Crónicas de un soñador lv

Barco

 

El barco de madera flotaba en el mar, navegaba guiado por el viento que se quedaba atrapado en las velas blancas del navío. Caminaba sobre la proa observando el panorama de arriba, miraba las velas con incredulidad, el cielo color naranja, las gaviotas que volaban y luego, contempló todo el barco.

«¿Estoy sola?» Suspiró. No se acostumbraba a ese mundo; tal vez algún día lo haga porque nunca elige a dónde ir, aunque le gustan las historias sobre piratas, pero ni siquiera iba vestido como uno.

Recorrió toda la nave en busca de otra alma viviente, sin embargo iba sola; se rindió de seguir buscando y se recargó en la orilla para ver el mar y el rumbo que llevaba el barco. El silencio del mar invadió sus oídos por un largo tiempo pero unos pasos firmes comenzaron hacer crujir la madera rompiendo el silencio agradable; se giró y miró a la persona que había llegado. Sonrió al instante devolviendo el gesto de la otra persona.

—¿A dónde nos dirigimos?—preguntó sin más.

—A una isla.

—¿Qué vamos hacer en una isla?

—Prender una fogata por la noche y azar malvaviscos si quieres. —Le miró confundida y se imaginó asando bombones mientras estos eran atravesados por una varilla.

—¿En serio?—Su interlocutor rodó los ojos y sonrió de medio lado.

—Podemos prender la fogata, pero no hay malvaviscos…

***

El dolor de espalda que tenía le estaba matando, además que sentía que su cerebro estaba aplastando su cráneo, con mucho esfuerzo y apretando los dientes, pudo poner los brazos adoloridos entre el suelo—qué para su sorpresa fue arena—se dio la vuelta y su brazo pegó en la espalda de Aram.  Se talló los ojos para poder enfocar la vista, vio la hoja de una palmera mecerse al ritmo del viento, luego recordó que por la noche habían prendido una fogata y comenzaron a llamar al Dios de algún lado…no podía decir si eso había funcionado porque no recordaba nada después de eso.

—¿Por qué me pegaste? —preguntó el mayor con la voz ronca.

—No te vi…—Dicho esto se puso de costado viendo hacia el apiñonado que se encontraba boca abajo sobre la arena. —¿No crees que estar aquí es incómodo?

Aram hizo un sonido quejándose y se puso boca arriba. Miró hacia el cielo levantando las cejas, puso a andar su mente mientras intentaba recordar que había pasado la noche anterior. Al tener una laguna mental, no tuvo más opción que sonreír.

—Nos van a matar…—Dijo sonriendo.



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En el texto hay: vampiros, lobos, zombis

Editado: 24.01.2020

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