Aram, Fenrir y Arly buscaban una pieza importante, no sabía de qué trataba, sólo que importaba aquel objeto que describieron único e inigualable.—"Cuando lo tengas cerca, sabrás que es el indicado." —Aburrida cerca de la ventana y viendo llover, esperaba a sus hermanos y a Aram quienes andaban rondando en los pisos de aquel hotel.
Ya había esperado tanto tiempo que decidió salir de la habitación y fue hacía la alberca en el piso bajo el lobby. Para su suerte estaba techada; afuera comenzó a relampaguear. Mientras buscaba un camastro para ponerse a leer, vio que en el agua había un niño flotando boca abajo. Asustada se lanzó a la alberca y nadó hasta el infante, rápidamente lo llevó a la orilla y otra persona le auxilio a sacarlo. Afortunadamente, en una ocasión recibió una instrucción de RCP que ejecutó de inmediato. El pequeño tosió, acongojando el corazón de la chica que le preguntó su nombre, y la persona que estaba con ellos pareció no tomarle importancia. Tenía la edad de un niño de ocho años y, a pesar de eso, hablaba cómo alguien mayor.
—Se lo que buscas, —le dijo a la pelinegra.
— ¿De qué hablas?
—Buscan al portador equivocado, las personas que están siguiendo son las que quieren tenerlo en su poder...Me regresaste a la vida, ellos piensan que lo tienen. Úsalo bien. —de la nada apareció un objeto redondo color turquesa, que extendió para que Lyla lo viera.
Se maravilló por el brillo que destellaba al rededor del objeto, no parecía una piedra preciosa, tal vez era una especie de perla ovalada y transparente. Estaba impactada, era cierto lo que dijeron los mayores. Tartamudeó un poco antes de recibir en su mano el objeto.
— ¿Seguro?—el niño afirmó— ¿Qué se supone que debo hacer?
—Llevarlo a la persona indicada. —El niño rubio, le dio la espalda y se fue. Mientras tanto Lyla contemplaba la forma en que caminaba y el llamativo color de su traje de baño color rojo. Era el indicado para un niño de su edad.
Consternada tomó sus cosas y decidió ir en busca de los mayores, cómo no quiso tomar el elevador, caminó por el acceso a las escaleras; al ver el interior sintió escalofríos, aquellas escaleras estrechas y en forma de caracol, le sofocaron. Sólo le hacían falta antorchas para darle el toque de unas escaleras que van hacía la torre más alta del castillo. El aire frío le heló el cuerpo, tomó un respiro, guardó el objeto brillante y transparente en su bolsillo y ascendió las escaleras. Llegó hasta el segundo piso, ahí se percató que la seguían, entonces se dio a la tarea de correr; intentó salir por la puerta de emergencia que estaba atascada.
Cambió de estrategia y subió hasta que pudo encontrar una puerta abierta en el sexto piso. Siguió corriendo buscando su habitación que estaba en ese piso, pero al dar vuelta en el pasillo chocó con un hombre canoso y con gafas color ámbar, con el que forcejeó para proteger la cosa brillante. Lucharon tanto, hasta que ella perdió, y el hombre sonriente por su victoria, le empujó con la intención de dejarla caer hasta el primer piso, en el jardín del lobby.
Al sentir el vació abajo de su espalda, comenzó a implorar por su vida, si iba a morir que fuera rápido y en caso contrario, esperaba recuperarse pronto y no sufrir heridas graves. Estar en la distancia del segundo piso, le causo nostalgia, cerró los ojos con fuerza esperando lo que se avecinaba mientras gritaba el nombre de su amado apiñonado. El impacto que determinaría el destino de su vida fue suave, abrió los ojos al escuchar la voz de Aram, con mucha suerte y esfuerzo la había atrapado entre sus brazos, y eso pudo ser posible sólo porque él no es humano. Se miraron unos segundos, ella le abrazó del cuello y después se acordó lo que había sucedido.
— ¡Se lo llevaron!—dijo exaltada.
—No te preocupes...—respondió sereno—Nunca van a saber lo que se llevaron con ellos.
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Editado: 14.04.2018