León

Aisu, Lyla y un joven llamado León que les dijo que era hijo de Gabriel, paseaban a media noche por las calles de París. León acorrió a Lyla porqué quería encontrar a su padre; les dijo que él estaba dormido en un pequeño cuarto dónde antes fue una prisión, que ahora era un edificio abandonado; sin embargo, el vampiro estaba ahí porque no podía salir.

La fémina cuestionó demasiado sobre su padre ya qué, no creía que fuera su medio hermano. Aunque estaba claro que sí porqué León tenía los mismos hermosos ojos azules.

Cuando llegaron al lugar donde yacía Gabriel, León pidió a Lyla y Aisu que le ayudaran a subir por la ventana; estaba muy alto. Ambos le apoyaron colocando sus manos en su estómago. Al estar arriba de sus cabezas vieron el momento que León puso las manos en los barrotes; unas manos lo jalaron hacia adentro. El joven gritó pidiéndoles ayuda y diciéndole a su padre que esperara un poco. Aisu y Lyla escucharon la voz de Gabriel.

—¡Te tardaste mucho!

—¡No! —Gritó el muchacho—¡Aléjate de mí!

—Tengo mucha hambre...

—¡No! ¡No! ¡Papá por Dios!

***

—¿Se alimenta de él? —Preguntó Lyla.

—Supongo que sí... —Aisu y ella intercambiaron miradas.

—¿Debemos dejarlo con él?

—Esos ruidos no parecen...

—¿Lo está violando?

—Parece disfrutarlo.

—¡Que asco! —Gritó Lyla.

—Vayámonos—Sugirió Aisu. Lyla afirmó. Tomó a Aisu del brazo y corrieron; Gabriel gritó el nombre de la fémina y retumbó en toda la calle.