Crónicas de un Amor Malsano

Prólogo.

Ella entró a pasos sigilosos en la habitación donde su víctima dormía plácidamente, con el sueño tan pesado que ni el paso de un ferrocarril podría perturbar su sueño; empuñando su puñal se acercó poco a poco, sin hacer ningún ruido...

 -Eres tan estúpida.-pensó.- ¿Cómo creíste que ganarías el juego? Alguien tan idiota como tú jamás sería capaz de vencer a nadie, y mucho menos a alguien como yo. Siempre estoy dos pasos adelante, de todos.- Eres tan inocente.- susurró esta vez al oído de su víctima.- Tan inocente como lo fui yo alguna vez; tan ilusa como para creer que en el mundo existe amor suficiente para poder hacerme feliz, pero, ¿cómo podría hacerme feliz algo que ni siquiera es real?- Eres hermosa.-dijo hincándose junto a la cama y tomando uno de los mechones de su cabello.- Tan preciosa que te envidio, tan inteligente como para no darte cuenta que siempre te he odiado, siempre he detestado todo lo que eres. Eres tan repulsiva que lo único que me haría feliz acerca de ti es saber que estás muerta; y como para eso falta algún tiempo, qué mejor que apresurar el paso yo misma.- culminó tomando el cuello de la chica con una mano y apretando tan fuerte que enterraba sus largas y afiladas uñas en el.-

Aquella chica abrió los ojos tan grandes que casi se salieron de órbita, y poco a poco los rodó hasta fijarlos en ella... su peor enemiga. 

A pesar de que la habitación se encontraba a oscuras, a través de la ventana se filtraban los rayos de la luna que iluminaban el malévolo rostro de aquella mujer misteriosa. 

-¿Tú?-preguntó la chica apenas pudiendo respirar.

-Sí, yo. ¿Me habías olvidado?-sonrió.

-¿Por qué?-pronunció con dificultad.

-¿Por qué?-repitió al tiempo que se ponía de pie.-¿Por qué?- dijo crujiendo los dientes y apretando más fuerte el cuello de la chica.- ¿No lo sabes? ¿Acaso no sabes que me lo quitaste absolutamente todo? ¿NO LO SABES?

-Nunca te quité nada.

-¿Ah no? ¿Estás segura de eso?-dijo apretando el puñal en su otra mano.- No debiste, créeme. No debiste meterte en mi camino, jamás. Tú todo lo destruiste. TODO. Y ahora, lo pagarás con tú propia sangre. 

Poco a poco acercó el puñal hasta su víctima, quién sólo lloraba y pedía compasión.

-Shh... no digas nada. Nadie te salvará, todo será en vano; sólo cierra los ojos y disfruta el dolor de la muerte; disfruta el dolor que te causará la herida en tu corazón, así como yo la disfruté por tanto tiempo, así la sufrí, quizá lo mío no fue una herida de arma blanca, pero dolió como tal, y tú... tú fuiste la asesina. Tú fuiste quién me mató en vida, y yo... yo te ayudaré a morir para siempre... mira el lado positivo, ¿quién sufre más? Tú, que desde hoy no verás la luz nunca más, ¿o yo, que me tengo que esconder cada vez que el sol sale para no quemarme? La respuesta es sencilla, y hasta el ciego la puede ver, pero tu recuerdo no me atormentará nunca más.-terminando con esto clavó el puñal justo en el corazón de aquella chica, quién soltó un grito ahogado y se retorció por un segundo de dolor, hasta morir de forma inminente.-

-Te lo dije, yo siempre sufriré más.

Sacó un pañuelo de su bolsillo y retiró lentamente el puñal del cuerpo de la chica; a pesar de todo, le dolía verla muerta y aún más saber que había sido ella misma quién le había arrebatado la vida, pero también sentía satisfacción, ella le había hecho demasiado daño, y no era la única, por lo tanto no era la única persona que iba a morir, había una larga lista de nombres, a los cuales tenía que hacer pagar por tanto dolor acumulado en su corazón, este es sólo el principio. 

 




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