Crónicas de un alma

Un pequeño golpecito

Alex

Nunca pensé que llegaría a impartir una clase; muchos amigos de la universidad siempre dijeron, que tenía algo. Mariano siempre ha dicho, "No se que haces, pero hablas y te creen" aún que, siempre me reclama por qué no le digo, los posibles escenarios, antes de caer de boca, en un proyecto.

Había salido de la Universidad, la verdad, acababa de hablar con la profesora, acerca de ayudar a los alumnos, y estaba pensando en distraerme, cuando llegue al semáforo, me orille hacia el carril continuo, mire en todas las direcciones.

Y sólo sentí un golpe del lado del conductor, el coche no se detuvo, el impacto fue caótico en mi mente. Solo vi una camioneta circular, con rayones rojo, como los de me coché. 

Estaba sola, no me baje, estaba esperando si mi auto se apagaba, no acaba de asimilar que me habían chocado; intenté continuar, y vi a quien me había golpeado, no hice nada, lo último que quería era un conflicto de 8 horas, mi mente, no dejaba de pensar en "qué haces por qué te quedas".

 

Ya había tenido la experiencia de tu me golpeaste, y había sido horrible, de recordarlo me hacía, dudar.

Pero no dudaba de si la golpe, por qué no lo había hecho. Sino duda, por qué, nunca había llorado para salir de un problema, más bien, había enfrentado las cosas, ha de sí lo hice, atento a las consecuencias.

El mayor detalle es que no había hecho nada, y aún así, me culpaban; había ,modificado mucho, mi manera de conducir, incluso en la vida. Me había vuelto más retraída, no me gustaba salir. Y avece tomaba a mal, estar cerca de mucha gente.

 

Mariano hablo conmigo muchas veces, como si fuera válvula de escape, más bien era mi apoyo, alguien mucho más parecido a mí que mis hermanos.

Mientras el tornado de cosas, pasaban, llegue a casa de Mariano, su madre y sobrina salieron, al ver el coche, mucho más preocupados por mí que por el coche, casi vivía con ellos; les comenté lo que había sucedido, y me ayudaron con el seguro.

Mis padres se enteraron ya que había pasado, la parte más nerviosa. No tenía ganas de hacer nada y casi que quería dejar la empresa, la universidad y todo.

Lo que yo no sabía es que este pequeño golpe sería el inicio de muchas cosas, que nunca espere que pasaran 




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