Crónicas de un soñador V

Ventana

Su paseo habitual de las tres de la mañana en su avenida favorita, en dónde suele encontrase con personas que no imagina. Ahora, en ese momento, veía del otro lado de la banqueta hacia la ventana del hotel más famoso de la ciudad, parpadeó incrédula al darse cuenta que vio a Jafet subir las escaleras que se veían desde la ventana. Confundida, cruzó la calle y se quedó viendo hacia la ventana, con la cabeza y la mirada hacia arriba, esperando corroborar que su cerebro no le jugaba una alucinación como solía pasar. 

Esperó por lo menos un minuto, y al darse cuenta que no pasaba Jafet de nuevo, decidió darse la vuelta y seguir su camino; sin embargo, en un parpadeo, la luz de los postes de alumbrado público, se esfumó por completo dejándola en penumbras sobre la calle. Suspiró derrotada sentándose en el filo de la banqueta. No iba a caminar hasta que regresará la luz, odiaba la oscuridad, además qué la calle estaba muy sola y le dio miedo, porqué en la oscuridad siempre veía a sus propios demonios como sombras pasajeras. 

Se quedó entonces, con sus codos recargados en sus piernas, mientras sus manos, sostenían sus mejillas. Miraba al suelo y de vez en cuando a las estrellas, esperando que la luz regresará, o incluso que Gabriel apareciera de la nada y le acompañará de regreso a casa como solía hacerlo, pero, ni la luz ni Gabriel aparecían, así que su pensamiento se desvió en Jafet. Lo había visto subir las escaleras, tenía el pelo hasta los hombros y un poco ondulado de las puntas, llevaba su chaqueta negra favorita y una playera blanca, lo había visto de perfil, y su pregunta era «¿Qué hace en ese hotel?» una pregunta que no sería respondida. 

Cuando la luz regresó, sintió que la observaban desde atrás, giró un poco la cabeza y en la ventana que yacía antes de las escaleras, Rhys, estático, le miraba Levantó la ceja indiferente,;el mayor tenía un brazo recargado en la ventana por encima de su cabeza y su expresión facial estaba endurecida. Su indiferencia, en ese momento, fue porque pensó que era otra alucinación, aunque, se dio cuenta que era el verdadero Rhys cuando levantó la ceja. 

Le miró sorprendida y se levantó del suelo apresurada, se acercó hasta la ventana y contempló a Rhys anonada. Ambos se miraron a los ojos por un determinado tiempo, sin cambiar su expresión facial y corporal; hasta que la joven, con el corazón en la garganta, rompió el silencio; no esperaba que le escuchará, pues él estaba adentro.  

— ¿Dónde está Jafet? —, preguntó. 

En respuesta, obtuvo una sonrisa de medio lado; él mayor ladeó sus ojos hacia las escaleras, se apartó de la ventana y comenzó a subir por los peldaños. La chica le vio incrédula. Gritó un par de veces su nombre hasta que lo volvió a ver con Jafet. No pudo contenerse gritando: 

— ¡Lo sabía! ¡Pensé que me estaba volviendo loca! ¡Los odio! — Dijo golpeando la ventana que se hizo añicos al primer contacto con su puño. 



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En el texto hay: vampiros, lobos, zombis

Editado: 14.07.2020

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