Crónicas De Alaviv: Buscando En El Abismo

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Tras la muerte de la reina la situación se estabilizó, se hicieron unas votaciones para elegir al nuevo líder de Sereia, un hombre justo que realmente se preocupaba por los suyos y que, tras llegar al cargo comenzó a aplicar medidas para aumentar la tolerancia hacia los sihiri, además del cambio y reescritura de los libros de historia.


 

Vencer a la giganta en Helah no fue tarea fácil, muchas tropas lucharon contra los enormes seres en una batalla que duró casi un año, hubo muchas pérdidas para ambos bandos, pero finalmente las tropas Sereia así consiguieron alzarse victoriosos. De inmediato se inició la reconstrucción de las ciudades destruidas durante la batalla.


 

Todo el equipo sihiri que había participado en la batalla fue llamado al palacio, entraron a un despacho, no era la primera vez que Cal estaba en él, pero estaba muy distinto a la última vez. La amplia sala presidida por una mesa dorada estaba completamente recogida, la estantería estaba prácticamente vacía y el enorme cuadro del antiguo rey y sus hijos había sido retirado.


 

—Llevo ya algo más de un año instalado y no he terminado de llenar esta sala —el nuevo líder de Sereia les recibió con una sonrisa —bienvenidos, siento no haberos invitado antes, pero estaba un poco ocupado.


 

—No hay por qué disculparse, es usted un hombre ocupado que está haciendo todo lo posible por integrarnos —le disculpó Dancen.


 

—Llámame Gael por favor, pero vamos a hablar del por qué os he traído hoy aquí. Quería saber vuestra opinión sobre un proyecto que involucra a los sihiri.


 

—Cuéntenos.


 

Todos se colocaron alrededor de la mesa, Gael extendió un mapa de Alaviv en la mesa.


 

—Las ciudades de Helah que fueron destruidas por la reina y sus aliados ya están siendo reconstruidas, pero para que los sihiri puedan reinsertarse en la sociedad como antaño, hemos pensado habilitar espacios para construir casas y que los interesados puedan trasladarse cuanto antes.


 

—Es una buena idea, pero no estoy segura de que mucha gente pueda permitirse en traslado, en comparación con la gente de Sereia nosotros no tenemos mucho dinero —intervino Dhara.


 

—Lo sé, y por eso hemos ideado un plan de ayudas para que los sihiris puedan iniciar una nueva vida aquí en Sereia. Además de becas estudiantiles para aquellos jóvenes que realmente quieran avanzar en sus estudios.


 

—Wow, son unas medidas realmente favorecedoras hacia los nuestros —dijo Dancen —¿los sereianos estarán de acuerdo con ellas?


 

—Sí, bueno al menos la gran mayoría lo estarán.


 

Salieron del palacio y cada uno se fue por su lado, Cal fue a sentarse a un acantilado desde el que se podían ver las costas de Helah.


 

—¿Es bonita verdad? —preguntó Seth a su espalda.


 

—Mucho —hizo un gesto para que el chico se sentase a su lado —no me puedo imaginar que habría pasado si no me hubieses llevado allí.


 

—Pues muchas cosas, la reina podría haberte matado, no habría habido una guerra, no tendrías novia y puede que Nesta y tú siguieseis siendo como uña y carne —el oír el nombre de su amiga entristeció a Cal —lo...lo siento Cal yo no quería...


 

—Da igual, Nesta falleció hace meses, tendría que haberlo superado.


 

—Necesitas tiempo Cal.


 

—Lo sé, pero da igual, estoy bien, perfecta.


 

Apoyó su cabeza en el hombro de Seth y cerró los ojos, sintiendo la brisa marina en su cara.


 

—¿Qué pasó con la giganta? —preguntó Cal.


 

—No se sabe, huyó y desapareció en el mar.


 

—Entonces podría venir a por nosotros ahora mismo ¿no? —dijo asomándose y mirando el agua.


 

—No creo —respondió Seth a la vez que reía —estaba malherida, habrá nadado hasta las costas del país más cercano, pero lo seguro es que ya no es nuestro problema.


 

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—Ey ¿cómo te va? —Ryuu entró a la sala donde Ev estaba haciendo rehabilitación.


 

—Cada vez mejor —Evander sonrió —mira, a ti no te he enseñado mi pierna nueva.


 

Se levantó la pierna del pantalón dejando a la vista una prótesis de metal. Ryuu no sabía que decir.


 

—Sé que no es muy realista, pero pronto podré andar sin ayuda.


 

—Me alegro mucho Ev, de verdad.


 

El chico fue a cambiarse, se miró al espejo, su imagen cambió mucho ese día, su cuerpo estaba lleno de cicatrices, tuvo que someterse a muchas operaciones después de que sus músculos se rompiesen, y también estaba su pierna, todavía no se había acostumbrado, pero se alegraba de tener la oportunidad de andar de nuevo. Agarró su bastón y salió de la habitación sonriendo.


 

—¿Nos vamos?


 


 

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Después de la batalla la giganta estaba malherida, saltó al mar, el inmenso azul la protegería y sus enemigos no podrían preseguirla.


 

Llegó hasta la costa de un país desconocido para ella, desde la playa miró el archipiélago donde sus compañeros habían perecido, su hija, que la había seguido se puso a su lado.


 

—Mi amor —abrazó a la pequeña con cuidado de no aplastarla —te juro que volveremos a casa algún día y que nos vengaremos de los que nos han hecho esto.


 



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En el texto hay: aventura, magia, fantasia juvenil

Editado: 25.02.2023

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