Buscando En El Abismo

24

Dhara se sentó en la cama donde Cal descansaba plácidamente, los médicos no sabían si despertaría o no, había llegado demasiado lejos y el poder del om se había apoderado de ella, eso le rompía el corazón, pero dentro de ella había esperanza de que volviese en sí. Observó a la chica, cada una de sus facciones, sus rosados labios, su pelo castaño, sus ojos que permanecían cerrados, cada parte de ella le fascinaba, se acercó un poco más a ella y posó un suave beso sobre los labios de Cal.

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Cal, permanecía aún inmersa en la oscuridad, luchando contra ella y contra las pesadillas que le hacía ver.
Pero estas desaparecieron cuando comenzó a oír una voz que la llamaba, al principio era solo un susurro que poco a poco se fue haciendo audible, después una luz cegadora la llevó hacia la dueña de aquella voz.

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Cal abrió los ojos, vio a la chica que tenía delante y se abalanzó a abrazarla.

—Yo también me alegro de verte —dijo Dhara correspondiendo al abrazo.

Cal, le contó todo lo que había visto y la aventura que había vivido, pero algo hizo clic en su cabeza.

—¿Dónde está mi mochila?

—Ahí, ¿por?

—Tráela, tráela.

Dhara obedeció sin entender y vio como Cal sacaba de su mochila una bufanda que envolvía a un pequeño ser, la castaña le miró a los ojos.

—¿Está muerto? —le entregó al pequeño fitilu que yacía inmóvil en las manos de Cal.

—No, mira respira. No sé mucho de estos seres, pero vamos a dejarle aquí tumbado un rato a ver si despierta ¿vale? —Cal asintió como respuesta. 
Se levantó para dejarlo sobre una pequeña mesa al lado de la ventana para que nadie le molestase ni le hiriese.

—Dhara —ante el llamado la chica se giró.

—Dime.

—El día que me fui con Zander, ¿qué fue lo que me gritaste?

—Fech yaa eh —contesto la pelirroja.

—¿Y qué significa?

—Pues... —comenzó a decir mientras se sentaba a su lado —no sé explicártelo con palabras.

—¿Tú tampoco sabes qué significa?, es tu idioma deberías saberlo.

—Y lo sé, y lo sé, pero es complicado explicarlo con palabras.

—Pues no me lo expliques con palabras, puedes hacer un dibujo o escribirlo o...

No pudo terminar la frase porque Dhara había roto el espacio que las separaba, juntando sus labios con los de Cal en un delicado beso que la castaña correspondió, una vez se separaron ninguna sabía que decir, y Dhara avergonzada por lo que acababa de hacer se levantó y se dirigió hacia la puerta.

—Voy a buscar al médico y a traerte algo de comer, debes estar hambrienta después de llevar cinco días sin comer.

«¿Cinco días? ¿Qué acaba de pasar?» muchas preguntas bullían en la mente de Cal, y encontraría la respuesta a todas.

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Corrió todo lo que pudo y se escondió durante días, pero llegado un momento tuvo que volver a la ciudad. Caminó por las calles oculta entre todas las personas que andaban a su alrededor, algunas se le quedaban mirando por las evidentes marcas negras que había en su piel, pero no les dio importancia.

Alguien la agarró del brazo y la llevó hasta un callejón, se pegó a la pared sin mirar quien la agarraba, estaba asustada y notaba como los ladrillos de la casa y la basura que había por el suelo comenzaron a temblar.

—Relájate, soy amigo de Seth, no voy a hacerte nada.

Ella levantó la vista y miró al chico a los ojos, este le dedicó una sonrisa tranquilizadora que ayudó a rebajar el estado de nervios en el que se encontraba. Caminó con el chico hasta una zona dentro de la ciudad que parecía completamente diferente, ya que las casas eran pequeñas y yo do estaba bastante sucio. Entraron a una casa donde había otro chico, ambos comenzaron a hablar en una lengua que Nesta desconocía, llamaron a alguien por teléfono, pero no recibieron respuesta, se giraron a mirarla y le dijeron:

—Nos vamos.

Los chicos empezaron a caminar sin mediar más palabra, esperando que Nesta les siguiese, y eso hizo, caminó detrás de los chicos hasta el puerto, allí subieron a un pequeño barco para llegar a un destino desconocido para Nesta.

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Cuando el médico se fue, Dhara, se quedó en la habitación, no quería dejar sola a Cal, deseaba estar allí y hablar con la chica, pero no se atrevía, se sentía avergonzada por lo que había hecho, por nada del mundo quería incomodar a Cal, solo quería demostrarle lo que sentía.

—Te quiero, ¿eso significa verdad? —preguntó Cal rompiendo el silencio, Dhara levantó la cabeza, no sabía que decirle —¿por qué no dices nada? Di algo, te encanta hablar, ¿tengo razón o no?

—Sí, significa te quiero.

—¿Y por qué no me lo dijiste antes?

—Porque no sabía cómo hacerlo.

Cal sin decir nada más se levantó, con algo de dificultad pues sus piernas estaban un poco debilitadas, fue hacia Dhara, se sentó a su lado, se acercó a la pelirroja y acercó su rostro al de la otra chica, casi sin dejar espacio entre sus labios y susurró:

—Fech yaa eh —se acercó un poco más rompiendo la distancia que quedaba entre ellas y posó un suave beso sobre los labios de Dhara.



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En el texto hay: aventura, magia, fantasia juvenil

Editado: 25.02.2023

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