Cal dormía plácidamente en su cama de hospital, hoy le daban el alta, pero Dhara no había querido despertarla aún porque la chica seguía necesitando descansar, desde que había despertado Cal había tenido unas horribles pesadillas que no le permitían dormir.
Seth entró en la habitación de golpe, su respiración estaba agitada y parecía nervioso, miró a Cal, que no se había inmutado de la entrada del chico, y luego se dirigió a Dhara.
—Dfo Nestaa spong shyok. (Han traído a Nesta).
—Ak? (¿Cómo?).
—Nesta tshåd jpi ap, Art e Zal Nestaa Sereia tak. (Nesta está en mi casa, Art y Zal la han traído desde Sereia).
Ambos miraron a Cal, en cuanto supiese la noticia iba a querer ir a ver a su amiga, pero era muy peligroso, ya que Nesta no sabía cómo controlar sus nuevos poderes. Seth le explicó a Dhara todo lo que le habían dicho sobre Nesta y propuso no contarle nada a Cal en un tiempo, pero la pelirroja se negó.
—O, Dzhal zha mizhap ång Cal. (No, tenemos que decírselo a Cal).
Al ser mencionada la chica se despertó, desperezándose y al ver a los chicos que la miraban dijo:
—¿Pasa algo?
—No, nad… —Seth fue interrumpido por Dhara.
—Tenemos que decirte una cosa, pero tienes que prometerme que nos vas a escuchar y vas a estar tranquila ¿vale?
Cal asintió como respuesta, estaba empezando a preocuparse, aquello era raro y podía ver la preocupación en la cara de ambos, se sentaron junto a ella, Seth en una silla y Dhara a su lado en la cama, le agarró una mano, «ha pasado algo malo» pensó Cal para sí.
—Bueno, ¿me vais a decir o no?
—Seth.
—Vale, Cal, Nesta está aquí —al oír el nombre de su amiga desaparecida se tensó, necesitaba saber más.
—¿Aquí dónde?
—En Garin.
—¿Y está bien? ¿Qué ha pasado con ella? ¿Cómo ha llegado? ¿Quién la secuestró?
—No tengo todas las respuestas Cal y tampoco la he visto, la trajeron mis amigos de Sereia y tengo entendido que está bien, aunque le hicieron algo cuando la secuestraron…
—¿El qué? —Cal podía oír su corazón palpitando dentro de su pecho a toda velocidad.
—No lo sé, pero ahora tiene una especie de poderes mágicos, no te lo sé explicar, pero es peligroso y surge cuando tiene emociones fuertes como el miedo, por eso quiero pedirte que por ahora no vayas a verla.
—¿Cómo? ¿En serio esperas que me quede sentada sin ir a verla y sin saber cómo está? —No recibió respuesta por parte del chico —es una broma ¿no? —se dirigió esta vez a la pelirroja que aún sostenía su mano, esta no respondió, pero su mirada lo decía todo —tengo que verla, sé que queréis mantenerme a salvo, pero necesito verla y hablar con ella.
—Lo siento Cal —el chico se levantó y salió de la sala.
—Dhara por favor.
—Es la única forma de que no te pase nada.
—Ella no me hará daño, te lo suplico déjame verla.
—Se me ha ocurrido una cosa, podrás verla, pero con una condición.
—Dime, lo aceptaré sea lo que sea.
—Ev y yo estaremos ahí para vigilar y asegurarnos de que no pasa nada.
—Gracias, gracias —se abalanzó sobre la pelirroja abrazándola —¿por qué Ev? —Porque Seth no iba a querer colaborar, además no nos iba a dejar hacerlo. Te dan el alta en unas horas, trataré de que el encuentro sea mañana por la noche, ¿podrás esperar hasta entonces?
—Si, muchísimas gracias —besó a la pelirroja —te quiero.
—Y yo a ti —contestó Dhara besándola de vuelta.
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Nesta estaba encerrada en una pequeña habitación en la casa de alguien desconocido, cada varias horas le llevaban comida, le habían dejado ropa y un médico le había examinado.
«¿Cal estará aquí?» no paraba de preguntarse por si amiga, llevaban mucho tiempo sin hablar y estaba preocupada.
La puerta se abrió, Seth entró en la habitación, le alegró ver una cara amiga después de tanto tiempo, el chico agarró una silla y se sentó junto a Nesta.
—¿Cómo estás? Ha pasado mucho tiempo —dijo el chico.
—Si, bien, ¿tú, cómo estás?
—Bien, pero sé que no quieres saber cómo estoy yo, sino sobre el estado de Cal —ella asintió —Cal está bien por ella no te preocupes, cuéntame ¿qué es lo que te han hecho?
Nesta le contó todo lo que había pasado, los médicos y lo que le hicieron, pero solo le preocupaba una cosa.
—¿Cuándo la podré ver?
—No lo sé, tus poderes son muy peligrosos y ella es demasiado importante como para que le pase algo.
Nesta entendía lo que el chico le decía, y cuando él se fue se quedó pensando en cómo podría comunicarse con Cal sin necesidad de verla y ponerla en peligro, no tenía teléfono así que los mensajes estaban descartados, mientras barajaba opciones un papel pasó por dejado de su puerta.
Mañana a las siete vendremos a buscarte para que te reúnas con Cal.
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A las seis Nesta ya estaba lista, esperando junto a la puerta, pero nadie abrió, eran ya y cuarto y nadie venía, «habrá sido una broma» reflexionó tumbándose en la cama, la ventana se abrió.
—Nesta, Nesta ¿estás ahí? —la voz desconocida de un hombre la llamaba.
La chica se acercó a la ventana y vio a un hombre corpulento, este la ayudó a salir y juntos caminaron hasta un pequeño claro en medio de un bosque, allí estaba Cal junto a una chica pelirroja que no conocía, la primera salió corriendo hacia Nesta para abrazarla, pero al observarla bien se horrorizó al ver las marcas negras que está tenía en su piel.
«Esto es culpa mía, Le han hecho esto porque yo la puse en peligro» se culpó mentalmente.
—¿Qué te han hecho? —murmuró Cal.
—Ahora te lo cuento, pero primero preséntame a tus amigos.
—¿Eh? Ah sí, estos son Ev, el hermano de Seth y mi… y Dhara.
—Vaya, tu hermano y tú sois como el agua y el aceite, te conozco de lo que hemos tardado en llegar, pero sois completamente distintos —Evander río ante el comentario de Nesta.
—No estás alejada de la realidad créeme.
Se sentaron en círculo, Cal y Nesta hablaban sobre lo que había pasado este tiempo, estuvieron hablando varias horas, poco a poco a Dhara le pesaban cada vez más los párpados, hasta que se quedó dormida sobre el hombro de Cal, esta le pasó un brazo por encima de los hombros para que no se cayese y se acomodara mejor.
Ev miró el reloj, y al ver la hora decidió que era momento de llevar de nuevo a Nesta a su casa, pronto le llevarían la cena y no querían ser descubiertos. Despertaron a Dhara y todos acompañaron a Nesta, se despidieron y cada uno se fue a su casa.