Cronicas de lo Insolito

Historia 4 : La Gasolinera Maldita

Era otro verano más y como en cada uno de ellos Miguel se disponía a buscar trabajo, después de una intensa gestión había encontrado empleo en una gasolinera estabas a las afueras de la ciudad, lo malo le habían dado el turno de noche.

Se adaptó rápidamente, no solo motivado por la necesidad misma de trabajar sino porque también el ambiente era grato, no ganaba una fortuna pero si podía darse ciertos gustos hasta incluso ahorrar una pequeña cantidad, si bien detestaba algo el turno de noche se le hacía más llevadero gracias a que compartía las labores con otro colega, con el cual había llegado a formar un estrecho lazo, entre conversaciones y anécdotas las noche se les hacía más corta, pero hubo una semana  que su compañero se enfermó de gripe, Miguel tendría que hacer el turno solo toda la semana, “moriré del aburrimiento pensó, nunca ocurre nada interesante” exclamo, hasta que cierto día ocurrió un incidente que jamás olvidaría.

La noche iba normal, era viernes, sentado en la caja rodeado de estantes de bebidas, cervezas, papas fritas, sin más entretención que una pequeña radio y un viejo televisor, había pasado más de una hora de la última vez que se levantó a llenar el estanque de una familia que iba de viaje al sur, ya sentía que en cualquier moriría del sueño, afuera solo veía pasar los autos, la carretera no era más que soledad, por primera vez pensó seriamente en renunciar si seguía otra semana más en ese turno se volvería loco pensó el. Comenzó a hacer zapping en la televisión, buscando algo interesante, cuando la radio interrumpió su especial de canciones de los ochentas, para dar una notica de último minuto, Miguel le subió el volumen, “Atención noticia en desarrollo se nos informa que un peligroso criminal se acaba de escapar del Hospital psiquiátrico Roma, el paciente es altamente peligroso se le ruega a la comunidad resguardarse en sus hogares y de esta forma no exponerse al peligro”.

¿Hospital psiquiátrico Roma?, el que estaba a un par de kilómetros de la gasolinera, si había escuchado bien, comenzó a inquietarse un poco, trato de bajarle el perfil pero no pudo, ¿qué posibilidades había de que aquel loco llegara hasta la gasolinera?, se imaginó a él siendo asesino ahí en medio de la carretera en medio de la soledad, gritaría por auxilio pero nadie lo salvaría, quizá su cadáver seria arrojado en el desierto y jamás seria encontrado, se estaba volviendo paranoico, pensó en cerrar el local  pero esto desataría la furia de su jefe llamarlo generaría la mofa de sus compañeros por considerarlo un cobarde o perseguido.

No poseía arma alguna para defenderse más que un fierro, que tenía oculto en la caja, salió a tomar aire, afuera se había levantado un fresco viento, camino hasta la orilla de la carretera miro a ambos lados, creyendo que en cualquier momento saldría aquel loco, pero nada, ni siquiera un auto, se decidió, cerraría el local por unas horas o al menos hasta oír las noticias de que el loco había sido atrapado.

Volvió al local, caminaba por el pasillo cuando escucho algo caer de los estantes, no se alcanzó a girar cuando sintió unas manos que lo tomaron por el cuello. “entrega todo el dinero”, escuchó, por su cabeza paso la idea de que aquel asaltante podría ser el loco, sentía que iba a morir, Miguel trato de defenderse, pero no pudo, sentía que le faltaba el aire, moriría ahí en medio de la nada, cuando escucho un disparo, sintió su cuello despejado, comenzaba a respirar de nuevo, se levantó y vio el cadáver del loco en el piso, había recibido un disparo en la cabeza, tras este, un tipo con un sombrero de vaquero sostenía en lo alto su arma, se había salvado.

-Estas bien hijo? – le pregunto el señor

Miguel aun en shock le dio un si asintiendo con la cabeza, tras calmarse le conto todo , dándole las gracias por tan oportuna aparición, el señor resulto le contó que él era un camionero y que se había quedado en pana de bencina cerca de la gasolinera en cierta forma de retribuir el que le haya salvado la vida Miguel le lleno el estanque y le ofreció cosas para comer, el señor feliz acepto, pero un detalle le perturbo, el camionero tenía una cicatriz en la mejilla derecha y un tatuaje de escorpión en la sien.

Cuando la policía llegaba el señor salió rápidamente despidiéndose de miguel, los dos oficiales interrogaron al chico, examinaron el cadáver lo compararon con una foto que llevaban, miguel vio algo de decepción en sus caras, uno de los oficiales el más viejo de ellos se acercó a él y le mostro la foto.

-Hijo, ¿has visto a este tipo? - le pregunto el oficial.

-Miguel examino la foto, reconoció al sujeto al instante, la cicatriz y aquel tatuaje le eran familiares, era el valiente camionero que lo había salvado.

- si le he visto señor, ¿por qué?

 

Los oficiales se miraron.

- ¡Porque ese es el loco que se escapó el manicomio!, en su huida comenzó a hacer auto stop matando a un camionero que gentilmente lo llevaba para después robarse su camión. Hijo… estas pálido, ¿te sientes bien?

FIN



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En el texto hay: msiterio, thriller, ficcion

Editado: 28.03.2020

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