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En un departamento con lujosas antigüedades y obras de artes se encontraba Arne, quien estaba meditando mientras esperaba algún mensaje de su compañera. Estaba preocupado de cómo estarían sus sentimientos ante su encuentro con la joven Crossrose, de cierta manera sospechaba que podría estar dudando sobre la decisión que debería tomar al llegar a la organización. Sin embargo, sabía que esta vez las inseguridades serían su peor enemigo. Como no podía concentrarse del todo decide levantarse y cocinar algo para invitar a su aprendiz a que lo acompañara, además de esa manera podría hacerle una especie de examen rápido de todo lo que había aprendido por el momento. Mientras cortaba las cebollas su teléfono suena, por lo que se lava las manos y va a tomarlo a la mesa del comedor. Al ver que era de Eara lo abre rápidamente.
— Arne, debes decirme a quién quieren asignar. Es urgente. — El solo tono de su voz confirma sus sospechas. El cazador suspira.
— No he podido encontrar información, por lo que estaba a punto de recurrir a los conocimientos de los Lancia.
— Eso es malo.
— Aunque debes estar tranquila, creo que entiendo lo que está planeando el Cardenal.
— ¿Qué cosa?
— Mañana te enviaré un mensaje con las cosas que he descubierto hasta ahora.
— No sé si pueda esperar tanto, mañana debe conocer a una de esas familias.
— Demonios. Haré lo posible para desentrañar todo. Procura ser cauta y protégela.
Arne sabía que desde que se supo la noticia de la muerte de los Crossrose los Radicales más que compungirse habían estado celebrando en sus casas. Para ellos eso era algo bueno, porque debido a que nadie sabía lo del nombramiento de Eara asumieron que el nombramiento caería en las manos del Papa y el Cardenal, lo que significaba una gran posibilidad para personajes relacionados a sus ideas. Esto se veía potenciado con la tendencia del último año de apoyar a los Radicales en sus decisiones.
— No pongas en riesgo tu posición. — Ésta suspira con pesadumbre.
— Lo haré.
Tras terminar de conversar con su compañera vuelve a la cocina, pero cuando estaba a punto de volver a la cebolla lo asalta la preocupación. Se apoya en el mesón de mármol y medita unos segundos sobre la situación, decide que iría a la organización para averiguar lo antes posible el nombre del supuesto maestro elegido. Se va hasta su habitación y se pone una camiseta negra con una chaqueta de cuero. Apaga las luces y sale camino a la organización.
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A la mañana siguiente la joven despierta antes del alba, había tenido un extraño sueño con una seguidilla de imágenes sobre personajes tenebrosos que enfrentaban al extraño. Esa noche en particular no vio a su acompañante onírico, era como si intencionalmente él hubiese puesto en cámara rápida las imágenes. Claramente no entendía lo que estaba pasando, era como si todo estuviera planificado para prepararla para algo que se avecinaba. Eara estaba sentada en uno de los sofás leyendo algunas anotaciones que había hecho cuando fue entrenada por los Crossrose, cuando nota que la joven se había despertado. Ésta se apoya en el marco de la puerta de su cuarto y observa a la cazadora, quien se da cuenta que había tenido sueños especiales. Cada vez estaba más interesada en saber lo que soñaba. Sarah se sienta en un sitial y aún percibe un poco de dolor de estómago, así que apoya sus codos sobre sus muslos y pone su cabeza entre las manos.
— ¿Aún sientes dolor?
— Sí, realmente no creo que pueda seguir soportándolos. Creo que si sigo bebiendo la sangre me sentiré peor.
— Eso no es cierto, es porque tu cuerpo está seco y sin nutrientes suficientes. Mientras procures subir la dosis de a poco no debería haber problemas, quizás te tomará unos días más acostumbrarte. Luego las siguientes dosis no sentirás nada. Así que quedate tranquila y ten paciencia. — La joven asiente.
La habitación se sume en un silencio que era necesario para ambas. Eara cierra su cuaderno y se levanta para ir a guardarlo. Mientras tanto Sarah seguía tratando de calmar las molestias que estaba sintiendo. Al volver la cazadora llena un vaso con agua para dárselo a su acompañante. Ésta bebe el líquido y parece sentirse mejor. La gladius le recomienda que beba harta agua para sortear el dolor, ya que las veces que ella lo había hecho había tenido que beber más sangre de la normal para sanar rápidamente alguna herida. Le recomienda ir a recostarse y distraerse con algo, así que saca su novela de una de las valijas antes de volver a la cama. De esa manera fue pasando el tiempo hasta que el desayuno fue servido cerca de las ocho de la mañana, para entonces la joven estaba hambrienta. Ambas comen en silencio y en compañía de los mayordomos del hotel. Luego de que los humanos hubiesen levantado todo ambas se van a arreglar para salir de compras. Una vez listas bajan y se suben al auto que las esperaba.
Durante toda la mañana visitan las tiendas de más familias neutrales, las cuales venían de distintos clanes de alrededor del mundo. De esa manera la joven se da cuenta de la multiculturalidad de los clanes de Gladius, de cierta manera eso la alegraba. Compran más ropa y accesorios, armas, medicinas, equipos médicos, entre un sin número de cosas que eran esenciales para el mundo de la caza. Como había pasado el día anterior, en las compras en las que se encontraron con cazadores pro Radicales la joven se siente incómoda. Ante esto Eara se vuelve mucho más precavida y protectora, lo que da el paso para que muchos sospechen que ella era la maestra que habían elegido los Crossrose. Para la cazadora eso no era bueno, sobre todo considerando que aún era una incógnita quién sería el elegido por Bergagno.