Crónicas de una sirena enamorada 1

Una noticia inesperada

Dos horas después, Stara y su familia volvieron a casa. Traimor salió a dar un paseo con Raynor y Gema. Joseph y Lumina salieron a comer al restaurante del hermano del marinero.

—Quiero que conozcas a alguien. Es mi hermano mayor— dijo Joseph emocionado.

El joven anhelaba que su familia conociera a Lumina. Era evidente que la sirena estaba algo tímida. Faltaba poco para llegar al local, y Joseph solo veía a Lumina en el trayecto. Observaba su cabello castaño, sus labios color rosa y lo espléndida que se veía con su corto vestido azul celeste.

Cuando llegaron al restaurante, William, el hermano de Joseph les dio la bienvenida.

Lumina observaba detalladamente el lugar. Le gustaba mucho la decoración. Los jóvenes se ubicaron cerca del ventanal y conversaron un rato. En voz baja, la sirena le describió como era Tritonia y el estilo de vida de sus habitantes.William se acercó a la mesa para tomar la orden. Lumina dijo que cualquier cosa menos pescado, Joseph hizo lo mismo con tal de no comer pescado en frente de ella.

Poco después, la sirena y el marinero disfrutaron de una rica sopa de tomate. A William le parecía un poco extraña la chica, a primera vista el chico pudo descubrir que la muchacha no era australiana, su novia insistía que era italiana.

Al terminar la sopa, Joseph y Lumina permanecieron en el restaurante otros veinte minutos. Como a esa hora no había clientes, William y su novia Nina se acercaron a la mesa en la que estaban los chicos. Lumina estaba nerviosa, pero supo manejar la situación.

Los propietarios del restaurante le preguntaban muchas cosas como ¿Cuál es tu nombre?

¿De dónde vienes? ¿De qué trabajas? ¿Con quién vives? A lo que Lumina respondió dando su nombre, que estaba de visita en casa de una tía, venía de Grecia y era exploradora.

—Ya es hora de irnos— dijo Joseph con la intención de sacar a Lumina del lugar. Sabía que algo no andaba bien y su hermano parecía policía en cierto modo.

Cuando los jóvenes abandonaron el restaurante, Joseph pidió disculpas por la cantidad de preguntas que Nina y William le hacían. El marinero explicó que su hermano es una persona muy curiosa.

—No te preocupes— dijo Lumina —por un momento sentí que hablaba con mi  padre.

—Supongo que es muy protector— preguntó el joven

—¡Sí que lo es! — exclamó la sirena — es su deber como rey.

Joseph sintió cómo su mundo daba un giro al escuchar que Lumina es hija de un rey tritón. Sintió nervios por unos segundos al ver que todo el tiempo compartió con una princesa.

Camino a casa de Stara, observaron que Traimor estaba solo en la playa analizando el horizonte. Al mismo tiempo el collar de la sirena comenzó a brillar. Se acercó a su tía y vio que demostraba estar preocupada. Joseph no sabía qué hacer, Austin guardaba silencio al igual que sus hijos, pero Stara y sus sobrinos sentían que algo pasaba.

—El mar trata de darnos un mensaje— decía Traimor intentando averiguar—algo malo está ocurriendo en Tritonia.

—Mi collar brilla con poca intensidad, Traimor, creo que debemos irnos.

Al oír que Lumina dijo que debían ir, Joseph sintió que su corazón latía a millón, tenía miedo de no verla nunca más.

—Esta misma noche partiremos, tengo el presentimiento de que Maher tiene que ver con esto— dijo Lumina con mucho odio.

—Si es así yo iré con ustedes— habló Stara con firmeza haciendo que sus hijos protestaran.

—Podría ser peligroso, no vayas— repetía Gema.

—Vencí a Maher una vez, puedo hacerlo las veces que sea— contestó Stara— Ustedes permanezcan aquí con su padre. Les juro que volveré.

Lumina volteó su mirada a Joseph; caminó hasta él, le dio un abrazo y luego acarició su rostro diciendo — no estés triste, volveré. Vendré a visitarte, pero mi pueblo está en peligro y debo hacer algo.

—No podemos esperar, vámonos ya. Siento la necesidad de luchar. — dijo Traimor cambiando de forma y sumergiéndose lentamente en el agua — vamos Lumina, no hay tiempo que perder.

—Me tengo que ir—dijo la sirena a Joseph —cierra tus ojos

Joseph obedeció y por segunda vez la sirena lanzó el hechizo para localizarlo. —juro que volveré— se despidió y fue con su primo. Detrás de ellos, Stara estaba lista para iniciar el viaje. Raynor y Gema permanecieron junto a su padre y Joseph solo inclinó su cabeza guardando silencio.

Austin volteó la mirada al chico y le dijo—no te preocupes, las sirenas jamás rompen una promesa.

Mientras tanto en Tritonia, el malvado rey Maher junto a su hijo Atolón, realizó una gran emboscada al trono de Ranhir. No es necesario decir que su plan era robar la corona y someter al pueblo.

—¿Qué quieres, Maher? Ya tienes la corona, el trono, has encerrado a gran parte de mi

pueblo— gritaba Ranhir desesperado y lleno de ira por no hacer nada— Si tienes algo en mi contra mátame ya, pero deja a Tritonia en paz

—Ya sé que tengo todo, Ranhir, pero aún me falta algo. Una pequeña sirena— decía Maher mientras nadaba alrededor de Ranhir —tu hija.

—¿Qué quieres de Lumina? Ya te he dicho que se fue a tierra firme.

—En ese caso hazla regresar, sé que puedes hacerlo— dijo Maher mientras apretaba el cuello del rey de Tritonia.

—Si me torturas de semejante manera, ¿cómo crees que podré hacerlo? —habló Ranhir entre dientes.

Maher dejó a Ranhir y le ordenó llamar a Lumina, pero lo que no sabía era que ya iba en camino con la única sirena capaz de hacer temblar al pueblo enemigo: Stara.

Traimor logró reunirse con los demás soldados en cuanto llegó a Tritonia. Lumina y su tía nadaron ocultándose hasta llegar a la cueva prohibida.




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