Crónicas de una sirena enamorada 4

Daetron sale a la luz

Las labores de búsqueda no cesaban, Lumina no quería regresar a tierra firme, su determinación por encontrar a su hija la mantenía en las profundidades del océano. Había pasado mucho tiempo y nadie tenía noticias de ella y mucho menos de Jocelyn; pero, todo cambió un día cuando los príncipes Poseidón y Tristán hacían guardia junto a unos soldados luego de acompañar a Lumina en su regreso a Brisbane. Los príncipes se separaron del grupo y decidieron nadar un rato para distraerse.

Ambos acordaron rodear la fosa de Challenger guiados por una extraña, grave y delicada voz. Era como si el dios del mar o el mismo Zeus los guiara hasta la celda en donde Coral tenía a Jocelyn cautiva. 

La intención de aquella sirena era dejar a la joven australiana morir para luego devorar su carne lentamente. Por suerte, los príncipes hallaron a su pariente, pero no podían encontrar el modo de sacarla de allí. Pensaban en cómo había hecho Coral para entrar y salir sin problemas, y en medio del desespero por rescatar a Jocelyn, Poseidón y Tristán acordaron un plan arriesgado. 

—Muy bien —dijo Tristán —tú quédate cuidando a Jocelyn y yo voy por ayuda. Será difícil para nosotros sacarla de allí. 

A lo que Poseidón comentó —no bajes la guardia, Coral podría atacarte a la mínima distracción. —luego llevó sus manos a los hombros de Tristán diciendo —ten mucho cuidado, no quiero perder a otro miembro de la familia. 

—Eso no pasará —manifestó el príncipe y partió hacia el palacio de Traimor en donde alertó sobre el paradero de Jocelyn.

Mientras el rey de Tritona del Sur y dos soldados seguían a Tristán, Coral había sorprendido a Poseidón, quien se defendió a puño y espada por resguardar su vida y la de la joven australiana que estaba al borde de la muerte. 

—¿Creyeron que se saldrían con la suya? —cuestionó la sirena. 

—¡Eso debería preguntarlo yo, coral! —gritó el príncipe —¿En qué pensabas? ¿Secuestrar a una humana para desestabilizar a la familia real? 

Coral comenzó a reír y luego dijo — Atolón hizo lo mismo tiempo atrás. 

—¡Maldita seas, Coral! —gritó Poseidón una vez más y atacó a la sirena causando una herida en su cola. 

Coral soltó un fuerte alarido y huyó del lugar, mientras que, al interior del abismo, Jocelyn despertó debido a los desgarradores gritos de su secuestradora. 

—¿Hola? —habló la joven con la voz apagada por la debilidad —¿Hay alguien ahí? 

Poseidón balbuceó al escucharla —¿Jocelyn? —luego gritó con firmeza —¡Jocelyn! ¡Soy yo, Poseidón! Tristán fue por ayuda, vamos a rescatarte. 

La joven solo escuchaba, no podía mover un solo músculo debido a lo débil que estaba su cuerpo. En silencio, Jocelyn esperaba con paciencia a ser liberada por sus familiares. 

Poseidón comenzó a desesperarse al ver que Tristán estaba tardando mucho. Pero, una leve sonrisa se manifestó en su rostro cuando se percató que a lo lejos; su primo Tristán, Traimor y unos soldados nadaban a gran velocidad. Con mucha presteza los soldados abrieron la enorme reja que sellaba el abismo, y el rey ingresó tomando a Jocelyn en brazos y llevándola hacia el palacio.

Tristán y Poseidón le pidieron a los soldados escoltar al rey, ya que, ambos viajarían a tierra firme para dar la noticia.  

Mientras tanto en Brisbane, Lumina seguía llorando desconsolada por su hija. Joseph vagaba por la zona rocosa cegado por la ira esperando que por algún milagro de Dios la joven Jocelyn apareciera. Christopher se sumergía por momentos esperando encontrar alguna pista, Evan y su hija acompañaban al joven, y el resto intentaba calmar a Lumina. 

En uno de sus tantos intentos, Christopher nadaba debajo del muelle cuando notó que sus primos se aproximaban. Allí los esperó y por sus rostros desbordantes de alegría supo que eran portadores de buenas noticias. 

Los tres jóvenes emergieron, cambiaron de forma y avisaron que Jocelyn había parecido estaba camino a Tritona del Sur en donde cuidarían de ella hasta su total recuperación. 

Al escuchar que Jocelyn estaba a salvo en el palacio de Kermadec, Lumina sonrió y esta vez rompió en llanto, pero de felicidad. Joseph la rodeó con sus brazos y besaba su frente sintiendo un enorme alivio. Todos allí tuvieron una sensación de paz incomparable, deseaban el pronto regreso de Jocelyn a tierra firme, pero nadie sabía que la joven estaba planeando vengarse en su subconsciente. 

Sumida en un profundo sueño, Jocelyn se veía a sí misma enfrentando a Coral causándole un dolor inigualable, torturándola, haciéndole pagar cada segundo de cautiverio en la fría y oscura fosa de Challenger. 

Días después, la joven despertó encontrándose con sus padres en el interior de la habitación. Ambos la abrazaron y le manifestaron cuán preocupados estaban, pero se dieron cuenta de que algo había cambiado en su hija. 

—Necesito salir a recorrer Tritonia, quiero pensar en qué hacer para detener a esa maldita de Coral. —comentó la joven —si me permiten, saldré a dar un paseo. Los veré después en el palacio de las Marianas.

Lumina y Joseph guardaron silencio, se percataron de que su hija estaba enojada decidieron darle su espacio para que ella misma se diera cuenta de que no estaba del todo bien. Ambos creyeron que aún estaba traumada por el secuestro, pero ignoraban que Jocelyn estaba mejor que nunca. 



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En el texto hay: magia, sirena, marinero

Editado: 05.02.2024

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