Voló hacia un montón de impresoras apiladas que se cayeron encima de su cuerpo por el impacto. Se cubrió con las manos la cabeza. Permaneció inmóvil, temerosa a recibir otro ataque; tenía una ligera idea de quien pudo ser su agresor ¿Quién estaba detrás del mostrador y por qué la atacó?
Con pesar se levantó. Pudo ver quien era y no se había equivocado, se trataba de su pesadilla.
—¿Qué haces aquí? —Le preguntó. Era de esperar, sus ropas oscuras y su gabardina de cuero color negra, con muchos botones del lado derecho, la delataban. Andaba de cacería.
—No vine contigo. —respondió secamente, mientras se tambaleaba. Aún no recuperaba el equilibrio después del impacto.
Se sintió sofocada y un poder invisible volvió a estamparla en la pared mientras flotaba a un metro y medio del suelo.
—No quiero volver a encontrarte por aquí. —Podía defenderse, atacarla, herirla; sin embargo no quería que supiera de lo que ahora era capaz de hacer, porqué ya no dependía de ella para poder defenderse y eso, lo había aprendido con el tiempo.
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Editado: 05.04.2018